Confirmado. Basta de rumores. Volvieron. Hace exactamente dos meses y medio que Karina Rabolini (34) y Daniel Scioli (44) disfrutan más apasionados que nunca de una nueva historia de amor. Fue un reencuentro con mayúsculas, con la misma ternura y el respeto de siempre, en el que intentan avanzar despacio. "Dando pasos sobre seguro", acepta Scioli en un intento por ser discreto. El siempre reconoció: "Karina es el amor de mi vida". Y lo repite hasta el cansancio. Ella trata de perman
ecer en silencio. Trata.
El sábado 27 de octubre viajaron a Miami para visitar el Boat Show en Fort Lauderdale. Daniel aprovechó para reencontrarse allí con sus grandes amigos de la motonáutica. Pero lo cierto es que la pareja vivió una verdadera miniluna de miel durante el fin de semana. Se alojaron en la habitación 914 del hotel
Sheraton Bal Harbour y dedicaron todo el tiempo a gozar de la vida al aire libre. Nada de shopping y sí, muchos besos y arrumacos.
"No sé qué va a pasar en el futuro. Sea lo que sea, yo hoy me siento relajado, bien, en familia, como siempre que estuve al lado de Karina", comentó él a sus amigos. Ella prefiere el silencio. Pero en la intimidad reconoce que lo extrañaba: "La prueba está en que durante los cuatro años que estuvimos separados, nunca dejamos de vernos".
Siempre hubo una excusa, una comida, una consulta, o simplemente un deseo que justificara el reencuentro.
La flamante pareja cenó el domingo junto al italiano Fabio Buzzi, amigo y coequiper de Scioli en el off shore, en la exclusiva parrilla El Polo, en Lincoln y Alton Road, la misma que visitan Shakira (con Antonito de la Rúa) y Chayanne cada vez que tienen oportunidad de estar en la Florida. El menú fue bien criollo: provoleta, achuras, asado y bife de chorizo, acompañados con ensaladas y vino tinto argentino Navarro Correas. Cuando llegó el momento de los postres nadie pensó en la silueta y ordenaron helados y panqueques con dulce de leche. Menos Karina, a quien él, cariñosamente, llama
Pájaro. Ella a él le dice Posh.
Scioli estaba feliz. No paró de bromear con su amigo ni un momento. "Es que yo tengo un piloto en mi escudería que también es diputado. Pertenece al partido Forza
Italia", explicó el italiano con una sonrisa. "Tengo todas las ganas de revolucionar el peronismo de la Capital y ser jefe de la ciudad en el 2003. De mi corta visita a los Estados Unidos me llevo el espíritu patriótico de su pueblo y de sus gobernantes. Porque nunca lo dejaron solo a su presidente en un momento crítico", comentó
Scioli.
El lunes, como dos flamantes tortolitos, se levantaron a las diez de la mañana, desayunaron y salieron a correr durante 45 minutos. Fue un ida y vuelta por la playa desde
Bal Harbour hasta la punta de la bahía con algunas interrupciones sólo para mimos y abrazos. Quienes estuvieron muy cerca de los dos aseguran que a Karina se la nota más enamorada que nunca. "Ojalá sigan juntos y cumplan con el sueño de tener un hijo", es el sincero deseo de sus íntimos. Ellos prefieren no hacer comentarios pero reconocen a dúo: "Nos dimos una nueva oportunidad. Esta vez no queremos dejarla pasar".
por Miguel Braillard
fotos: Luis Fernández
(desde Miami)
Lunes 29. 11 horas. La pareja salió a trotar en la zona de Bal Harbour. Sólo pararon para mimarse.
Durante la cena del domingo en la parrilla El Polo no pararon de darse besos y hacerse arrumacos. Scioli se reencontró allí con amigos del mundo de la motonáutica y se lo vio más feliz que nunca. Karina aceptó que lo extrañaba y que en los cuatro años que estuvieron separados, nunca dejaron de verse.
