“Nos amamos y ya no tenemos nada que ocultar” – GENTE Online
 

“Nos amamos y ya no tenemos nada que ocultar”

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Los chicos de mi edad no me mueven un pelo. Los prefiero mayores que yo, maduros. Y nada me seduce más que el sentido del humor: pueden ser rubios, altos, de ojos celestes, empresarios y dueños de un lomazo, pero si no tienen gracia, difícilmente logren conquistarme. Además, los prefiero morochos. Morochos y con boca grande…”. (Emilia Attias a GENTE a principios del 2006).

La frase hoy reza como profecía, predicción, anticipo de lo que le ocurriría un año más tarde.

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La Bella y El Turco. Emi, sin dudas, tiene mucho a su favor: enloquece a cualquier mortal con sus exquisitos 95-60-93, tiene carisma, gracia, construyó una carrera meteórica (chica de tapa en GENTE, revelación teatral junto a Miguel Angel Cherutti, la nueva cara de la tele con Gladiadores de Pompeya, la más linda para todos los videntes), y –como si fuera poco– ahora descubrimos que, además… ¡es coherente!

Porque a la hora de elegir hombre, la chica no pecó de contradictoria. Lo buscó bien mayor (tiene 21 años más que ella), con sentido del humor (cómico de profesión, por las dudas) y tan morocho como puede serlo un turco de raza, sangre y apellido. Naim Sibara, o El Turco (como lo presentó Marcelo Tinelli en los tiempos en que hacía las imitaciones para ShowMatch, y como se lo conoce hoy) reúne todas y cada unas de las condiciones que la bella (por no decir bellísima) Emilia requería.

Gladiador pampeano. La leyenda cuenta que se conocieron a principios de 2006, cuando la gente de Canal 9 los convocó para la frustrada telenovela Gladiadores de Pompeya. Si bien el programa no llegó a cumplir dos meses en el aire, la onda entre ellos (que había sido a primera vista) siguió fuera de los estudios de grabación. Llamados, largas charlas en un café, confidencias y consuelos en un restó, hasta que –sin darse cuenta– los sorprendió esa cosa llamada amor. Un sentimiento que El Turco demoró bastante en admitir y reconocer. Porque él (pampeano de nacimiento, porteño por adopción) no andaba solo: llevaba seis años ya, en pareja y conviviendo, con la bailarina Paloma Macchione. La deseadísima Emi, en cambio, sabía muy bien qué quería: y si para estar con él debía esperar, lo haría.

Luna de miel a la cubana. En septiembre, Naim dejó definitivamente el departamento que compartía con su ex y se fue a vivir solo. Para festejar el comienzo de la relación, sorprendió a Attias con dos pasajes ida y vuelta, más una semana de estadía, en la paradisíaca isla de Cuba. Era, por cierto, la primera mini luna de miel de la flamante pareja. Recorrieron las callecitas de La Habana, disfrutaron de las playas de Varadero, y muy juntitos regresaron a casa. De vuelta en Buenos Aires, el romance siguió a full. Incluso, Emi se animó a presentárselo a sus amigas más íntimas.

En diciembre divisaron las primeras diferencias: fue cuando las distintas ofertas laborales amenazaban con separarlos. Sibara firmó contrato para hacer La revista de Sofovich en Villa Carlos Paz y Attias no pudo negarse a la tentadora propuesta de Cris Morena y comenzó con los ensayos de Casi ángeles, el nuevo programa que protagonizará junto a Nicolás Vázquez.

Setecientos cuarenta kilómetros: demasiada distancia para una relación que recién comienza, pensaron. Pero, claro, le buscaron la vuelta y ahora Emilia viaja todos los viernes en avión para pasar los week ends entre las sierras junto a su amor.

Sierras hot. Sabiendo que no estaría solo, El Turco alquiló una impresionante casa, con piscina incluida, sobre un lote de 700 metros cuadrados, ubicada en medio de las sierras cordobesas, a orillas del Lago San Roque y a escasos metros del arroyo Las Mojarras. Parque Siquiman se llama esa localidad, que está en el Valle de Punilla, a 10 kilómetros de Carlos Paz y a 15 de Cosquín. Y ahí los descubrió in fraganti el fotógrafo de GENTE.

Aprovechando las cámaras el día que tuvo que promocionar su obra, Naim admitía por primera vez: “Con Emilia estamos muy bien: nos estamos conociendo desde hace cuatro meses, más o menos”. Mientras, en Buenos Aires, ella se sinceraba con una amiga: “Me gusta todo de él: su sentido del humor, su personalidad, su madurez, la forma en que me contiene…”.

¿Estaba todo dicho? No. Porque la diosa fue todavía mucho más allá. “Nos amamos, y ya no tenemos nada que ocultar”, confía hoy, feliz de la vida. Y no es para menos: pese a todo, encontró al hombre de sus sueños.

Emilia y El Turco, juntos, en la piscina de la casa que el cómico alquiló en el Parque Siquiman, a orillas del Lago San Roque. Hacia allí se escapa la bella Emilia todos los viernes para pasar unos románticos week ends junto a su amor.

Emilia y El Turco, juntos, en la piscina de la casa que el cómico alquiló en el Parque Siquiman, a orillas del Lago San Roque. Hacia allí se escapa la bella Emilia todos los viernes para pasar unos románticos week ends junto a su amor.

Dentro y fuera del agua, los besos vienen y van. Attias, feliz, parece haber encontrado al hombre que la protege y contiene. El Turco, mientras, se quedó con la más linda.

Dentro y fuera del agua, los besos vienen y van. Attias, feliz, parece haber encontrado al hombre que la protege y contiene. El Turco, mientras, se quedó con la más linda.

“Con Emilia estamos muy bien: nos estamos conociendo desde hace cuatro meses, más o menos” (El Turco Naim)

“Con Emilia estamos muy bien: nos estamos conociendo desde hace cuatro meses, más o menos” (El Turco Naim)

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