Domingo cinco de agosto, ocho treinta de una helada mañana. Sobre la calle Julieta Lanteri, que aunque todos digan que es Puerto Madero según los mapas es Costanera Sur, hay alrededor de cinco mil quinientos potenciales maratonistas. Potenciales, porque los profesionales son apenas unos pocos, y entre la multitud, la gran mayoría son padres de familia, arriesgados deportistas de fin de semana, defensores a ultranza de la vida sana y un actor, Dady Brieva (50), que se anima a trotar “para liberar la libido”.
Hay una cosa que debemos reconocerle a cada uno de los participantes de las Rbk10, el maratón organizado por Reebok, y es su voluntad de hierro. Porque levantarse un domingo a las siete de la mañana, hacerle el aguante a los cuatro grados polares de temperatura, soportar el viento, que a esta altura vuela más de un peluquín, sólo por amor al deporte, es un acto de arrojo.
A las nueve en punto, los atletas del coraje arrancan el maratón. Al principio, son como un bloque compacto de remeras celestes. De a poco ese bloque se va dispersando en manchas celestes que recorren gran parte de la Costanera Sur. Treinta minutos y treinta segundos después, Juan Justo Suárez es el primero en cruzar la meta, y por ende, el ganador de su categoría. Entre las mujeres, Raquel Maraviglia tarda tan sólo treinta y cuatro minutos, veintidós segundos, y también se lleva el cheque mayor.
Cuando el reloj marca los 51 minutos de iniciado el maratón, Rubén Enrique Brieva, más conocido como Dady (50), el Da de MiDaChi, actor, cómico, conductor de televisión, y ahora también de radio, más precisamente de Dady 790, que se emite por Radio Mitre de 9 a 12, cruza la meta. Y nada de llegar boqueando por el esfuerzo. El hombre que eligió un country náutico en Escobar para vivir en Buenos Aires, llega enterito, como si recién se hubiera levantado y enfrenta el grabador.
–¿Encima corre, Dady?
–Sí, hace cuatro años que corro. Para mí correr es la mejor forma de liberar tensiones. Hago duatlón intercountry, estoy federado en la categoría de 45 a 51 años. No soy un deportista de elite, pero cuidado…
–Acaba de tener un primer semestre de éxito. ¿Qué se viene para el segundo?
–Sólo quiero seguir viviendo tranquilo, haciendo lo que me gusta.
–¿Volver a la tele?
–No, ni loco vuelvo a la tele: es una picadora de carne. No vuelvo ni con los MiDaChi, ni para Patinando por un sueño. Yo me quedo en la radio, que es un medio mucho más noble y no te pide que estés en el candelero todo el tiempo.
–¿Por?
–Hace rato que la tele se volvió muy caníbal, y esa competencia la verdad que me saca las ganas de formar parte.
–¿Y llevar a la tele alguna propuesta de humor?
–Mientras siga habiendo entretenimientos, el humor no hace mucha falta. Si te ponés a ver, en las ternas de los Martín Fierro pusieron a Televisión Registrada y a Resumen de los medios como programas de humor…
–Habla como si el género del humor hubiera muerto…
–Vos sacá tus conclusiones. Si en la terna de los Martín Fierro eligen esos dos programas, pasa una de dos: o las ternas se hacen mal o el humor desapareció. Mirá lo que te acabo de decir, estoy muy profundo (ríe).
–Nueve de la mañana, cuatro grados, hay que tener ganas de salir a correr…
–Sí, el frío complica las cosas, pero yo siempre salgo a correr a esta hora los fines de semana. Ojo, me cuido pero tampoco soy Nacha Guevara. No tomo agua mineral. Corro para no engordar, pero no es que no como, ni tomo nada de nada. A ver, te voy a editorializar: limpio para ensuciar.
–¿Y si uno vive ensuciando?
–Se muere. Pero más triste es morirte sin haberte ensuciado nunca. Eso sí que debe ser insoportable.
DIEZ CONFESIONES DESOPILANTES
–Dady, ¿dónde se manifiesta su torpeza?
–Con la tecnología. La computadora, por ejemplo. O con el home theatre: que la salida del dvd, que la entrada de la televisión... y todos esos cables que van de un lado a otro. Nunca sé dónde van. No entiendo. En realidad, soy un inútil hasta para programar el lavarropas.
–¿Qué mujer le hubiera gustado ser?
–Paris Hilton… Pero, pensándolo bien, debe estar sufriendo por haber sido desheredada. Mejor, quisiera ser alguien vaga, pero que la pasa bien… Susana, Susana Giménez podría ser…
–¿Y a qué hombre envidia?
–Al hijo de Carolina de Mónaco, Andrea creo que se llama… ¡Qué facha tiene el hijo de puta! El otro día lo veía en GENTE: ni un gramo de grasa, y estaba en un lanchón con diez taradas y cuatro atorrantes, en medio del Mediterráneo.
–¿Qué profesión de sus hijos lo decepcionaría?
–Alguna carrera que tenga que ver con las ciencias exactas, o contador, profesor de matemática, o de química, o licenciatura en computación, o comercio exterior, o administración de empresas. No me gusta nada que no tenga que ver con lo humanístico, con el corazón, con la gitanería, con lo animal…
–¿Cuál es su habilidad inútil?
–Sé ordenar: soy obsesivo y riguroso. Por ejemplo, vos me traés seis changos repletos del supermercado, y yo te lo meto todo en una heladerita de 2x2.
–¿Alguna vez hizo pis en una pileta de natación?
–Te voy a hacer una confesión: yo hago pis en el lavatorio. Mi mujer dice que es un homenaje a mi viejo, que hacía lo mismo. Pero la verdad es que lo hago porque me da fiaca levantar la tapa del inodoro.
–Queda una porción de pizza. ¿Se la deja al otro o se tira de cabeza a buscarla?
–Salto de cabeza, sin dudas. Si veo que hay pelea, transo; de última la partimos al medio, pero ni en p… me quedo con las ganas.
–Los Midachi son… Complete la oración.
–Son como una F-100. Iba a decir un Ford Falcon, pero me sonó a Proceso militar; iba a decir 4x4 y me pareció muy Macri. La F-100 es accesible, sirve para toda clase de tareas, no defrauda. Y si se tratara de una comida, nosotros somos como la milanesa con papas fritas.
–¿El peor consejo que le dieron en su vida?
–“Hay que cambiarle el nombre a Midachi, porque no tiene punch”. Carlos Spadone también nos dijo hace tiempo: “¿Qué esperan ustedes? ¿Que saque a Susana Giménez y los ponga a ustedes, tres negritos de Santa Fe que vienen a tocar la guitarra?”. Susana hacía La mujer del año en el Lola Membrives. Hace un tiempo me encontré con Spadone comiendo una parrillada en El mangrullo y nos cag… de risa de su “vaticinio”.
–¿Qué no puede comer hoy por haberse empachado de chico?
–Huevo frito, flan quemado y banana negra: eso no puedo. ¿Fobias de chico? Mi mamá me hacía comer toda la fruta que quedaba; si no, nos hacía una tortilla con lo que sobraba. Sea como sea, en casa había que comer todo.
–Se encuentra con Dios. ¿Qué le recriminaría?
–“No me hiciste una bien. Ni una bien me hiciste, Barba…”.
por Rafael July 
El Midachi dispara: “Hace rato que la tele se volvió muy caníbal. Prefiero la radio, que es un medio mucho más noble”.
A lo largo de duros 51 minutos, Dady Brieva cubrió al trote los 10 kilómetros del maratón Reebok por las calles de Costanera, con un frío que calaba los huesos.
“Ojo, me cuido pero tampoco soy Nacha Guevara... Corro para no engordar, pero no es que no como, ni tomo nada de nada”.
