“Nos parecemos bastante… Uno es la nueva estrella del fútbol, y al otro le gusta estrellar rivales” – GENTE Online
 

“Nos parecemos bastante... Uno es la nueva estrella del fútbol, y al otro le gusta estrellar rivales”

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–Tres, dos, uno. Sic sic sic. Nota con Pulga, grabando…
–¿Entonces me vas a entrevistar vos nomás, Eber?

–Seguro. Tengo experiencia. A mí ya me han hecho un reportaje. Aunque lamentablemente el periodista, sin querer, grabó un tema de Abba arriba de la cinta, la borró y nunca salió publicado. ¿Cuántas notas llevás vos?
–Ni idea. Varias. Igual, me gusta más jugar al fútbol que hablar de mi vida.

–Hmmm, lo contrario que a mí, lógico. Arranquemos pronto. ¿Qué creés que nos une además del fútbol y nuestra condición de rosarinos?
–Siento en lo personal que, aparte del amor por la ciudad a la que pertenecemos, hoy existe una amistad y una admiración mutuas. Aparte…

–…Aparte, nos parecemos bastante.
–¿Parecernos?

–Parecernos. Uno es la nueva estrella del fútbol, y el otro…
–Al otro le gusta estrellar rivales (carcajada).

–Me mataste el remate.
–Perdón. Decía que aparte, ambos elegimos la misma profesión.

–Bueno, yo, consciente de que con la pelota no iba a ganar demasiada plata, por las dudas apunté a opciones alternativas. Amén que de chico deseaba ser astronauta, aprendí nociones básicas de soldadura autógena y soy medio oficial tornero… ¿Vos, de pibe, llegaste a pensar en una carrera distinta a la actual, Lionel?
–Ninguna carrera. Ya de chiquito la pelota era mi juguete preferido. En el estudio era un desastre, iba para atrás, así que me concentré en lo que mejor me salía, entiéndase jugar al fútbol.

–Jamás olvidaré cuando me llamó Bilardo… para pedirme que le corriera el auto, porque tapaba la salida del de él. ¿Qué sentiste vos el día en que te telefoneó Pekerman para que te sumaras al Seleccionado?
–Alegría, gran alegría, porque se venía especulando un montón respecto a si quedaba en la lista de los 23 o no. ¿Qué futbolista no quiere jugar un Mundial? José me hizo debutar con apenas 18 años, algo poco común, y me regaló un momento imborrable que siempre le agradeceré. ¡No sabés lo motivado que me encontraba! Y ya está. Listo. Punto aparte. Con Basile empieza otra etapa. Debemos pensar en positivo y arrancar de cero.

–Recuerdo lo que lloré aquella tarde que quedé afuera del Mundial 78... Había comprado una entrada trucha para Austria-Suecia, en cancha de Vélez, y la cana me retuvo a la entrada de Juan B. Justo. ¿Te cayeron lágrimas luego de que Argentina perdiera con Alemania, el local?
–Claro. Yo lloré muchísimo, porque no imaginé que iban a eliminarnos. Pensaba que hasta la final no parábamos. Un golpe fuerte. Te juro, toda la familia sufrió duro mi enorme tristeza.

–En mi época de estrella abrí un negocio de pilchas Diportto, cuya entrada de dinero me permitió saltar del Valiant 1 al Dodge Polara. ¿Qué pasa por tu cabeza cuando descubrís gigantografías tuyas en las ciudades, fotos en las revistas y en los diarios, tu imagen promocionando productos en la tele. ¿Te divierte o te parece exagerado que se te considere un ídolo?
–La verdad, es lindo que la gente te quiera. Sin embargo, entiendo que todavía no hice nada tan grosso como para que se hable tanto sobre mí.

–De joven, cuando me comparaban con Van Tuyne, por el bigote y la melena rubios, se me llenaba el pecho… Aunque no tanto como cuando partí a aquel 7 que se me iba derecho al gol, en un regional de la Zona Oeste. ¿Te emociona la comparación con Maradona o te presiona demasiado?
–Es una locura. Diego hay y habrá uno solo. Pero también me pone feliz que se comente semejante cosa. Que alguien te compare con tu ídolo no puede resultar feo.

–Los medios me han inventado varios romances a lo largo de mi vida de deportista. Entre ellos, con Constanza Maral, Coni Vera y Elena Sedova. Quizá sobresalió el de Silvia Peyrou, que en realidad lo inventé yo porque la colorada me gustaba. A vos, he leído, te han aparecido numerosas supuestas “novias autodeclaradas” en los últimos tiempos. ¿Andás en pareja o, como yo en las viejas épocas, huyéndole a las que pretenden fama gratis?
–Recién me consultó lo mismo Sergio Gendler, de TN Deportivo. ¿Me quieren ver de novio? Estoy solo. Mi cabeza hoy sólo piensa en el fútbol. Te lo afirmo.

–Sorprendéte. Una vez marqué a Pelé, en Brasil. Momento inolvidable. Lo marqué con un fibrón en la cara mientras intentaba pedirle un autógrafo. ¿Cuál fue el jugador que mejor te marcó?
–No sabría nombrarte uno en concreto, si bien hubo partidos en los que no agarré una, en los que no me dejaron mover. Sí, me llamó la atención jugar, por ejemplo, contra un Thierry Henry, del Arsenal inglés, o contra los cracks del Chelsea. Impresiona compartir el césped con semejantes talentos.

–Durante mi trayectoria he hecho innumerables réplicas de mi camiseta número 4, para intercambiarlas por las casacas oficiales de los rivales, sin que se apiolaran... ¿Vos coleccionás cosas? ¿Cultivás hobbies? ¿Qué hacés cuando no jugás al fútbol?
–Estoy con mi familia, mis amigos. Mucha vagancia. Semanas atrás viajé a Bariloche y conocí la nieve. El resto, descanso en casa. Comí cantidades de milanesa a la napolitana de mamá. Necesitaba desconectarme. Escuché cumbia, a Sergio Torres. Puse poca internet y poquísima televisión. Tras la despedida de Munich, viajé a España y dejé de mirar partidos. Hasta la final de la Copa me perdí. Fue raro. Aquellos que mejor anduvimos nos quedamos en el camino temprano.

–Ciertos clubes me obligaban a asegurar mis piernas contra terceros, atentos a que rompía cada hueso y cada extremidad que se me cruzaban. ¿Aseguraste tu zurda? ¿En serio no te autorizan a practicar deportes riesgosos?
–Suelo cuidarme lo lógico. Si me llegara a suceder algo bravo, responde el club. Pero no tengo nada asegurado.

–Intuyo, en lo personal, que lo que tenés asegurado es un gran futuro. Pero vos sos el reporteado… En mi carrera pasé por 10 instituciones, jugué 11 partidos en Primera y tuve 20 amarillas y 37 rojas, mi mayor orgullo. ¿Cuál sería el mayor orgullo de tu vida? ¿Ganar un Mundial o poder retirarte a los 40, como yo?
–Epa, no sé. En lo único que pienso es en el Barcelona. Estoy ansioso por entrar a la cancha. Antes del Mundial me paró dos meses una lesión; en Alemania jugué poco y después, un mes de vacaciones. Quiero volver a practicar y a competir. Y en un futuro, jugar en el fútbol argentino. Ahora no me importa a qué edad me retiraré.

–Eso porque no te tocó jugar en mi época.
–¿Tu época? ¿Y qué hubiese pasado si jugaba en tu época?

–Yo ya te hubiese retirado...

“<i>Podrías ser mi hijo, Pulga</i>”, le dice Eber Carlos en off. “<i>Pero gracias a Dios no lo soy, Motosierra humana</i>”, se defiende Lionel Andrés. “<i>Tenés razón: te morirías de hambre</i>”, cierra el primero antes de comenzar su reportaje en un entrañable Panasonic.

Podrías ser mi hijo, Pulga”, le dice Eber Carlos en off. “Pero gracias a Dios no lo soy, Motosierra humana”, se defiende Lionel Andrés. “Tenés razón: te morirías de hambre”, cierra el primero antes de comenzar su reportaje en un entrañable Panasonic.

Se dio en el Resort de Campo y Polo de Open Door, a 70 kilómetros de la Capital Federal: allí Pepsi y Lay’s reunieron a los sesenta ganadores de la promoción Gol en contra, que aprendieron lo mejor (de parte de Lionel) y lo peor (con la ayuda de Eber) sobre esa pasión llamada fútbol. “<i>No sabemos qué saldrá de semejante mezcla</i>”, coincidieron las estrellas.

Se dio en el Resort de Campo y Polo de Open Door, a 70 kilómetros de la Capital Federal: allí Pepsi y Lay’s reunieron a los sesenta ganadores de la promoción Gol en contra, que aprendieron lo mejor (de parte de Lionel) y lo peor (con la ayuda de Eber) sobre esa pasión llamada fútbol. “No sabemos qué saldrá de semejante mezcla”, coincidieron las estrellas.

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