“Nuestro amor trasciende la vida: es hasta la eternidad” – GENTE Online
 

“Nuestro amor trasciende la vida: es hasta la eternidad”

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Es para vos, mi amor.
–Gracias. Es la mejor sorpresa que recibí. Sos un caballero. Te adoro.

–¿Para toda la vida?
–Con vos... hasta la eternidad.

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El diálogo sucede en el exclusivo local de Bulgari en plena Vía Condotti, Roma. Y los protagonistas son nada menos que los enamorados Jorge Rial (51) y Mariana Antoniale (24), con Morena (14) y Rocío (13), las hijas del conductor, como testigos privilegiados. La modelo de Leandro Rud acaba de elegir el anillo solitario de oro blanco, con un diamante que encandila y con el que sellarán este año y medio de amor, que ambos sueñan con perpetuar. Del ojo derecho de Mariana cae una lágrima y Jorge se la enjuga con dulzura. Se abrazan fuerte, después viene el beso hiper-cariñoso y las chicas sonríen felices. El único inconveniente de la tarde es ajustar la pieza al dedo anular de Loly que, emocionada como nunca, se toma el pecho con las manos cruzadas. Enseguida emprenden el regreso, los cuatro tomados de la mano, rumbo al hotel De Russie, un cinco estrellas a metros de la Piazza del Popolo, que cuenta con un bellísimo jardín y habitaciones elegantes que combinan estilos clásicos y contemporáneos. Luego, este viaje en familia continuará en Positano, una comuna de cuatro mil habitantes en la región de Campania, sobre el golfo de Salerno, a unos 40 kilómetros de Nápoles. Es reconocido como uno de los tres destinos turísticos más exclusivos de la costa Amalfitana, enclavado entre acantilados y montañas, sin calles convencionales y con estrechos pasajes.

Ahora, la excursión romana continúa rumbo a la Fontana di Trevi y los ojos de Morena y Rocío se abren enormes ante tanta belleza. Después caminarán hacia el Coliseo, y más tarde, la llegada al Vaticano hace temblar a la familia completa. Desbordado de alegría, Jorge hace un alto y charla con GENTE mientras pasea por la Plaza San Pedro: “Elegimos este momento hermoso que vivimos como familia, en especial porque coincide con las vacaciones de mis hijas. Nos debíamos un viaje así todos juntos. Roma nos encanta y Positano es el paraíso ideal para que uno le pueda decir a la mujer que ama cuánto la ama”.

–¿Y cuánto la amás?
–Mariana es la mujer de mi vida. Trajo amor a mi casa en el momento en que todo era un caos. Cuando no está la extraño, y ella a mí. La amo por sobre todo, y Morena y Rocío también la aman. Mirá, vinimos a renovar lo que sentimos, que es muy profundo. A mí nunca me había pasado, y Mariana dice que a ella tampoco. Estamos muy enamorados. Y por eso decidimos comprometernos; otra explicación no hay. En esta familia se impone el cariño por sobre todo.

–En el exclusivo local de Bulgari, en plena Vía Condotti, la hiciste emocionar hasta las lágrimas.
–Es que quería un escenario así para coronar lo que sentimos. Le compré un anillo solitario de oro blanco con un diamante, como ella. Ella se merece todo.

–Cualquier mujer estaría fascinada con semejante obsequio en medio de este escenario.
–Vos lo dijiste. ¿Te acordás cuando empezamos a salir, que todos nos bombardeaban? Decían que no íbamos a durar, que todo era un bluff. Y Mariana se bancó todos mis problemas con mi ex y me bancó a mí. A los que se burlaban de nuestra relación les digo: “Nuestro amor no duró dos meses, trasciende la vida: es hasta la eternidad”. Ella piensa igual. Estamos siempre en nuestro mejor momento. Nuestra relación va en aumento.

–¿Deseaban mucho comprometerse?
–Estábamos muy ansiosos. Quise que participaran mis hijas, porque éste es un compromiso de pareja y como familia. Además, lo hacemos para sellar a fuego nuestro amor. Nos costó mucho, y ahora deseamos disfrutarlo juntos, aprovechando esta fantástica Roma y el atardecer de Positano, que es maravilloso. El hotel tiene un patio y un jardín soñados. Es el escenario ideal para tanto cariño. A todos nos encantó. La vista es impresionante. Todo lo que rodea este lugar es increíble, mágico. Yo quería que fuera así, un recuerdo imborrable tanto para mis hijas como para Mariana, y también para mí, por supuesto. De estas alegrías no te olvidás nunca.

–¿Quién participó del tan ansiado compromiso?
–Nosotros cuatro, en la más absoluta intimidad. Así se lo propuse a Mariana y a Morena y Rocío, y les gustó la idea.

–¿Esta es la ceremonia que quería Mariana para que pidieras su mano?
–No. Eso va a ocurrir en Buenos Aires. Ya lo tengo todo organizado y sólo lo saben un par de amigos. Ojo, no se imaginen que va a ser en el Tattersall ni nada por el estilo... Ni se lo esperan, Mariana menos. Estoy obligado, y me va a gustar sorprenderla. Ya se van a enterar.

–¿Tus hijas lo saben?
–No. Si lo saben, van y se lo cuentan a ella. Se protegen mucho entre las tres, se defienden, son muy compinches. Rocío y Morena prefieren quedar mal conmigo, pero nunca con Mariana: la adoran. Ella está en cada detalle de las chicas, el colegio, las ayuda a armar su guardarropa, ni te imaginás. Por ejemplo, Rocío antes no le daba tanta bola a la ropa, estaba siempre en pantalones. Ahora usa pollera, la podés ver acá en Roma. Mariana la hizo ganar en confianza. Ya son señoritas, y ella está en cada paso de ese proceso en el que se van perfilando como mujeres.

–¿Después de tantos años de casado, cómo es vivir en pareja con una mujer a la que doblás en edad?
–Es bárbaro, porque antes yo vivía sin amor, y ahora vivo con amor. Mi vida es una fiesta junto a Mariana. Vienen sus amigas, me integro a ellas y ellas a mí. Su familia es maravillosa, divertida, alegre, cariñosa. Ella trajo amor donde no lo había. Ahora mis hijas ven que se levanta la mano para una caricia...

–¿Y antes de Mariana, para que se levantaba una mano?
–Para otra cosa, imaginate... Mis hijas y yo lo sabemos bien.... Pero ahora disfrutamos de otra vida. Yo ya pensaba que no podía enamorar a nadie. Me equivoqué. Estoy feliz y lo digo: si tengo que morir (ojalá sea dentro de mucho...), que sea en los brazos de Mariana.

–Pregunta de rigor: ¿no estará embarazada?
–No, ojalá. Seríamos los cuatro las personas más felices del mundo. Esperemos que se dé pronto, siempre buscamos el bebé. Ya va a llegar.

–¿Con dos hijas adolescentes que demandan, tienen tiempo para estar a solas?
–Sí, claro. A veces, Morena y Rocío van a hacer un trabajo para el cole o a visitar a alguna amiga, y llaman para poder quedarse a dormir. Pero no es lo que buscamos: nos gusta estar los cuatro juntos, tenemos mucho sentido de familia.

–Hablaste del pedido de mano... ¿y el casamiento, para cuándo?
–Ya se va a dar. Todavía no tenemos fecha porque estoy esperando que se resuelva mi divorcio.

–¿Y ese tema cómo está? ¿Complicado?
–Yo creo que no. Hice todo lo posible para que se arregle de una vez por todas. Creo que no va a faltar mucho. Aunque a veces hay que tener una coraza y los h... de acero para soportar muchas cosas en estos trámites. Menos mal que la tengo a Mariana, porque viví momentos bravos. Mis hijas también me demostraron el amor que me tienen cuando eligieron vivir conmigo.

–A propósito, ¿no te preocupa que Morena y Rocío no vean a su mamá?
–No, no me preocupa. Mis hijas saben por qué no la ven. Parece que del lado de la madre no hay muchas ganas. Será que cada uno tiene que vivir con sus demonios.

Todos felices en un alto del paseo por la vaticana Plaza San Pedro, donde se levanta el magno templo del catolicismo. “Elegimos para venir este hermoso momento que vivimos en familia”.

Todos felices en un alto del paseo por la vaticana Plaza San Pedro, donde se levanta el magno templo del catolicismo. “Elegimos para venir este hermoso momento que vivimos en familia”.

La familia completa se deslumbró con cada rincón de la Basílica. Frente a la imagen en bronce de San Pablo Apóstol, siguieron la costumbre de acariciar el pie de la estatua. Tras escuchar el Angelus dominical del Papa, pasearon junto a los turistas por las salas de los Museos Vaticanos .

La familia completa se deslumbró con cada rincón de la Basílica. Frente a la imagen en bronce de San Pablo Apóstol, siguieron la costumbre de acariciar el pie de la estatua. Tras escuchar el Angelus dominical del Papa, pasearon junto a los turistas por las salas de los Museos Vaticanos .

Jorge y Mariana, muy décontractés, disfrutaron de una tarde soñada y aprovecharon para pasear en mateo, mimándose al sol. Como en Venecia, con el gondolero como testigo, esta vez el conductor del carruaje presenció tanto amor desplegado en la recorrida por las calles romanas.

Jorge y Mariana, muy décontractés, disfrutaron de una tarde soñada y aprovecharon para pasear en mateo, mimándose al sol. Como en Venecia, con el gondolero como testigo, esta vez el conductor del carruaje presenció tanto amor desplegado en la recorrida por las calles romanas.

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