«Ojalá que los argentinos reciban el 2004 con ilusión» – GENTE Online
 

"Ojalá que los argentinos reciban el 2004 con ilusión"

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"Le pido por favor: hoy no me haga hablar de Economía, porque nadie me va a
creer lo que diga".
Mientras rastrilla el jardín de su casa de la calle Martín
Pescador, en Cariló, el ministro Roberto Lavagna se ataja y le recuerda a GENTE
que es domingo 28 de diciembre, Día de los Santos Inocentes. "Tomen las imágenes
que necesiten, hagan su trabajo, pero miren que no pienso posar. Sólo estoy
descansando unos días hasta fin de año"
, agrega sonriente, desafiando el voto de
los periodistas que cubren el palacio de Hacienda, quienes pocos días atrás le
habían concedido el premio Limón, y no precisamente por su simpatía.

Vestido con pantalón de jogging azul, buzo canguro al tono y zapatillas blancas,
por estos días Lavagna no se asemeja en nada al funcionario que día a día pulsea
con el Fondo Monetario Internacional. Más bien parece un sencillo jardinero, de
los que ganan su jornal trabajando a destajo durante el verano, para luego pasar
el invierno... Barre las hojas caídas, Lavagna, y comenta: "Esta casa la tengo
desde 1980, cuando en Cariló había tan sólo unas 200. Ahora existen cerca de
2.500. Para entrar, en aquella época debíamos cruzar una barrera, ya que se
intentaba que la cosa funcionara como un country. Después, la idea terminó
desvirtuándose. Fue una de las grandes estafas que se cometieron en aquellos
años",
recuerda al mismo tiempo que sus custodios le acercan una bolsa para
arrojar los residuos. Luego toma con cuidado la escoba: "Porque se me hizo una
ampolla acá, ¿vé? (
muestra el dedo índice de la mano derecha). Pero no
pienso dar el brazo a torcer. Ahora iré en busca de la que le corresponde a la
otra mano. No me importa. Sucede que este trabajito me hace sentir el hombre más
feliz del mundo. Además soy económico, a mi esposa no le cobro un peso por la
tarea",
confiesa.

-Los lugareños comentan que el presidente Kirchner tiene una casa acá en Cariló,
y que piensa venir.
-Ni él ni su esposa tienen vivienda acá. Son muy blancos, les hace mal el sol y
prefieren su Patagonia con sus paisajes bellísimos e ideales para el descanso y
la reflexión. El que está por venir es Duhalde, ¿no? A él lo van a poder
fotografiar con el tema de la pesca porque le apasiona. ¿Sabe una cosa? Sus
colegas de los diarios siempre me sacan como 50 ó 60 tomas, y después los
editores seleccionan en la que tengo el peor gesto. Espero que los suyos elijan
una buena para esta nota…

Sonríe de nuevo el ministro tras el comentario, y cuenta que su esposa Claudine
está por llegar del centro comercial de Cariló, en especial de la proveeduría,
donde fue a abastecerse de alimentos y bebidas para recibir el año nuevo. "Acá
se festeja de una forma muy particular, ¿sabe? Como estamos en medio de un
bosque, entradas las doce de la noche, los vecinos van a la playa para arrojar
cohetes y fuegos artificiales. Funciona como un elemento de seguridad y a la vez
es divertido
", explica recogiendo las últimas piñas de su parque. "Tendrían que
haber venido ayer, así me ayudaban a juntar varias ramas que se cayeron luego de
que sopló un viento fortísim
o", señala antes de encarar, en pleno mediodía, al
vendedor de diarios. "Además de La Nación y Clarín, dejame también Página 12",
le pide al pequeño repartidor, quien se acaba de caer de la bici.

-Doctor, ¿cómo estaremos los argentinos en el 2004?
-Mire, no hago futurología, pero el gobierno hace y hará de a poco, con mucho
trabajo y honestidad, todo lo posible para superar la crisis. Y creo que se
están empezando a ver algunos resultados.

-¿Usted tiene esperanza?
-Siempre. Vale la pena hacer un esfuerzo más. Deseo que los argentinos reciban
el 2004 con ilusión. Es mi anhelo.

Mientras junta las hojas caídas en su frondoso parque, Lavagna afirma: Me gusta este trabajito. Además, soy barato. A mi esposa no le cobro ni un peso por la tarea".">

Mientras junta las hojas caídas en su frondoso parque, Lavagna afirma: "Me gusta este trabajito. Además, soy barato. A mi esposa no le cobro ni un peso por la tarea".

Roberto Lavagna barre piñas y ramas secas. Entretanto, su mujer Claudine realiza las compras de Año Nuevo en el centro comercial de Cariló.

Roberto Lavagna barre piñas y ramas secas. Entretanto, su mujer Claudine realiza las compras de Año Nuevo en el centro comercial de Cariló.

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