“No me asusta casarme ni ser madre joven” – GENTE Online
 

“No me asusta casarme ni ser madre joven”

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Ultimamente, Liz Solari –23, rosarina, 1,76 de estatura, 80-59-89, modelo, Dotto Models–, después de un par de tours en Milán o Barcelona, más unas cuantas tapas de revistas y cosas así, está ponderando un doble efecto. Primero, Bailando por un sueño, o el efecto Tinelli, que básicamente te transporta a la casa de tres millones de argentinos por noche. Luego, la apertura de su carrera, el salto de ser modelo a ser personaje, algo que Dolores Barreiro o Pampita Ardohain hicieron hace un tiempo. Todo esto a Liz le encanta. También, está su soñador, Hugo Daniel Meza, que se la juega por Milagros, una chica ciega y alumna de él, que para recuperar la vista debe operarse en Moscú o Boston. Por el lado familiar está su hermano, Santiago El Indio Solari, que salió campeón con el Inter hace poco. O su novio y prometido, Diego Balut –27, modelo, músico e hijo de Teresa Calandra– que vive con ella hace un año en un departamento en Las Cañitas. Diego, en el transcurso de la entrevista, la llama y la vuelve a llamar. Más o menos, la reclama. Tiene algo de hambre. Y Liz siempre le cocina.

–Nunca tuviste tanta exposición en tu carrera.
–Con Bailando… estoy muy contenta, muy cómoda. Me dio una apertura enorme hacia el público. Y la gente me conoce tal como soy. Una cosa es la exposición en mi carrera de modelo, donde hago un personaje. En el programa salgo como soy yo: espontánea, bien natural. Ahora entro a una perfumería y la gente me saluda como si fuera una conocida de ellos de toda la vida. Las fotos son una cosa, pero bailar, y por el sueño de alguien, creéme, te marca bastante más. Y ni me preocupa si la que bailó después de mí hizo un punto de rating más. Yo entré por el desafío. Mi vieja me dijo: “Nena, ¡qué corajuda que sos!”. ¡Ja, ja, ja!

–Ahora, bailás muy bien. ¿Quién te enseñó a menear? Seguro que no fueron tus papás y tus hermanos.
–Y, ¡no! La verdad, aprendí con mi coach y Daniel, mi soñador. Es bárbaro. Con el baile te re desinhibís, te mostrás más sensual.

Bailando… es algo muy heterogéneo. Estás vos, Carmen Barbieri, Paula Robles, Nina Pelozo...
–Es un popurrí de gente de ambientes totalmente diferentes. Y es parte del show. Soy una mina cero conflictiva. No entré para armar escándalos. A poner los pies en la tierra, y ponerse a laburar. Con Nina Pelozo me quedé charlando el otro día. La felicité, porque aunque suene mal, tiene la edad de mi mamá y baila con toda la garra. Y ella me dijo que estaba muy feliz, relajada. Tengo que aprender de ella.

–Podés terminar en la máquina de la fama, los programas de chimentos a la tarde, etcétera.
–No los miro, y la verdad estoy al margen. Si corresponde, iré, pero no creo que me sume mucho.

–Con respecto al sueño de Daniel, ¿conociste a Milagros?
–Sí, la conocí. Antes de empezar, Daniel armó una cena en San Fernando, y ahí estaba. Fue muy fuerte verla, pero muy alentador también. Entró al lugar como si no fuera ciega, como una nena de 11 que quiere salir adelante. La familia es muy humilde, y les cuesta muchísimo. La máquina Braille que usaba para escribir se rompió y no puede estudiar. Como quería aprender danza, Daniel iba a la casa y le enseñaba. La verdad, al final de todo, si llego a cuartos de final, semi o lo que venga, lo que importa es si esta chica recupera la vista o no.

–¿Es cierto que de chica cazabas ranas?
–¡Ja, ja, ja! ¡Es cierto! En un estanque en donde vivíamos, un campo en las afueras de Rosario, que realmente es campo-campo. Cuatro hermanos varones y yo; imagináte. Las juntábamos, las cocinábamos y las vendíamos. ¡Aunque nunca me comí una! Me da como cosita.

–¿Y cómo era esa vida a lo Heidi?
–Era lo más. Cada tanto vuelvo, con mi perra, Ziggy, a relajar. A mí no me des ninguna playa. ¡Dame tanque australiano!

–¿Hace cuánto estás con Diego?
–Vamos para tres años y medio.

–A los 23, ¿cómo hacés para no hartarte de alguien en tanto tiempo? Es medio un desafío.
–La verdad, no sé qué decirte. Yo al Negro lo elijo todos los días. Es modelo también, y no me parece raro: es lógico que tengas onda con alguien de tu mismo trabajo. Me encanta su música. Está preparando un disco de pop-rock, tipo Coldplay. Toca todo: viola, piano, batería. Estudió en la universidad de Berkeley, en California, así que imagináte. Estoy cada vez más enamorada… ¡Qué romántica que me puse! ¡Ja, ja, ja! Estamos bien consolidados en lo afectivo. Cuidamos lo que tenemos.

–¿Se casan?
–Nos comprometimos, y sabemos que nos vamos a casar, pero al tema lo hablamos y nos dimos cuenta de que no es el momento, ni de él ni mío. Pero, la verdad, no me asusta casarme ni ser madre joven. Me copa la idea.

–Y si el test de embarazo sale azul, ¿qué hacemos?
–¡Sigo para adelante y bien chocha! Porque ese hijo va a ser del amor de mi vida.

–Con Teresa, tu suegra, ¿cómo te llevás?
–¡Bárbaro! ¡Un personajeeee! Es una suegra muy divertida, y muy buena gente. Toda la familia de Diego lo es.

–¿Y con Tinelli?
–Con Marcelo, la mejor. Te re contiene, te apoya. No sólo él, sino todo el equipo: producción, vestuario…

–Es un salto bastante importante el que diste. ¿Cómo queda tu carrera de modelo después de esto? La tele es un gremio muy tentador.
–No va a quedar atrás, porque me dio todo lo que tengo. Pero estoy pensando en toda la apertura de oportunidades. Voy a decidir qué pasa. Me encantaría conducir.

–Salís bastante hot en las fotos…
–¡Es que ya son seis años de ser modelo! Tenía que formarme un diálogo interno en algún punto. Y hay actuación, eh.

–¿Cuánto sería?
–Y, yo diría que de actuación, en mi caso, ¡un 95 por ciento! Pero quedarse en el papel del angelito, la diablita o la gata, no está muy bueno que digamos. En casa cocino yo, y no le pongo cara de gata a mi novio mientras le hago las milanesas.

–Te suena el celular…
–Pará que me está llamando mi novio. Hola, ¿Negri? Sí; bancá que en un ratito llego.

–Te demanda, por lo visto.
–¡Pero lo justo y necesario! Con esto de Bailando… hay veces que lo tengo algo dejado. Tengo que ir a hacerle la cena. ¿Qué decís que le prepare? ¿Milanesas?

Liz (23, rosarina, 1,76 de estatura, 80-59-89), muy hot y a pleno. Mucha paz para una chica que no piensa en el rating. Aun así, el futuro le resulta muy tentador.

Liz (23, rosarina, 1,76 de estatura, 80-59-89), muy hot y a pleno. Mucha paz para una chica que no piensa en el rating. Aun así, el futuro le resulta muy tentador.

 “Con el baile, te re desinhibís, te mostrás más sensual. Como modelo hago un personaje. En el programa salgo como soy yo: espontánea, bien natural”

“Con el baile, te re desinhibís, te mostrás más sensual. Como modelo hago un personaje. En el programa salgo como soy yo: espontánea, bien natural”

 “Entro a una perfumería y la gente me saluda como si fuera una conocida de toda la vida. Bailar, y por el sueño de alguien, creéme, te marca bastante”

“Entro a una perfumería y la gente me saluda como si fuera una conocida de toda la vida. Bailar, y por el sueño de alguien, creéme, te marca bastante”

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