“Ni actor, ni actor cómico: soy cantor y artista de varieté” – GENTE Online
 

“Ni actor, ni actor cómico: soy cantor y artista de varieté”

Actualidad
Actualidad

Verano porteño. Un día cualquiera de la semana pasada. Varias horas junto al ¿actor? Alfredo Casero permiten observar lo que va a leerse. Dada la profunda devoción de nuestro protagonista por la cultura nipona, empezaremos con un delirante momento Casero. Después de una larga jornada de post producción sobre A todo culorrr (arranca el martes 17 por Canal 13, a las 23), su propio programa de humor que lo devuelve al rol de sumo creador (él escribe, él dirige, él actúa) como ya lo hiciera a mediados de los 90’ con el celebrado y “de culto Cha Cha Cha por América. Sobre las once, Casero está a punto de cenar junto a un colaborador de su equipo y un periodista en un restaurante de comida coreana del barrio chino, en Belgrano.

Antes de entrar, en la vereda, el ¿actor? ve a una señora mayor, oriental, que lo mira con (oriental) cara de “a éste lo conozco”. Y a juzgar por la comprensión de ella, en un muy aceptable japonés, Casero dice (acentuando la pronunciación nipona), como susurrando:

–Boku wa Casero da Fuji san ni nobotta.
(Que quiere decir: “Yo soy Casero, el que subió el monte Fuji”)
–Jontou ni desu wa? –replica ella, sorprendida.
(“¿En serio me lo dice?”)
–Jontou ni –remata él.
(“Sí, en serio se lo digo”)

¡Sí, para sorpresa del periodista, todo es delirantemente en serio! ¡La escena! ¡El diálogo en perfecto japonés! ¡Y que subió el monte Fuji! “En abril vuelvo a Japón; tengo muchos amigos allá”, agregará, mientras la señora se perdía entre las sombras de la calle Arribeños.

Durante la tarde, en pleno proceso de post producción, el periodista tuvo el privilegio de ver prácticamente íntegro A todo culorrr. Aparte de llorar de risa, se le ocurrieron varios calificativos para definir ese universo propio que es el “humor Casero”. Delirante. Absurdo. Exuberante. ¡Por momentos, lisérgico! El, de repente dirá: “Es como Cha Cha Cha, pero con una vuelta de tuerca más…”

–¿O sea…?
–Compartir un humor particular con la gente es reconocer que tenemos un lenguaje en común profundo, que tiene que ver con una comicidad que no es lesiva. Yo no quiero hacer reír con el chiste fácil.

Sacándolo a él, obvio, a Leticia Brédice y Diego Ripoll, llama la atención que el resto del elenco está conformado por actores que no son actores. Lo cual lleva a Casero a explicar su Teoría del No-Actor o, dicho de otra forma, cómo hace sus castings: “Cómo llego al casting, con todo respeto, es un secreto. Lo que busco en mi elenco es lo que siento que esa persona tiene como un valor agregado a lo que es su vida personal. Es una cuestión de energía, también…

–Traducíme…
–Cuando trabajás con actores tenés que moverte con códigos actorales; si me muevo con no-actores, en cambio, estoy formando a personas y enseñándoles a hacer esto, específicamente. Pero ojo, no es que no sean actores... lo son en formación, tan en formación como yo. Cuando yo me paro al lado de Alfredo Alcón o Jorge Marrale, o tantos grandes actores con los que he tenido la suerte de trabajar, yo no sé nada, y aprendo escuchando y viendo. Eso me llena de admiración…

–¿Me estás diciendo que todavía dudás de tu condición de actor?
–Es que no sé si soy un actor.

–¿Cómo te presento, entonces?
–Ni actor, ni actor cómico: soy cantor y artista de varieté. Y el varieté es llamar al que sabe de qué se trata la gracia para acompañar en la gracia. Claro que los actores hacen grandes cosas. Pero no es mi caso; lo que hago yo tiene como una métrica y una biología propia. Cha Cha Cha la tuvo, por ejemplo, y terminó creando actores que luego tuvieron sus propios espacios. O sea, la idea es tomar gente del pueblo –de la vida diaria, del barrio– y hacer algo realmente popular en un lugar donde, al parecer, todo es yermo pero en el que, al final… (piensa uno, dos, tres segundos) al final crecen cosas hermosas de arriba de las piedras.

–Hoy elogiabas a la Brédice “por su brillo innato”, decías. ¿Qué trae innato Casero?
–Yo vine con el software de una locomotora muy fina. Soy como un tanque de guerra que adentro tiene todos los implementos más finos de última generación. Pero no deja de ser un vehículo para meterse en el barro, en la mierda, y después salís, le pegás una lavada y queda bien.

–Un todo terreno, bah…
–No, soy un poco más que un todo terreno. Los todo terreno siempre tienen sus limitaciones.

Reflexiones caseras I: Más de una vez, en todas esas horas, Casero sacará el tema Cromañón. Y dice: “Es obligación de los artistas ayudar a pasar malos o buenos momentos a la gente. Lo que pasó en Cromañón fue algo terrible. Todavía estoy realmente conmovido (pausa laaaaarga). Creo que no tomamos magnitud y nos tendría que paralizar (otra larga pausa…) Siento que toda esa ¡locuuuuuura! y la muerte rocanrolera, tan pegada al vino en cajita y a esa cultura fierita ¡es al peeeeedo! ¡Y no deja ver que detrás de eso hay solamente eso! O sea, ¡nada!”, dice y más que decir se exalta, y más que exaltarse se enoja. “Y te juro, y es un juramento de varón, que lo que te digo es producto de haber estado paralizado por lo que pasó. No hablaría de esto livianamente. Muchas veces me encuentro con madres de chicos de Cromañón que me dicen que sus pibes se enganchaban siempre conmigo... Bueno, siento que estoy haciendo el programa para que nos riamos de la estupidez humana. Y cuando uno se ríe de eso se da cuenta de que tirar bengalas en un lugar cerrado es poco inteligente”.

–A punto de debutar con proyecto propio, ¿cómo te parás frente a la presión del rating?
–Lo del rating es una alegría que me va a dar la gente… o no, pero nada más que eso. Es tanta la alegría por estar haciendo de nuevo mi programa –y estar haciéndolo en Canal 13, donde rebotamos varias veces con Cha Cha Cha–, que toda mi energía está puesta en hacerlo lo mejor que podamos. Después Dios dirá. Mirá, yo trato de boxear bien. Y el nocaut siempre me llega solo. Cuando voy a buscar el nocaut, me voltean.

Reflexiones caseras II: Ahora, sobre el arte de la comicidad. “El que se hace el cómico es muy triste. Esto se nace. Y ser artista es no tener nunca la paz de poder dormir tranquilo, y tener que convivir con las ideas de uno, que constantemente están haciendo fuerza, ideas que te dicen en la cabeza: ‘¡¿Cuándo voy a ser realidad, la p… que te parió, cuándo?!’”.

–¿Qué te pasa con ser un artista de culto, en la medida que muchas veces significa no ser masivo?
–¿Qué querés que te diga? También me tocó ser gordo, ja ja ja ja ja. Dios bajó y me dijo: “¿Gordo o pelado?”Gordo”, dije yo. Entonces me dio kilos de más, es cierto, pero con una hermosa cabellera, ¡ja! Todo lo que tengo, por un lado o por el otro, tiene que ver con lo que recibo. No creo ser artífice de nada. Siento que con Cha Cha Cha hice un programita para la televisión, y ésa fue mi pequeña visión de la realidad. Y ahora espero poder repetirlo con A todo culorrr.

–¿Diferencias entre hacer A todo culorrr, donde sos el creador integral, y trabajar en tiras como Locas de amor o Sin código, donde sólo tenías una participación actoral?.

–Me encanta, y siempre se lo agradezco a Suar, que supo ver otras cosas que yo podía dar. Se lo dije muchas veces a Adrián: “Si hay armas que limpiar, soy cabo armero. Si tengo que ser soldado, soy soldado. Y si tengo que ser general, soy general”.

–¿Sentís que te ganaste un lugar en la tele?
–Partiendo de la base de que es un negocio, sé que mientras yo aporte al negocio tendré un lugar. Y cuando no, no lo tendré. Es así. Verlo de otra manera sería hippismo. Y los hippies se quedaron en Woodstock o en El Bolsón.

–¿Con quién te reís, Casero? ¿Qué actor te parte de risa?
–(Laaaaaaarga pausa) Bueno, Pettinato me gusta mucho. Hace años que veo cómo va cambiando de piel, pero más que actor sería un showman. ¿Sabés quién hace reír? Jackie Chan. (Piensa otra vezzzzzz) ¿Y otro? Benny Hill.

Para el final, otro delirante momento Casero. La cena llegaba a su término. Tímido, se acerca un mozo oriental –joven, 19 años, Héctor se presenta–, y dice (en
dificultoso español):

–¿Postre, los señores?
–¿Tenés helado de limón y jengibre? –pregunta el colaborador de Casero. Ante la duda del mozo, Casero apela a su dominio del japonés, y dice:

Ni remon shoga aisu kurimu kudasai. (“Dos helados de jengibre con limón”)

El mozo sigue desconcertado.

–¿Qué? ¿No sabés japonés? –pregunta Casero.
–Yo, coreano –contesta el mozo.

–Bué, entonces traé dos helados de jengibre con limón –remata, y enseguida propone–. ¿No te gustaría trabajar en la tele?
–Un honor, un honor –sonríe Héctor. Y seguramento, ya lo veremos en A todo culorrr.

Así en la tele como frente al fotógrafo, no le cuesta nada demostrar su exuberante sentido del humor. “<i>Me enorgullece especialmente hacer mi programa en el 13, donde años atrás me habían rebotado</i>”.

Así en la tele como frente al fotógrafo, no le cuesta nada demostrar su exuberante sentido del humor. “Me enorgullece especialmente hacer mi programa en el 13, donde años atrás me habían rebotado”.

Con Leticia Brédice, la cara más conocida de un elenco casi anónimo.

Con Leticia Brédice, la cara más conocida de un elenco casi anónimo.

“<i>Sé que hay un sitio de Internet donde está absolutamente todo lo de Cha Cha Cha, y me parece bárbaro. Si hay gente que lo hace con la serie Seinfeld, ¿por qué no lo van a hacer con nosotros?</i>”

Sé que hay un sitio de Internet donde está absolutamente todo lo de Cha Cha Cha, y me parece bárbaro. Si hay gente que lo hace con la serie Seinfeld, ¿por qué no lo van a hacer con nosotros?

Más información en Gente

 

Más Revista Gente

 

Vínculo copiado al portapapeles.

3/9

Lorem ipsum dolor sit amet, consectetur adipisicing elit.

Ant Sig