“Nunca me agarré a trompadas: me defiendo mejor con la lengua” – GENTE Online
 

“Nunca me agarré a trompadas: me defiendo mejor con la lengua”

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Es el tábano de la televisión: un pequeño insecto con alas, que aguijonea a todo ser que perturbe la tranquilidad de su conciencia. Su veneno yace en la saliva: picante y fatal, como la viuda negra que duerme en su hombro derecho. Sus artimañas comienzan en su cuerpo: 167 centímetros precisos y curvilíneos, que esconden el poder de hechizar al más ingenuo de los guerreros o al más ágil de los sofistas. Sin embargo, ella no tiene rival. ¡Gramo por gramo, es la mejor pugilista del cuadrilátero de las palabras! “Me aburren mucho las declaraciones en mi contra. ¿A nadie se le ocurre algo más original para decirme? Escucho ofertas...”.

Amalia Granata (29, mamá de Uma, de dos años, y novia de Juan Pablo, empresario de 32) abre el juego y dispara artillería pesada en cada una de sus respuestas. Con Pachano a la cabeza, pasando por Reina Reech, Victoria Vanucci, Ricardo Fort, la Niña Loly y uno que otro etcétera. ¡Nadie se salva! Suena la campana, y empieza el primer round.

–¿Siempre fuiste conflictiva?
–No soy conflictiva; más bien te diría que soy visceral. Me matan las injusticias, y no tengo drama en hacerlo saber.–¿Así eras en la secundaria?
–Era muy callada, pero también decía lo que pensaba. Imaginate que en un colegio religioso tenía mucho para estar en desacuerdo.

–¿Por ejemplo?
–Eso de llegar virgen al matrimonio con tu pareja. Ah... Aunque “pareja” no se podía decir, porque esa palabra viene de “aparear”, y una pareja no se aparea.

–¿El rector qué decía?
–“Hay mil colegios en Rosario; si no te gusta, andate”. Y tenía razón, pero yo ya tenía armado mi grupo de amigos, y pensaba hacer todo lo contrario de lo que me enseñaban.

–¿Llamaban mucho a tus padres?
–No tanto. Una vez tuvimos que hacer un trabajo práctico sobre el sida y llevamos una lámina con un preservativo colgado. ¿Podés creer que justo vino a dar una charla un obispo? Cuando lo vio, se armó flor de despelote.

–¿Con tu familia tenías controversias?
–En realidad, vivía en una burbuja. Era tan sobreprotegida por mi papá que cuando murió, a mis dieciocho años, me descoloqué. “¿Y ahora quién me va a defender?”, me decía. Entonces me armé esta personalidad de mujer fuerte. ¡Pero es todo mentira! Soy demasiado sensible.

MADURA EL KNOCK OUT. Ya pasó su infancia, y Pachano por ahora respira. El primer golpe a la mandíbula lo sufrió el rector de su colegio –Virgen del Rosario–. Pero ella jura que es tímida, mientras los cross y uppercut se multiplican. Hasta que llega un elogio. ¡Sólo uno! “Quiero laburar hasta el final de mis días, como Mirtha Legrand. Ella es mi referente”, dice Amalia.

–Al jurado parece no gustarle nada la idea de que sigas trabajando en Bailando...
–¿Te parece? Está claro que me quieren expulsar. Pero lo tomo como de quien viene.

–¿Qué interés tienen en que te vayas?
–Pachano quiere que su hija Sofía llegue a la final, y le pone tanta presión que algún día la piba se va a quedar seca en la pista. La vendió como Cassano, pero si fuera Eleonora... ¡estaría en el Colón!

–¿No te gusta cómo baila?
–Baila súper bien. Para mí, es la mejor de todas, pero no con la excelencia con la que la vendió el papá. Insisto, si no, no estaría bailando con la Mole Moli, Belén, la cocinera... o conmigo. ¡Con el nivel pedorro que tenemos...!

–¿El resto también tiene intereses?
–Anotá: Carmen Barbieri quiere vender entradas para su obra; Reina Reech quiere promocionar su academia, y Fort... quiere seguir apareciendo en la tele. Son tan poco serios que hasta se pelean entre ellos. ¡Patéticos! Pero, bueno, es lo que hay...

–¿Por qué creés que la gente te apoya?
–No me apoya a mí: ¡repudia al jurado! No es un voto a mi favor, sino en contra de los mamarrachos que están juzgando a los concursantes.

–¿Creés que todos mienten?
–Sí, claro. Ahí adentro son todos muy falsos. Incluso yo, que a veces miento por protocolo. Hay gente que no me cae muy bien, pero tengo que saludarla. Así me educaron los curas en Rosario.

–¿Hay muchos doradores de píldoras?
–¡Pfff! El otro día le dije a Tinelli: “Bo..., te gastaron la cola”. La manera en que le chupan las medias es alevosa. Pero el premio al Chupamedias del Año se lo llevan entre Pachano y Reina Reech.

–¿Vos no?
–Ni en pedo; yo le digo las cosas en la cara. Y si Marcelo me tiene algún aprecio es porque voy de frente. Para mí es un tipo más, aunque le tengo respeto porque es mi jefe.

–¿Nunca te agarraste a trompadas?
–Nunca. Me defiendo mejor con la lengua. Soy terrible. Por eso hago un esfuerzo para callarme. Pero no tengo rival: para ganarme les hace falta más picardía. ¡Son muy básicos para insultar!

–Cambio de tema: ¿qué opinás de la nueva pareja Vanucci-Garfunkel?
–Me sorprende un amor taaaaan rápido. ¿A la semana de separarte ya estás enamorada de otro? ¡Y encima de un millonario! ¿Por qué no se enamoró de un verdulero?

–¿La ves enamorada de un tipo pobre?
–¡Jaja! ¿Es un chiste? A Vanucci le gusta la plata. Y está bien, porque encontró un tipo acorde, por más que ella diga: “Ay, no. Lo nuestro es otra cosa”. ¡Bien que le usa la tarjeta de crédito!

–¿Con el Ogro se terminó el amor?
–Nos estamos llevando muy bien, pero no hay más amor, hace rato...

Desde el gimnasio del ex campeón mundial Miguel Castellini, Granata se pone los  guantes y promete ganar por knock out. La mamá de Uma es de temer.

Desde el gimnasio del ex campeón mundial Miguel Castellini, Granata se pone los guantes y promete ganar por knock out. La mamá de Uma es de temer.

“Carmen Barbieri quiere vender entradas para su obra; Reina, promocionar su academia, y Fort, seguir apareciendo en la tele. Son patéticos. Pero, bueno... Es lo que hay”.

“Carmen Barbieri quiere vender entradas para su obra; Reina, promocionar su academia, y Fort, seguir apareciendo en la tele. Son patéticos. Pero, bueno... Es lo que hay”.

“Pachano quiere que su hija Sofía llegue a la final, y le pone tanta presión que algún día la piba se va a quedar seca en la pista. La vendió como Cassano, pero si fuera Eleonora... ¡estaría en el Colón, no bailando con la Mole Moli!”.

“Pachano quiere que su hija Sofía llegue a la final, y le pone tanta presión que algún día la piba se va a quedar seca en la pista. La vendió como Cassano, pero si fuera Eleonora... ¡estaría en el Colón, no bailando con la Mole Moli!”.

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