“No somos feministas, pero tampoco nos gusta que los hombres nos mantengan” – GENTE Online
 

“No somos feministas, pero tampoco nos gusta que los hombres nos mantengan”

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Existen diversas maneras de comenzar esta peculiar nota… Primera, arrancando por el benjamín de la familia (Gonzalo, 19, estudiante, fanático del rugby). “Y, sí, me agarré bastante a trompadas por ellas. En especial durante la primaria. Antes, la verdad, me calentaba un toco si las encaraban o nombraban jorobándome, y terminaba a los golpes. Ahora me tiré a chanta y dejo que las chicas me cuiden a mí”, miente. Segunda, mediante descripciones biográficas y físicas, algo que buenas fichas y buenas imágenes –del estilo de las que acompañan las nueve páginas anteriores y las dos siguientes– nos eximen de intentar. Tercera, buscando que las definan su madre (Poupée –con acento en la primera ‘e’”, recalca–, 48, propietaria de una inmobiliaria y ama de casa) y su padre (Carlos, 57, teniente coronel retirado). “Perdoná, pero la noticia son nuestras hijas, no nosotros”, esquivan. Y cuarta, la lógica, abriéndoles el grabador y pidiéndoles a las hermanas María Emilia, María Agustina, María Bárbara y María Luciana Attias que conversen como si la cinta del veterano y leal Panasonic, de casete grande, no atestiguara sus palabras y frases.

Emilia: Cuidado, tampoco vamos a tocar el cien por ciento de los temas que tocamos en la intimidad.

–¿Nada de charlar sobre hombres, entonces?
Agustina:
Todas andamos en pareja.
Bárbara: Y cuando andamos en pareja, no charlamos tanto de hombres.
Luciana: Aunque ciertos secretitos nos contamos.
Emilia: Detallecitos que jamás saldrán al exterior, je.

–Okay, lo que elijan. No correremos el riesgo de arrancar peleando con cuatro damas. Mejor les consultamos: ¿cómo se reconoce a una Attias en la calle sin saber que es una Attias?
Luciana:
Nos distinguen por la actitud al andar, heredada de Hebe, la abuela materna.
Emilia: Sumále la impronta de seguridad, fineza, elegancia, espontaneidad, sencillez.
Agustina: Al margen de la piel blanquita y suave que nos legó Mirka, la abuela paterna.
Bárbara: También, por la cara y… por la cola (carcajada).

–Interesantes aspectos, en especial los dos últimos. Ahora, ¿de qué manera se reconoce a una Attias cara a cara, palabra a palabra?
Emilia:
Porque acostumbra llegar tarde e inventar mentiras piadosas para cubrirse.
Agustina: Por los modos educados, la dulzura y la simpatía.
Luciana: En resumen, por ser enchantadoras, mitad encantadoras, mitad chantas.
Bárbara: Una especialidad de Luli son las palabras. Puertas afuera, la más tímida, callada, traga y hipposa y la de más linda sonrisa, una mezcla de Elizabeth Taylor y Angelina Jolie. En la intimidad, la más malhablada, la más bancadora (le hemos usado pilchas, maquillaje, perfumes) y la más noviera.
Emilia: No se metan con la seria y adulta Luciana, mellicitas, socias para el delito. Desde que las descubrimos saliendo del sanatorio sobre el mismo moisés, debemos cuidarnos de ustedes. ¿Recuerdan el lío que armaron cuando gritaron en la clase de Biología: “¡¡¡Una cucaracha!!!”?
Agustina: Ah, ¿nos amenazás? Preparáte.

–Epa, no se peleen.
Bárbara:
¡Vos calláte! ¡Con vos no es! (lanza tentándose).

–Perdón.
Agustina:
Emilia, Emilia. La más artista. La más deportista. La más lanzada; nos hacía disfrazar de gitanas, abejas o lo que pinte, paraba un taxi y nos sacaba a pasear imitando a una extranjera.
Bárbara: Además, la más enquilombada, la más espiritual, la más ecléctica, la más sexy.
Emilia: Gracias. Podrían haberse ensañado peor.
Luciana: Relajá, Emi, que nos toca a nosotras.
Emilia: Dale. Abordemos a Babi. La más reservada. La de tobillos y pies más delgados. La más nochera. La más ordenada. La más moderna. La más apasionada por los diseños. A la par de Agustina, aclaremos.
Luciana: Agus, ufff. Dejámela a mí. La más payasa. La más dormilona. La más naïf. La más vaga en el colegio. La más asustadiza (todavía les tiene miedo a los fantasmas y no duerme si las puertas del placard están aunque sea un poquito abiertas). La de piernas más largas. La más incontrolable y compradora en los shoppings, a la par de Emi.
Emilia: ¿Ahora te metés conmigo?

–Tampoco vayan a enojarse entre…
Luciana:
¡Vos calláte! ¡Con vos no es! (ataca al periodista).

–Disculpen, pero nos pagan por interrumpir y preguntar. Por ejemplo, y pensando en agregarle un poquito de maldad a la mañana, ¿cuál juzgan la zona menos agraciada de los cuerpos de sus hermanas? Rapidito y sin repetir.
Agustina:
Genial. Lo debatimos en privado y te acercamos la respuesta vía mail.
Emilia: En un tiempo. Seguí con el cuestionario.

–Considerándolas muchachitas de fuerte personalidad, tal parecen, ¿se han robado un amor o cosas así?
Juntas:
Ni antes, ni ahora, ni nunca. Nuestros códigos no permiten inmiscuirnos en las historias de la otra. Y dejá de tirar mala onda, che.

–Uno supone que para semejantes diosas de sangre no debe haber nada peor que un papá militar, capaz de tenerlas cortitas. Sin embargo, observando el carácter que destilan, replanteamos el interrogante: ¿pobres las Attias o pobre él?
Emilia:
Ninguno. Los viejos, que se separaron en el ’95, nos educaron con libertad, apertura, complicidad y confianza. Aparte, papá siempre quiso mujeres.
Luciana: Acá ves a dos pares de santitas, cinco si incluís a Fiona, nuestra perra raza Bichon Frisé, a cinco casi ángeles. ¡Hasta autorizamos que Gon empezara a salir con Delfi (Delfina Mercau, 19)! (bromea). Excelente piba. Superó el desafío, y no precisamente de la blancura. Nos cuidamos, nos prestamos la ropa (o dejamos que las tres restantes nos la “roben”), nos queremos mucho. Recorré las fotos de alrededor y comprobarás que no actuamos, que la onda entre nosotras surge natural.
Bárbara: Doña Poupée (Hebe, según su DNI) se lleva su crédito. Aun poniéndonos límites ha cultivado la unión, nos ha enseñado a defendernos en bloque, y contra viento y marea. Sintonizamos la misma frecuencia. Pese a que Emi y yo decidimos mudarnos solas y las mellizas y Gonzalito permanecen con mamá, ¡a los seis nos separa un radio de cinco cuadras!
Agustina: …De corazón, nos necesitamos cerca.

–¿Les convence la idea de compartir carrera y fama? Emilia y Bárbara, para el caso, ya han conocido qué se siente al ver colgada su imagen en las portadas de un puesto de diarios y revistas.
Luciana:
Genial la fama, pero prefiero quedarme abajo.

–¿Léase que la mayor no va a inscribirse en Multitalent Agency, igual que ellas tres?
Luciana:
Léase. A mí me encantaría escribir. La fama tiene sus pro y sus contra.
Bárbara: Te abre puertas, incluso la de tu privacidad.
Agustina: Coincidimos. Ahí se pone complicado.
Emilia: Me encanta que la Tota y Babi puedan mostrar su capacidad, belleza y carisma. Y les sugiero que controlen aquello relacionado a la humildad y la generosidad. En el medio, a varias se les subió el agua al tanque y perdieron la medida. Aparte, hay que concentrarse en el objetivo, mirar hacia adentro en lugar de potenciar el afuera. Me he cruzado en trabajos con minas hermosísimas y jamás me retraje, fui constante en mis metas. Una debe pensar en una y en lo que busca para su futuro laboral.

–¿Y personal?
Luciana:
Formar una familia. Yo me casaré prontito.
Bárbara: Criar hijos.
Agustina: Realizarnos en la profesión.
Emilia: No somos feministas, pero tampoco nos gusta que los hombres nos mantengan.

–¿Lo dice a título propio?
Juntas:
¡Vos calláte!... ¡Lo decimos las cuatro!

Arte digital: Gustavo Ramírez. Maquillaje: Pao Dessaner, con productos Givenchy. Asistente: Claudia Lubián. Peinado: Damián López, para Cool Cuts, con productos Redken. Agradecemos a 47 Street, Muy Miuka, Sathya, Ona Sáez, Class Life, Caro Cuore y Mónica Lancillotti (accesorios)

Aunque nacieron en la Capital Federal, residieron en San Luis, Córdoba y Chubut. Hoy Babi, Agus, Emi (las tres, modelos de Multitalent) y Luli viven en tres departamentos distintos de Las Cañitas. “Nos necesitamos cerca”, fundamentan.

Aunque nacieron en la Capital Federal, residieron en San Luis, Córdoba y Chubut. Hoy Babi, Agus, Emi (las tres, modelos de Multitalent) y Luli viven en tres departamentos distintos de Las Cañitas. “Nos necesitamos cerca”, fundamentan.

“Acá ves a dos pares de santitas, casi ángeles. ¡Hasta autorizamos que nuestro hermano Gon empezara a salir con Delfi! Excelente piba. Superó el desafío, y no precisamente de la blancura”

“Acá ves a dos pares de santitas, casi ángeles. ¡Hasta autorizamos que nuestro hermano Gon empezara a salir con Delfi! Excelente piba. Superó el desafío, y no precisamente de la blancura”

“Todas andamos en pareja, y cuando andamos en pareja, no charlamos tanto de hombres.   Aunque ciertos secretitos nos contamos, detallecitos que jamás saldrán al exterior, je”

“Todas andamos en pareja, y cuando andamos en pareja, no charlamos tanto de hombres. Aunque ciertos secretitos nos contamos, detallecitos que jamás saldrán al exterior, je”

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