“No conozco los límites… ése es mi problema” – GENTE Online
 

“No conozco los límites… ése es mi problema”

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Es de sueño pesado y largo. Y recién levantada, Celeste Cid (25) parece de mal humor. “¡Uso cinco despertadores! ¡Cinco!”, recalca, mientras camina por las calles del cerro Catedral, medio bailando, medio volando. Cuenta que le interesan la etimología (ciencia que estudia el origen de las palabras) y los versos de Alejandra Pizarnik (poetisa argentina que se suicidó a los 36 años). Prefiere la máquina de escribir a la PC, no sabe qué es el bluetooth y si saca fotos, lo hace con una cámara Leica a rollo. “De chica, para Navidad siempre pedía microscopios… El riesgo de acercarte tanto a las cosas es que no ves nada”, dice.

Invitada por Personal, pasó el fin de semana en Bariloche. Sola, sin su hijo (André, 4, lo tuvo con el músico Emmanuel Horvilleur, 34), tampoco su novio, Joaquín Levinton (33, ex líder de Turf). Con una copa de tinto, se dispone a la charla y empieza por su parte más desconocida: “Lo primero que compré con mis ahorros fue un piano, y lo toco desde que tengo doce. En el colegio era abanderada, con promedio 9,70. Si me ponían un 8 me largaba a llorar. Soy de las que odian las medias tintas: zafar me parece un bajón… O soy buena o soy mala. En mi caso, me siento mejor como directora que como actriz, y eso que acabo de rodar Kabaret Delux, película en la que encarna a la hija de un desaparecido”, cuenta.

–En el esquema de alumna brillante, ¿te soñabas actriz?
–No, para nada. Cuando era chica sólo sabía que iba a escribir. Y no me equivoqué.

–¿Qué escribís?
–Poesía y guiones. Cuando mi hijo está con el padre me paso toda la noche escribiendo.

–¿Sos profesional?
–Naaa… lo profesional me aburre. Vendrías a ser una máquina que resuelve algo que ya se sabe. Eso ya lo aprendí de memoria, ahora quiero aprender algo que no sepa. ¡Yo me quiero equivocar grosso y después pagarlo…!

–Antes querías ser perfecta. ¿Ahora te gusta equivocarte?
–No sé si me gusta, pero quiero probarlo. Si me dicen: “Esto es así”, me parece perfecto, pero necesito comprobarlo yo.

–¿Los padres tienen la culpa de todo?
–Es muy probable.

–¿Qué clase de mamá sos con André?
–Habría que preguntarle a él cuando crezca. Uno trata de criar a los hijos haciendo lo contrario de lo que hicieron con uno, y tu hijo es probable que vuelva a hacer otra vez lo contrario. Debe ser por eso que los hijos y los abuelos se llevan tan bien (se ríe).

–¿Sos la hija que soñó tu madre?
–Sí, lo soy… pero al revés.

–¿Cuáles son tus mejores y tus peores sentimientos?
–Tengo una vida hermosa: trabajo de lo que me gusta, escribo, tengo un hijo, lo llevo al jardín, hago las compras… ¿Qué más puedo decir? Pero también vivo mis momentos de angustia. Siento nostalgia por algo que ya no está, como la infancia. Cuando sos chico, no especulás.

–Te noto fascinada con André. ¿Es más parecido a vos que al padre?
–Estoy absolutamente fascinada. André es una muy linda mezcla de los dos. Físicamente lo veo parecido al padre, y de carácter, a mí.

–¿Eso último es bueno?
–¡Por supuesto que no! Ja ja.

–Siempre hablás muy bien de Emmanuel. ¿Te gusta que sea el padre de tu hijo?
–Sí, claro que me gusta. Yo no soy ninguna tonta, ja, y él es re buen papá.

–Hablame de tu actual pareja, Joaquín Levinton…
–… Hablando de chicos, Joaquín tiene un espíritu muy juvenil, y está buenísimo eso. Pero está bueno también crecer. Quedarse en el niño me parece un bajón.

–¿Joaquín se queda en el niño?
–Ja, eso no te lo voy a responder, de ninguna manera.

–¿Cómo fue el episodio de su internación en el Bazterrica?
–Derivó en algo horrible… Uno no puede decir cosas de una persona sin saber que alrededor de él existen un montón de seres humanos. Si querés, contá que estoy de novia, que corté, que volví, lo que se te ocurra, pero la salud es algo más delicado. Se están cagando en vos, ¿entendés? Los tontos no tienen escrúpulos.

–Se habló mucho de los excesos, ¿cómo te llevás con ellos?
–No conozco los límites... Ese es mi problema. Seguramente porque no los tuve de chica. Entonces los voy descubriendo de a poco. Si tomo vino, no me pongo a pensar cuánto puedo tomar. Por lo general, freno cuando me duele todo, ja.

–¿Alguna vez tocaste fondo?
–¡No! No soy muy suicida… todo el tiempo.

–¿Te fijás en las mujeres?
–Sí, me parecen hermosas. Tanto el género femenino como su mundo. Pero no te diría: “¡Me casaría con Valeria Lynch!”. Aunque sería divertido levantarte y que te canten “¡Qué ganas de no verte nunca más!”.

–¿Tuviste alguna propuesta amorosa de una mujer?
–No, y de hombres, tampoco tantas, eh. Además, cuando estoy en pareja, estoy en pareja: soy fiel y legal, no pelotudeo con los hombres.

–¿Todos los hombres son infieles?
–Sí, seguro. Son esas creencias como que todas las mujeres son histéricas. Pero si un novio mío alguna vez me es infiel, ¡lo mato!

–¿Vos sos histérica?
–Ja, a veces sí.

–¿Te casarías con un hombre?
–No, pero en algún punto sí. No sé si te contesté.

–¿Quién es Charly García para vos?
–Lo conozco del videoclip que filmamos. Hablé, a lo sumo, tres palabras con él. Lo increíble es que me hizo entender algo que no me dijo, y que tampoco entiendo. No estoy siendo muy clara, ¿no? Fue algo así como un espejo.

–¿Cómo lo ves ahora?
–Mucho mejor. A Palito Ortega le digo “¡chapeau!”. De eso trata el rock and roll: de ayudarse entre todos. Dice que se aburre de la rutina. “Cuando aprendí algo de memoria, quiero aprender algo que no sepa. ¡Yo me quiero equivocar grosso y después pagarlo…!”, afirma.

Dice que se aburre de la rutina. “Cuando aprendí algo de memoria, quiero aprender algo que no sepa. ¡Yo me quiero equivocar grosso y después pagarlo…!”, afirma.

“Tengo una vida hermosa: trabajo de lo que me gusta, escribo, tengo un hijo… Pero también vivo mis momentos de angustia. Siento nostalgia por algo que ya no está, como la infancia”

“Tengo una vida hermosa: trabajo de lo que me gusta, escribo, tengo un hijo… Pero también vivo mis momentos de angustia. Siento nostalgia por algo que ya no está, como la infancia”

“No tuve propuestas  amorosas de mujeres, y de hombres, tampoco tantas... Cuando estoy en pareja, estoy en pareja: soy fiel y legal”

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