«No me creo un chico lindo» – GENTE Online
 

"No me creo un chico lindo"

Actualidad
Actualidad

Clifton, Bristol, Inglaterra. Afuera: Llovizna, frío, cielo gris, neblina, silencio, tranquilidad, soledad.
"A veces es triste", dice él. 

Típica casa inglesa. Adentro: Un CD de Andrés Calamaro suena a todo volumen y Agustín Pichot (27, rugbier profesional y casi licenciado en Administración de Empresas y Management Deportivo; o si le resulta más sencillo, la cara de Los Pumas) lo disfruta. Valentina (su hija de 1 año y 3 meses) juega en el basement y hace desastres, mientras Florencia (26), su mujer, trata de pararla.
"Imposible", dice él, mientras pone otro CD y nos permite ingresar en su mundo privado.

"¿Qué más me gusta? De la Argentina, los Ratones. Y de acá ahora estoy escuchando mucho funk, y me engancho con grupos como
Stereophonics o Portishead. También leo mucho: mientras estaba concentrado para jugar con los All Blacks, terminé la biografía de Miguel Angel y la de Van Gogh. Soy de leer muchas biografías, sobre todo de artistas. Cuando tengo tiempo, me voy a Londres con
Flor y la Piniwini -así le decimos a Vale- a recorrer alguna galería".

-Hablás casi como un europeo, ¿no extrañás a la Argentina?
-Sí, mucho; pero por épocas. Hoy estoy un poco "argentinizado", y hay veces que quisiera estar allá todo el tiempo. Algunos días me agarra la nostalgia y quiero volver. Pero es sólo por momentos. Lo que no dejo de extrañar es a mis hermanos, mis amigos, mi vieja, los asados en familia, el club -el CASI-, toda la gente que me quiere. Estar lejos de ellos me mata.

Aunque no lo diga abiertamente, lo que más echa de menos Fichín -ese apodo se lo ganó por su apego a los juegos electrónicos- es a Enrique, su padre, quien murió a raíz de un cáncer en abril de 1999.
"El era todo para mí. Mi consejero en el rugby, en la vida. Hablábamos todo el tiempo y si no me vine antes para acá era porque él no quería. El día que me dijo: 'Bueno, te llegó la hora',
armé las valijas. Fue la decisión más difícil de mi vida. La última vez que lo vi le prometí que en el Mundial de Gales 99 la iba a romper, y por suerte cumplí. Desde arriba, Franco (así le decíamos) debe estar
orgulloso
", afirma Agustín.

-¿Qué cambió en tu vida con su muerte?
-Todo. Siento que soy otra persona. Cambié totalmente mi forma de vivir: antes, como hacen todos, planeaba la vida diez años para adelante y me di cuenta de que eso te hace perder el momento y que no sirve para nada. Hoy vivo el presente. El último tiempo de él fue muy duro para todos, y yo estaba acá. Me acuerdo que jugaba los sábados, y ese mismo día me tomaba el primer avión para Buenos Aires para estar aunque sea un ratito al lado de él. Me quedaba los tres días a su lado, y trataba de que sufriera lo menos posible. Así fueron cuatro meses. Traté de estar lo más cerca que pude, pero no pude acompañarlo en el final. Y eso me lo voy a acordar siempre…

-Tus contratos vienen con muchos ceros atrás. ¿Alguna vez pensaste que ibas a vivir de esto?
-No, nunca. Aparte, en mi adolescencia, no era tan bueno y jugué mucho tiempo en el segundo equipo. Cuando llegó la primera oferta, tenía 18 años, y la verdad que recién ahí empecé a pensarlo. Con los años me decidí, aunque siempre busqué un club en el que también pudiera estudiar.

-¿Qué hacés con el dinero que ganás?
-Trato de ahorrar para estar tranquilo el día de mañana. Lo que estoy haciendo hoy es la combinación perfecta que hubiese querido para mi vida: estoy casi recibido, juego al deporte que más me gusta en el mundo con los mejores del planeta, y encima gano plata. Más no puedo pedir.

-Dinero, deportista de primer nivel y facha es sinónimo de chicas alrededor, ¿cómo lo manejás?
-Es complicado, pero no creo que las chicas que se me acercan vengan por el lado de lo sexual. Ellas, y los chicos también, vienen a demostrarme cariño, apoyo, y para mí, ver la felicidad en sus caras al menos por un rato es muy especial. Me encanta…

-¿Te sentís un sex symbol?
-No, porque no soy modelo. Además, no me siento un chico lindo. Me parece copado que las chicas se acerquen, pero estoy seguro de que lindo no soy y que viene por otro lado. No me hacen sentir Gardel ni nada de eso. Yo sé cómo soy, y no me la creo en lo más mínimo…

-Tu hija Valentina tiene que haber influido mucho para esto.
-Sí. Su nacimiento fue algo espectacular. No digo nada nuevo, pero ella me transformó la vida. Yo siempre fui un chico muy egoísta, y eso hoy quedó en el pasado. Todos los días en lo primero que pienso es en la Pini, y en nadie más. Yo entreno cuatro horas por día y el resto me lo paso pegado a ella; hasta nadamos juntos todos los viernes. Ahora entiendo el amor que tienen mis viejos por mí. Y más valoro el tiempo que compartí con Franco, mi papá.

-¿No pensás en buscar otro hijo?
-Sí, lo estamos pensando con Flor. Ahora estamos aprendiendo y disfrutando de Valentina, pero ya hablamos de empezar a buscar un hermanito o una hermanita. Queremos agrandar la familia, aunque eso va a ser dentro de unos meses. Bah, eso es lo que esperamos…

-Nunca se vieron fotos, ni van a la cancha. ¿Por qué tomaste la decisión de no hacerlas partícipes de tu vida pública?
-Porque no quiero que ellas queden expuestas a cualquier cosa por mí. En la Argentina pasan muchas cosas raras, y la verdad es que no me bancaría que a ellas les pasara algo malo por ser
"la mujer" y "la hija" de Pichot. Es una decisión que tomamos en conjunto con Flor.

-Agustín, ¿qué te falta?
-La persona que tanto extraño: Mi viejo.

Morocho, carismático, inteligente. A los 27 años, Pichot aprendió a cargarse al hombro el peso de la fama. Y a bancarse los embates de los rivales que lo doblan en peso.

Morocho, carismático, inteligente. A los 27 años, Pichot aprendió a cargarse al hombro el peso de la fama. Y a bancarse los embates de los rivales que lo doblan en peso.

Lleva cinco años viviendo en Inglaterra. Sin embargo, no pasa un día sin pensar en su país. Extraña todo: desde el <i>CASI</i> que lo vio crecer, hasta los asados en familia.

Lleva cinco años viviendo en Inglaterra. Sin embargo, no pasa un día sin pensar en su país. Extraña todo: desde el CASI que lo vio crecer, hasta los asados en familia.

Más información en Gente

 

Más Revista Gente

 

Vínculo copiado al portapapeles.

3/9

Lorem ipsum dolor sit amet, consectetur adipisicing elit.

Ant Sig