“No soy una chica 90-60-90… ¡Me excedo un poco en todas!” – GENTE Online
 

“No soy una chica 90-60-90... ¡Me excedo un poco en todas!”

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Carla Conte aprendió las reglas del juego. En tan sólo dos años de fama hizo un curso acelerado de celebrity. “No resultó demasiado complejo. Sólo hay que aprender a convivir con algunos rumores”, confiesa. Y dispara la entrevista.

–¿Ya le inventaron un romance?
–Fue muy gracioso. ¡Dijeron que estuve con Robbie Williams!

–No es un mal debut: hay colegas suyas que hicieron carrera desde la cama de Williams.
–(Ríe) Fue más gracioso todavía, porque dijeron: “Robbie Williams llamó a Carla Conte y ella le dijo que no”. ¡Qué delirio! Lo más cerca que estuvimos fue a veinte cuadras, que es la distancia que hay de mi casa al estadio de River.

–Además, usted es una mujer comprometida. ¿Ya convive con su novio, el coach musical Guillermo Brutto?
–Sí, hace dos años. ¿Casamiento? Tengo ganas, pero no me desvelan, porque siento que ya encontré al hombre de mi vida. También quiero ser mamá, claro. ¡Si yo imaginaba que a los 25 iba a estar rodeada de chicos!

–¿A los 29 siente que los años la corren?
–Y… Pero ¿viste que a los 29 no sos tan vieja como imaginabas de chica? Es un rollo, y prefiero no quemarme la cabeza. Tampoco estoy postergando la maternidad por el laburo: que los chicos vengan cuando quieran.

–¿Ya la llamó algún futbolista?
–Jamás. ¿Es cierto que llaman y dicen: “Hola, soy tal”? Además, a mí me tenés que decir en qué club jugás y en qué puesto… ¡Si no conozco a ninguno!

–Le han preguntado si…
–(Interrumpe) ¿Si me hice las lolas? Todo el tiempo. La respuesta es: no; son mías.

–¿Sus medidas?

–Ni idea. No soy una chica 90-60-90; me excedo un poco en todas. Debo andar por los 92-60-92.

–Entiendo que jamás hizo un desnudo.
–Nunca. Me faltan huevos para ponerme en bolas.

–No es justamente eso lo que quieren mostrar…
–(Ríe) Lo demás, lo tengo todo. Pero no me da el cuero. No podría estar hablando con vos sabiendo que me viste en bolas en una revista. Las fotos las hago… ¡pero lo más lejos posible! Mi novio me empuja: dice que le encantaría verme desnuda en una buena producción fotográfica. Yo trato de darle todos los gustos, pero…

–Evidentemente su novio no es celoso.
–Tiene ataques de celos, pero yo soy peor: ¡soy capaz de prenderle fuego a la casa! Me puse de novia dos meses antes de llegar a la televisión, así que este camino lo hicimos juntos.

–¿Cómo vive su experiencia en Bailando por un sueño 3?
–Es fantástico, aunque me está dejando muchos moretones… Termino agotada, pero estoy muy feliz, porque volví a bailar.

–¿Realmente era bailarina?

–Yo “robé” como bailarina varios años (ríe). ¿Dónde? Laburaba en programas de tele, teatro, fiestas privadas, eventos… Hoy podría ser una bailarina de ShowMatch.

–Mencione un par de programas en los que haya bailado.
–No hay tantos pares. En La Cajita Social Show… ¿Lo viste? Bueno, ahora lo están pasando en Volver. Fue mi primer laburo; era de madera terciada. Después estuve en algunos programas de cable, muy depresivos.

–¿Tiene formación clásica?
–No. ¡Yo trabajaba en una casa de cambio! Pero estaba tan quemada que decidí estudiar comedia musical. Cuando me echaron del laburo, hice un comercial y despegué.

–Mucho baile sexy, imagino.
–Siempre. ¡No hacía danza contemporánea en el Teatro San Martín! De todas formas, si bailás en un casamiento no podés caer en bolas. ¡Si soy la novia te arruino a trompadas! Alguna vez también bailé en bikini.

–¿Puede aparecer algún video que no le gustaría volver a ver?
–Hay uno que no quisiera que aparezca, pero no te imagines nada raro, ¿eh? No tiene que ver con destape o cosa por el estilo: sólo parecía que bailaba enyesada… Peor me pasa con las fotos: hay producciones que no sé cómo me animé a hacer. Cuando aparecí en los medios, me prendía en todas y caí en cualquier grasada.

–Parece inevitable: cada vez que asoma una chica linda, la quieren desnudar.
–Lo primero que te ofrecen es ponerte en bolas. Y, como todavía no sabés manejarte, te dejás arrastrar. Cuando empecé en Call TV lo único que les importaba a los productores era mi vestuario: escote pronunciado y mini diminuta. Y que hablase sexy con los tipos, claro. Con el tiempo, cuando empezás a tener nombre propio, podés imponer tus condiciones.

–¿Tiene bien claro hacia dónde apunta su carrera?
–No. Arranqué bailando y empecé a estudiar comedia musical. ¡Quería ser actriz! Después, casi por casualidad, terminé conduciendo. La verdad, estoy tratando de encontrar mi rumbo.

–Con sus curvas y sus condiciones de bailarina, tiene un destino inequívoco.
–¿Vedette? Sí, la verdad es que no estuviste muy creativo: ya me lo ofrecieron bastante. Estuve a punto de trabajar con Miguel Angel Cherutti, pero no pude concretar, por compromisos que tengo con Canal 9. Pero alguna vez me gustaría ponerme plumas.

–Entiendo que jamás habló mal de sus colegas.
–¿Para qué? Si tengo opinión negativa de alguien, me la guardo. O prefiero hablar las cosas de frente, fuera de la pantalla. Una vez hice un chiste desubicado en Call TV, a las dos de la mañana, cuando creí que no me veía nadie. Al programa de Susana Giménez habían ido muchas vedettes y yo dije, en broma: “Me quiero pelear con alguien, así que las que estaban en el living de Susana son todas gatos”. Lo levantaron en algunos programas y tuve que pedirles disculpas una por una. Esa fue mi única peleíta.

–Tampoco hablaron mal de usted.
–Hay gente a la que puede no gustarle mi trabajo, pero nunca tuve un problema particular con nadie.

–Llegó a la televisión a los 27 años. “De grande”, podría decirse. ¿Siente que dio ventaja?
–Para nada. Quién sabe cómo hubiese resultado todo si empezaba a los 17... Ya no soy una nena. Al lado mío aparecen chicas nuevas todo el tiempo. Pero, como dice mi papá, la edad es un estado de ánimo. ¡Y yo me siento de 15, con la experiencia de una mina de casi 30!

Carla jura que no conoce sus medidas. Aunque arriesga contundentes  92-60-92 libres de cirugías. “<i>Todos me preguntan lo mismo, pero… ¡este escote es mío!</i>”, aclara.

Carla jura que no conoce sus medidas. Aunque arriesga contundentes 92-60-92 libres de cirugías. “Todos me preguntan lo mismo, pero… ¡este escote es mío!”, aclara.

“<i>Ya no soy una nena. Al lado mío aparecen chicas nuevas todo el tiempo. Dicen que la    edad es un estado de ánimo… ¡Y yo me siento de 15 con la experiencia de una mina de 30!</i>”

Ya no soy una nena. Al lado mío aparecen chicas nuevas todo el tiempo. Dicen que la edad es un estado de ánimo… ¡Y yo me siento de 15 con la experiencia de una mina de 30!

“<i>Mi novio me empuja para que haga un desnudo. Yo trato de darle todos los gustos, pero siento que no me da el cuero…</i>”

Mi novio me empuja para que haga un desnudo. Yo trato de darle todos los gustos, pero siento que no me da el cuero…

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