“No dejaría de trabajar para seguir a mi novio” – GENTE Online
 

“No dejaría de trabajar para seguir a mi novio”

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Una letra azteca donde nace su espalda, una estrella en su cuello y el símbolo del yoga sobre su pie derecho son los tatuajes que marcan su piel. La bonita Marcela Kloosterboer cumplió los 23. O sea: ya no es aquella niña que conocimos hace once años en Dibu o la que saltó a la fama con Chiquititas, aunque la idea de ser una de las mujeres que provocan fantasías en los argentinos no le divierte demasiado: “¿Yo sex symbol? ¡Naaah! Nunca me voy a hacer cargo de eso. No estoy en pose para provocar nada en los hombres. Soy natural y no estoy pensando en lo que pueda pasar por la cabeza de los otros”. Y, en esto de crecer, Marcela explica su proceder cuando se sienta a conversar por sus contratos laborales: “No tengo exigencias de estrella. No entiendo cuando los actores se sienten el centro del mundo”, explica. Claro que esas exigencias aparecen a la hora de la producción fotográfica con GENTE: “La remera no me la saco, nada de bikini…”, sentencia.

A las tres de la tarde de este sábado, el sol golpea de lleno sobre el deck del Personal Beach Peralta Ramos y llega el momento del face to face con Kloosterboer. Confiesa sentirse madura, y que de a poco nos vamos a acostumbrar a verla en papeles fuertes. Por ejemplo, la chica dura encarnada por ella en Doble venganza. “Para prepararme, estuve yendo a un polígono de tiro, y la verdad, todos los disparos fueron al pecho y a la cabeza del blanco. Tuve puntería, así que, cuidadito con lo que preguntás…”, amenaza Marcela por última vez, y regala la primera sonrisa de la tarde.

–No tiene el perfil de una persona que porte armas, aunque la describen como una mujer muy impulsiva.
–Es cierto. Por más que aprendí a tirar, creo que no me animaría a andar con armas. Tengo un carácter bastante fuerte, sobre todo cuando me enojo: soy de discutir hasta las últimas consecuencias. Cuando era chica le pegaba a mi hermano con el palo de hockey.

–¿Y alguna vez recurrió a la técnica del cenicero con alguna ex pareja?
–¡No! Por ahora, no llegué al extremo de tirarle un objeto por la cabeza a alguien. Será por eso que sigo teniendo buena relación con mis ex, aunque no los vea.

–Hablando de relaciones de amor-odio, algunos medios no fueron muy benévolos con Doble venganza. ¿Cómo se lleva con las críticas?
–Sinceramente, no estoy pendiente de la tele o las revistas. No estoy esperando el comentario del diario del día siguiente al estreno. No sé ni cuándo sale. Es más, de Doble venganza no leí ni una. Sólo me importan las críticas de la gente que está conmigo, en el trabajo, o las de mi familia.

–¿Y qué diría si sus productores le propusieran un desnudo para calentar la pantalla?
–No descarto la posibilidad de hacer un desnudo en el futuro. Pero por el momento no lo haría. Me mandaría si realmente me parece que el trabajo lo amerita. No lo haría porque sí, ni a los 15 ni a los 40.

–Ahora, para posar con poca ropa, debería consultarlo con su novio, Gastón Gaudio…
–No. ¿Por qué? Simplemente se lo comentaría. Me gusta tomar mis decisiones sola, por mí misma. Cuando me ofrecen algo, sé por dentro si me entusiasma o no.

–¿Y qué dice el Gato cuando tiene que besar a un actor en la ficción?
–Es algo que toma de manera natural, porque yo actúo desde chica y él me conoció de esta manera. Es parte del trabajo. Cualquiera puede entenderlo.

–Kloosterboer, ¿usted es consciente de que dejó atrás a la nena que comenzó hace once años y que muchos la ven como un objeto sexual?
–(Ríe) ¡Nooo! ¿Qué decís? No me hago cargo de eso. Ya no me siento una chica, pero tampoco un símbolo sexual. Sinceramente, no trabajo para provocar nada en los hombres.

–¿Se hace difícil llevar adelante una relación con un tenista que viaja todo el tiempo?
–Por ahora estamos muy bien así. Los viajes tienen pros y contras. La rutina es un tema que en general aburre, pero en mi caso no ha sucedido, porque hemos pasado hasta tres semanas sin vernos. Por suerte, tengo una profesión donde podés ir eligiendo lo que querés hacer.

–¿Resignaría su carrera por acompañar a Gaudio?
–Soy de la idea de acompañar siempre al otro, pero no dejaría de trabajar para seguir a mi novio. Tampoco permitiría que Gastón lo hiciera por mí, porque en la vida necesitás algo que te llene. Me encanta mi trabajo. Es algo que me alimenta y me hace bien.

–Marcela, se la ve una chica tradicional: ¿sueña con casarse de blanco?
–La verdad que no, a tal punto que ni siquiera me lo he preguntado. No sé si me casaría en una iglesia, simplemente porque no voy a la iglesia. Antes de casarme me gustaría convivir, porque nunca lo hice con ningún novio…

La diosa posa tímidamente ante la cámara. De a poco, va dejando esa imagen angelical y encara papeles más comprometidos. Marcela no aceptó posar desnuda para una famosa publicación.

La diosa posa tímidamente ante la cámara. De a poco, va dejando esa imagen angelical y encara papeles más comprometidos. Marcela no aceptó posar desnuda para una famosa publicación.

“<i>Antes de casarme me gustaría convivir, porque nunca lo hice con ningún novio</i>”

Antes de casarme me gustaría convivir, porque nunca lo hice con ningún novio

Marcela, en el <i>spa Para Ti Idor</i>, en la <i>Personal Beach Peralta Ramos.</i>

Marcela, en el spa Para Ti Idor, en la Personal Beach Peralta Ramos.

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