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“Nos unen la pasión por el flamenco”

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Tiene fama de gitano, pero nació en Granada y “soy más payo que el olivo”, asegura. Y aunque nunca tuvo las habilidades ni la cintura del Curro Romero, alguna vez se animó a vestirse de torero y enfrentar a la bestia. “Es cierto, he tenido cojones para pisar la arena, pero cuando la vaquilla me tiró dos veces, le dije a mi padre: ‘Mejor dame las botas, que me dedico al flamenco. El baile me gusta más… y es más seguro’”.

Su nombre es Jesús García Hernández (33) y es bailaor, El Bailaor de flamenco de hoy. En el mundo, Nueva York, Tokio, Baires y alrededores, se lo conoce como Rafael Amargo. ¿La razón? “Con ese nombre, Jesús García, no vas a llegar a ningún lado”, le dijo un día su tío al niño que creció en Valderrubio (zona granadina de España donde se cosecha el tabaco rubio, de allí su nombre), en el seno de una familia con historia: “Mi abuelo era el cartero del pueblo y su primo era Federico García Lorca. Vivimos en el lugar donde se escribió La casa de Bernarda Alba. Allí él escuchaba los chismes que más tarde usó en su pieza teatral”, recuerda. Por si hace falta aclararlo, la elección de su nombre llegó por el Romance del Amargo de su tío abuelo, claro... Pero retomemos el tema: decíamos que Rafael se decidió por una profesión más segura que la de torero, y lo ratifica en momentos como éstos, compartiendo una osada producción de fotos con Julieta Díaz (31), la protagonista del éxito de Valientes, que después de su participación en Soy gitano se enamoró de la cultura de ese pueblo y de su danza, el flamenco.

Julieta: Nunca hice algo tan jugado, pero nos avala el talento de Rafael. Es una producción sensual.

Rafael: Tienes que usar la técnica que utilizó Victoria Abril cuando filmó durante tres meses desnuda. Un día llegó y les dijo a todos: “Miren bien aquí abajo, porque es lo que van a ver durante tres meses. ¡Ahora, a trabajar!”.

Julieta: Es una buena fórmula: a partir de ahí miran la cara o el talento del artista. Yo no haría esto con otra persona. Además, Rafael buscó posiciones que tuvieran que ver con el baile y con el espectáculo, y no pude negarme.

Rafael: A mí me pones a hacerlo con una modelo normal y tal vez no me atrevo a ir tan a fondo. Pero con una actriz que sabe lo que está queriendo contar, que se abre al papel, me animo a todo. No es una petarda frívola que sólo sabe bajar una escalera, pues no lo haces.

La excusa del encuentro entre Rafael Amargo y Julieta Díaz es Dardos al corazón, el espectáculo que el bailaor presenta todos los martes en La Trastienda. Allí preparó un homenaje a las grandes coplas, los boleros y el cabaret, y a la obra de Federico García Lorca, su legendario pariente. Julieta, que se sumará al mismo el martes 24 , aclara que no va a bailar, y que su rol en el show –que ya tiene los misiles apuntando hacia Latinoamérica– cuenta con algunas sorpresas y mucho de improvisación. “Somos dos payos –aquellos que no forman parte de la cultura gitana–, sensuales. Nos unen la pasión y la atracción por el flamenco”, adelantan el español y la argentina, que se conocieron hace unos cuatro años, cuando él presentaba su espectáculo en el hotel Faena.

“Fui a ver su arte porque siempre lo admiré; aquella noche nos presentó Divina Gloria”, recuerda Julieta, mientras confiesa que no volvió a tener contacto con Rafael, aunque él comenzó a seguir la carrera de ella. “No pertenece a esa raza de actrices preocupadas en aparecer todo el tiempo. Es el monumento a la morocha, latina y fogosa. Elige bien sus proyectos, con intuición y sin importarle si la remuneración es alta o baja. Busca prestigio…”, profundiza él.

–Rafael, te estás perdiendo ante una de las actrices más bellas de la Argentina.
–Hombre, estoy casado, pero no castrado. Además, soy juguetón y me gusta calentar. Mi mujer, Yolanda, también es bailarina, y lo sabe. Tenemos dos hijos, León y Dante.
Julieta: A mí no me compliquen la vida, que yo estoy muy bien con mi novio desde hace un año y medio. Se llama Brent y es norteamericano.

–Si es cierto el mito gitano, ¿cuánto pagaría un hombre de esta cultura por un bombón como Julieta?
Julieta: ¡Me estás vendiendo! Un gitano no te compra: te conquista cantándote.
Rafael: Los gitanos no pagan nada, porque no tienen plata. El pete (N. de la R: así llaman los españoles al acto sexual) no se paga, y se calla. Lo más flamenco es que el sexo, y la lujuria queden en las tumbas del silencio.

–Rafael, por tus declaraciones constantes contra la intolerancia y tu ironía hacia el franquismo, intuyo que comparten la lucha por los derechos humanos…
–No suelo hablar de estas cosas. Soy embajador de honor de la Fundación Vicki Sherpa. Sherpa es una mujer que se instaló en Nepal, donde damos de comer a 400 chicos. Es el tercer país más pobre del mundo... Imagina... ¡más que la India! Allí existen las castas de los intocables: niños a quienes sus padres mutilan para que pidan limosna. Ese es el cable a tierra que me deja dormir tranquilo.
Julieta: Increíble. Lo mío es más austero. Me convocan y trato de apoyar a las Abuelas de Plaza de Mayo. También me opongo a la minería a cielo abierto, a las empresas que trabajan con cianuro y contaminan indiscriminadamente.
Rafael: ¿Todavía hay minas de plata y oro aquí? ¡A esos tipos que contaminan el mundo hay que matarlos!

–Por declaraciones como ésa te han tildado de conflictivo, ¿verdad, Rafael?
–Yo nunca callo, porque hablo por las 40 personas de la compañía que dirijo desde hace trece años. Soy un personaje conflictivo, por eso el Estado nunca me ayudó.

–También te han criticado por entrar a un reality…
–Es que fui el primero que se metió en un reality show. “Es premio nacional de la danza”, se horrorizaban. Pero si tú eres digno se va a ver tu dignidad, y si eres cutre, con el tiempo también se darán cuenta.

–¿Un payo entre los gitanos es un sapo de otro pozo?
–Se han reído mucho de mí en mi familia, pero el payo es un triunfador y el que les da de comer a todos.
Julieta: Por cómo es él y por su talento, cuando me llamó para que participara de su trabajo, quedé deslumbrada. Siento que con Rafael, todo, arriba del escenario o abajo, es una fiesta gitana de creatividad y compromiso. Los de nuestra diosa y el talentoso español. “A mí no me compliquen la vida, que estoy  muy bien con mi novio, Brent, que es norteamericano”, aclara la otrora heroína de Soy gitano.

Los de nuestra diosa y el talentoso español. “A mí no me compliquen la vida, que estoy muy bien con mi novio, Brent, que es norteamericano”, aclara la otrora heroína de Soy gitano.

“Esto es una producción sensual, muy flamenca. Además, Rafael buscó muchas posiciones que tuvieran que ver con el baile y con el espectáculo, y no pude negarme” (Julieta)

“Esto es una producción sensual, muy flamenca. Además, Rafael buscó muchas posiciones que tuvieran que ver con el baile y con el espectáculo, y no pude negarme” (Julieta)

“A mí me pones a hacer estas fotos con una modelo normal y tal vez no me atrevo a ir tan a fondo. Pero Julieta no es una petarda frívola que sólo sabe bajar una escalera” (Rafael)

“A mí me pones a hacer estas fotos con una modelo normal y tal vez no me atrevo a ir tan a fondo. Pero Julieta no es una petarda frívola que sólo sabe bajar una escalera” (Rafael)

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