«Ni la imagen ni el éxito… hoy priorizo la cabeza» – GENTE Online
 

"Ni la imagen ni el éxito... hoy priorizo la cabeza"

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"Estoy feliz porque estoy vivo, porque estoy trabajando de vuelta, porque comprobé que podía, porque no me entregué. Porque pude a pesar de todo. Me siento más vivo que
nunca
", dispara Calvo con una sonrisa y una satisfacción diferentes. Son las ocho de la mañana y en la calle donde Carlín graba los exteriores de
El Hacker 2001, programa que marca su regreso a la tele después de su hemiplegia, el termómetro marca tres grados centígrados. Sin embargo, ni la hora ni el frío alteran su humor. Está radiante, como hacía mucho no se lo veía. 

-¿Tu estado de ánimo es gracias al trabajo?

-No, no es sólo eso. Me siento bien porque logré la armonía que tanto buscaba entre la familia y el trabajo. Al principio, cuando me estaba recuperando, me di cuenta de que me costaba mucho adaptarme a la vida cotidiana y familiar sin hacer nada. Entonces necesité reencontrarme con lo que había sido siempre mi razón de vida: el trabajo. Tener la cabeza en acción era primordial para lograr sacarme de encima los pensamientos negativos. Me arriesgué a volver, a pesar de que muchos pensaron que era demasiado. Saber que pude me devolvió la alegría.

-Vamos por parte, ¿cómo y cuándo te llegó la propuesta de El Hacker?
-Fue en febrero de 2000. Yo había vuelto de mis vacaciones en Pinamar y el panorama era negro porque no tenía una proyección concreta de laburo. Estaba en plena recuperación y me llamó Sebastián (Ortega, el productor) para salir a almorzar.
"Tengo una historia para vos", me dijo. Yo en ese momento no sabía si dejar la carrera o no. Por un lado, decía:
"No puedo seguir", se me aparecían los fantasmas de que no iba a poder. Pero por el otro lado no me bancaba el duelo. Me empezaba a sentir discriminado. 

-¿Por qué?

-Ahora me doy cuenta de que lo vivía así porque no me sentía en condiciones físicas para retomar el trabajo. Todo pasaba por mi cabeza, cada vez me aislaba más. Hasta que Sebastián me contagió su energía y su positivismo. Y por suerte le di pelota a mi intuición y comprobé que sigue intacta.

-¿Cómo encarás la lucha por el rating?
-Mirá, la encaro contento. Y espero seguir estándolo con o sin rating. En realidad no sé qué me va a pasar. Antes estaba mucho más pendiente del resultado, ahora creo que cambié. Antes, el éxito era mi prioridad. Llegué a decir que el fracaso era la muerte en vida, estaba loco. Esta vuelta a la tele la encaré de otra forma. Y además puse mis límites, cosa que no hice cuando volví a hacer Drácula. En aquel momento, en vez de tomármelo con calma, seguí con mi vida a mil. Ahora sé que tengo que tener más cuidado y también estoy mucho más contenido por mi familia. Me acuesto a una hora prudente, sé que a la mañana viene el
"Papi, papi" de Facundo y tengo que responder. Hay un cambio de matiz en ese papito (se ríe). Eso me tiene muy movilizado, pero lo mejor es que no tengo tiempo para aburrirme.

-¿Qué te hizo cambiar tanto?

-Todo lo que viví fue demasiado fuerte como para darle al éxito la importancia que le daba antes. Creo que hoy logré un equilibrio. Y con esto quiero ser lo más honesto posible. Estoy bajando los decibeles… Mi regreso al teatro tuvo mucho que ver: haber enfrentado el escenario y el público, cruzar esa barrera, me bajó a tierra. 

-¿Extrañás tu vida anterior?
-No (rotundo). Hoy ya no. Por momentos, extrañaba el vértigo, la velocidad del trabajo, y ahora entiendo que era porque eso me permitía no detenerme a pensar. Ahora tengo tiempo para pensar. Pero ese vértigo, ahora me asustaría. 

-¿Quién te ayudó en todo este proceso?

-Mi terapeuta y mi familia. Sobre todo la contención de mi mujer (Karina) fue muy importante. Estoy feliz. A veces miro atrás, pienso en Cuba. Me aislaba porque todo me daba miedo, pensaba que me iba a resbalar, que me iba a caer. Decía: "¿Y cómo se sostiene
esto?
". Por eso estoy feliz: porque no me entregué. 

-¿Te planteás qué querés hacer de ahora en más?
-Mi vida hoy es disfrutar aquí y ahora, no como antes, que vivía proyectándome en el éxito siguiente, sin disfrutar el que tenía. No me hace bien planear, pero me alivia saber que puedo proyectar. Sé que ahora tengo ganas de hacer todo: cine, teatro, tele. Pero lo más importante es que sé que puedo. 

-¿Te interesa, como antes, saber cómo te ve la gente? 

-La verdad es que sólo quiero que me vean como a un ser humano y que sepan que mis intenciones son las de ser cada día mejor persona. Ojo, no perdí la coquetería. Pero ahora ni la imagen ni el éxito... Hoy priorizo la cabeza. Hoy no quiero vender nada, sino tratar de ser lo más parecido a mí. Y transmitir la alegría que tengo en este momento porque estoy vivo, porque no me entregué, porque la peleé a muerte. Nada más. Nada menos.

Dice que no perdió la coquetería, pero que hoy le interesan otras cosas. Sigue a full con la rehabilitación tres veces por semana. Y aunque no quiere planear demasiado, está dispuesto a hacer cine, teatro o lo que venga, porque sé que puedo".">

Dice que no perdió la coquetería, pero que hoy le interesan otras cosas. Sigue a full con la rehabilitación tres veces por semana. Y aunque no quiere planear demasiado, está dispuesto a hacer cine, teatro "o lo que venga, porque sé que puedo".

Estoy orgulloso de participar en El Hacker 2001. Es un género, un formato nuevo, algo que no existe en la televisión argentina", sintetiza Carlín sobre la miniserie de 13 capítulos que coproduce Sebastián Ortega, Luis Mentasti, Gustavo García y Telefé. ">

"Estoy orgulloso de participar en El Hacker 2001. Es un género, un formato nuevo, algo que no existe en la televisión argentina", sintetiza Carlín sobre la miniserie de 13 capítulos que coproduce Sebastián Ortega, Luis Mentasti, Gustavo García y Telefé.

Es la historia de Dante Rossi (Calvo), un hacker que descubre información importante que incrimina a políticos. Es víctima de un atentado y lo dan por muerto. Pero no lo está. Lo rescata un viejo linyera y sigue trabajando desde la sombra y a través de un equipo de cinco jóvenes hackers para hacer caer a los delincuentes. Es una historia con suspenso, acción y amor", explica Carlín.">

Es la historia de Dante Rossi (Calvo), un hacker que descubre información importante que incrimina a políticos. Es víctima de un atentado y lo dan por muerto. Pero no lo está. Lo rescata un viejo linyera y sigue trabajando desde la sombra y a través de un equipo de cinco jóvenes hackers para hacer caer a los delincuentes. "Es una historia con suspenso, acción y amor", explica Carlín.

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