Chadwick Boseman murió en agosto de 2020, tenía 43 años y sufría de una agresiva enfermedad. La noticia de su pronta partida no solo dejó a sus seres queridos con un gran vacío sino que Pantera Negra se quedó sin El Rey T'Challa. Nadie podría reemplazarlo y ese fue el primer argumento de los productores del film que estaban trabajando en la secuela. Ahora ya está en cines Pantera negra: Wakanda por siempre y, de alguna manera, la respuesta que los fanáticos estaban esperando: cómo resolvieron Pantera negra sin el personaje central de la película.
Basta ver los primeros minutos del film de Marvel para entender el lugar que ocupaba Chad. En un sentido homenaje, sus compañeros pudieron atravesar el duelo de forma orgánica dentro de la misma historia. La princesa Shuri (Letitia Wright) intenta salvar a su hermano con su última tecnología, hace diferentes combinaciones para recrear la hierba del corazón, pero no tiene éxito. Nunca se lo ve a T'Challa, pero sí la expresión de cada uno de los actores que compartieron con él el desafío de poner en pantalla grande a este superhéroe, el más inclusivo de la compañía.
La tristeza e impotencia se siente en cada minuto de los 160 que dura el film. Wakanda despide a su rey con una ceremonia llena de tambores, camisas blancas, y una procesión que termina con el cajón, que tiene la figura estampada del rey, siendo abducido por una nave. Durante la mayor parte de la película, Pantera Negra sigue siendo Chad, nadie lo reemplaza. Y su nación sigue huérfana de protector, se trata de un viaje emocional, entre el duelo y la acción, hasta encontrar finalmente quién porte el traje y reviva la leyenda.
A modo de prólogo, el film arranca con el funeral de T'Challa. Las imágenes son suficientemente fuertes para que no haga falta poner una leyenda que explique quién fue. Al final, en la presentación del film, las letras de Marvel se convierten en proyecciones de imágenes de Chadwick Boseman en deferentes momentos. Recién ahí, y tras despedirlo, arranca la historia.
Después, el director Ryan Coogler se las arregla para mostrar a Wakanda siendo gobernada primero, por la reina Ramonda (Angela Bassett) y, más tarde, por Shuri, quien es la encargada de cerrar el círculo y por fin liberarse de la culpa que la carcome por no poder salvar a su hermano.
Nunca un film de Marvel logró mostrar tan profundamente las emociones como este. El drama no termina con el preámbulo, y a lo largo de la película se desarrollan otros dramas. Con la aparición de un nuevo villano que también tiene acceso al vibranio y el viaje de Shuri, el film logra mantener a los espectadores conectados. Y demuestra que. más allá de su pronta muerte, T'Chala y Chad van a estar unidos por siempre.
