«No me puedo imaginar ni un solo día de mi vida sin pisar un campo de golf» – GENTE Online
 

"No me puedo imaginar ni un solo día de mi vida sin pisar un campo de golf"

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A los 81, no puede con su genio y sigue dando cátedra:

-Mirá cómo le pega ése -dice, mientras señala a un jugador que está transitando
el campo del Ranelagh Golf Club.

-¿Va a bajar para darle un par de clases?
-¡No! Ese no aprende más…

-¿Por qué, don Roberto?
-El golf se siente. El swing no está en los brazos, está en la cabeza. Y a
ése no le veo cabeza...

-A los 81 años, ¿qué recuerdos llegan primero?
-Tantas cosas han pasado…

-¿Como cuáles?
-La satisfacción de haber viajado por todo el mundo, haber conocido tanta
gente interesante dentro y fuera del mundo del golf, haber ganado grandes
torneos, claro. Pero, sin embargo, eso no alcanza y falta lo más importante.

-¿Qué puede ser más importante de todo lo que dijo?
-Todos los honores que he recibido a lo largo de mi vida. Fui nombrado
Miembro Honorario del Saint Andrew's Club; también formo parte, desde 1979, del
Hall of Fame (Salón de la Fama) de la PGA (Professional Golf Asociation) en los
Estados Unidos. Es un honor que te hace reflexionar y preguntarte por qué.

-Explique por qué, don Roberto…
-No sé por qué, pero por algo será. Y hablando de honores, mire qué raro
este: en 1975, en los Estados Unidos me invitaron a poner cosas mías en una
cápsula del tiempo que está bajo tierra. Tiene pertenencias de muchas
personalidades. La idea era que fuera abierta en 100 años. O sea, en el 2075...

-Va a ser difícil que estemos para ver qué puso.
-Para vos sí, pero yo seguro que voy a estar (risas).

-¿Estos honores no se consiguen sólo por ser un buen deportista?
-No, el deportista lleva bajo sus espaldas muchas responsabilidades. El
hecho de ser bueno no es suficiente.

-¿Qué se necesita?
-No sé, son condiciones naturales. El que finge en algún momento cae en su
propia trampa. Yo he sido así toda mi vida. Así como vos me escuchás y tenemos
esta charla, bueno, así he sido con todo el mundo durante 50 años.

-¿El respeto por sobre todas las cosas?
-Sí, entonces sentís que es muy cierto eso de cosecharás tu siembra.

-Y por lo que se ve, sigue cosechando galardones…
-Sí, la gente de Bodegas y Viñedos Orfila me galardonó con el Celebrity Wine
Collection, que se va a denominar Royal Liverpool Golf Club, que es la sede del
Abierto Británico que gané en 1967; es una edición limitada de 2000 botellas. Es
un honor que tienen muy pocos: hay un vino Maradona, otro Nick Faldo. Así que
imaginate, lo tomo -en el doble sentido- como un gran homenaje a mi trayectoria
como golfista y como ser humano.

-Cuando repasa su trayectoria, ¿surge alguna asignatura pendiente, don
Roberto?
-Mirá, en estos días se jugó el Torneo de Augusta, y todos recuerdan que en
1968 se me escapó por haber hecho mal la tarjeta. ¡Era y sigue siendo, junto con
el Open Británico, uno de los dos torneos más deseados por cualquier jugador
profesional. Y eso que ya pasaron 36 años.

-¿Y lo toma o no como una cuenta pendiente?
-No, es una cuenta que ya dio sus réditos. Yo en aquel momento, a pesar de
que me anotaron un golpe de más, no protesté. De esa forma, no puse en tela de
juicio a nadie: ni al que me anotó mal la tarjeta, ni a los organizadores. Yo
mismo me hice cargo del error, y esas actitudes traen recompensas.

-¿Se imagina a De Vicenzo sin golf?
-El golf es mi vida. No me puedo imaginar ni un solo día sin pisar un campo
de golf. El golf me dio todo. Mirá si me habrá dado cosas importantes, que hasta
me permitió conocer a Delia, la mujer con la que comparto mi vida desde hace 58
años.

-¿Y cómo va a celebrar estos 81 años?
-Tengo dos festejos: uno con los amigos, que lo tomo en j… y me divierto. Y
otro con la familia, que lo respeto mucho… Los años no vienen solos, y la
familia es lo primero, por eso hay que tomarlo con mucha responsabilidad.

De Vicenzo en su hábitat natural,  el Ranelagh Golf Club. Durante 50 años, he caminado 15 kilómetros por día en una cancha de golf , seis de los siete días de la semana. Imaginate lo que llevo recorrido...", asegura. A la izquerda, la botella de Orfila con su nombre.">

De Vicenzo en su hábitat natural, el Ranelagh Golf Club. "Durante 50 años, he caminado 15 kilómetros por día en una cancha de golf , seis de los siete días de la semana. Imaginate lo que llevo recorrido...", asegura. A la izquerda, la botella de Orfila con su nombre.

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