Muy, pero muy al pasar, recuerda que empezó teatro al cumplir los 8 años “porque
–cuenta– no hablaba. Me sugerían: ‘Animáte a tomar clases, para soltarte,
para liberarte, para que conozcamos tu voz’, y de a poco empecé”. Tanto se
animó que al momento de la entrevista, sentada sobre su sillón en forma de
herradura del séptimo piso de Segurola y Habana, Dalma Nerea Maradona no para
–aunque se tienta apenas lo mencionamos– de recuperar el tiempo perdido. “Charlo
bastante, ¿no?”, lanza, y mete segunda. “Ocurre que si sentís una pasión
especial por determinada cosa, podés charlar del tema sin parar –consiente–.
No imaginás cómo entiendo hoy, que muero de amor por la actuación, a papá y
su fanatismo por el fútbol”, afirma.
–¿Sabe Diego que va a personificar a Caperucita Roja?
–Claro. El acompaña mi carrera de manera incondicional y… cero objetiva.
–¿No andará buscando al lobo para “fajarlo”?
–Cero objetivo, no cien por ciento guardabosque.
–¿Por qué cero objetivo?
–Porque es un exagerado incorregible: cree que soy la Maradona de las actrices.
¿Y DALMITA ESTA? SI, ESTOY ENSAYANDO. Sucedió allá por marzo, después
de terminar el bachillerato bilingüe en el Saint Edward’s, de Vicente
López, disfrutar de la fiesta y del viaje de egresados, despedir sus vacaciones
en Villa Gesell e invitarle a su abuela Ana María la prometida incursión por
Gran Bretaña, España e Italia. “Dal, ¿te gustaría trabajar con La Banda de la
Risa y Claudio Gallardou en una versión libre de Caperucita?”, le preguntó
Claudia, productora general del espectáculo junto a su socia Ester Diakow. “¿La
Banda de la Risa y Claudio Gallardou? ¿En serio? ¿De verdad, má? ¡Obvio que
quiero!”, aceptó la hija mayor. Entonces comenzaron los encuentros y las
reuniones de elenco. “Una enorme satisfacción. ¡Qué creatividad la de los
pibes de La Banda…! Nos divertimos a lo loco. Ensayamos en el Broadway II o en
la casa de Claudio. La vengo remando bárbaro”, admite mordiéndose una uña.
–Genial y sorpresivo. ¿Es consciente de que llegará, así nomás, a la calle
Corrientes (exactamente Corrientes 1155)?
–Mmm... Mejor que la tarde del 4 de junio, en que estrenaremos, nadie se me
cruce. No doy garantías de cordura.
SOY ACTRIZ Y QUIERO ACTUAR. A los 18 abriles (“La gente me ve de
15, 16”, explica. “Será por mi cara de nena y mi corto metro cincuenta y
tanto”, supone), Dalma ya consumó casi una decena de intervenciones en el
medio: Decíme cuál es tu nombre, Cebollitas, Los buscas de siempre,
Calientes, Hospital Público, Quinto mandamiento y Los Roldán, en tevé, y
Aladino y Mamá me aburro, en las tablas. Aparte de, ahora, lógico,
Caperucita y el Lobo, a la par de Gallardou, Cristina Fridman, Gabriel
Rovito, Marcos Bicho Gómez, Paula Solarz, Gustavo Cacha Ferreira y Matías
Boquete, y los bailarines Marcelo Iglesias y Gabriela Diez. Rodeados de otros
talentos como Renata Schussheim (vestuario), Oscar Araiz, (coreografía), Julián
Vat (música original), Gastón Joubert (escenografía), Sandro Pujía
(iluminación), China Zorrilla (voz en off) y Enrique Pinti (letras de Canción
de la verdad y Canción final). “Además, acabo de recibir un par de
ofertas importantes, que en breve analizaré. Celebro la incomparable profesión
que elegí. Cuidado, si mañana necesito emplearme de algo para mantenerme, no se
me van a caer los anillos. Incluso, quizá le sume a mis clases con Agustín
Alezzo un traductorado de inglés, para quedarme tranquila”, asombra.
–De corazón: cuando le consultan qué estudia, ¿cuál es su respuesta?
–Yo no dudo. A Gianinna le avergüenza un cachito mi carrera. Sacan la cuestión
en el colegio y anuncia que pienso seguir Psicología.
ENTRE CAPERUCITA Y LA ALFOMBRA ROJA. “Días atrás, mamá me tiró
cierta onda respecto a si pensaba en irme a vivir sola, y le contesté que hasta
los 20 nadie me iba a mover de acá”, confía Dalmita, puntualizando, de
repente, sus veintisiete meses de noviazgo. “Un dulce, un encanto, un capo,
Fer (Fernando Molina, 21, periodista deportivo)”, lanza loas de
enamoramiento la admiradora de Sean Penn, Susan Sarandon, Ricardo Darín y
Graciela Borges, que la semana próxima gozará de un momento inolvidable:
asistirá al Festival de Cine de Cannes. “Resulta que el director
bosnio Emir Kusturica, que lo presidirá y actualmente filma un documental de mi
viejo, lo invitó a él. Papá había invitado a má. ‘Sola con vos no voy’, le
respondió ella. Y aparecí en escena yo. ‘¿Vamos, Dal?’ ‘¿Seguro, pá?’ ‘Leí que
también irá Tom Cruise’, me mandó, y caí rendida. Al toque compré un vestido
negro de Ona Saez y preparé mi cámara digital”, informa.
–¿Caperucita Roja, alfombra roja… ¿cómo se llevan Dalma y el color rojo?
–Me llevo... Siempre que no lo cruce nada blanco.
–Ojo, sus nuevos colegas integran La Banda… de la Risa.
–¡¡Uy, tenés razón!! Ojalá no se arme lío en medio de la actuación –remata a
carcajadas la fanática xeneize.
Inspirada en una versión libre del cuento de Charles Perrault, Caperucita cuenta con Claudio Gallardou (vestido de El Lobo, actor, director y escritor), China Zorrilla (voces en off) y Enrique Pinti, autor de varias canciones.
Dalma repasa el libreto en su hogar de Villa Devoto.
