Nancy Pazos: «Nadie va a cambiar su voto por el debate» – GENTE Online
 

Nancy Pazos: "Nadie va a cambiar su voto por el debate"

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La periodista habla sin tapujos sobre la contienda que se dio el domingo 13 en Santa Fe y deja definiciones picantes: * “Alberto Fernández superó mis expectativas. Ayer ganó”. * “Si fuera Mauricio Macri, en el debate del domingo próximo lo metería a Alberto en las miles de contradicciones que tiene”. * “El Presidente fue una sombra de aquel del 2015”. * “El dedito de profesor universitario de Fernández, sumado a su postura de ganador, redunda en un pseudo autoritarismo”. * “Se oyeron una serie de exposiciones unilaterales. Esto, de debate no tuvo nada”. 

Los candidatos, en Santa Fe.
Nancy Pazos analizó el Debate para GENTE.

Mauricio Macri (Juntos por el Cambio) dijo 2.197 palabras en el debate presidencial. Alberto Fernández (Frente de Todos), 2.190. Nicolás Del Caño (Frente de Izquierda), 2.165. José Luis Espert (Unite por la Libertad y la Dignidad), 1.976. Juan José Gómez Centurión (Frente NOS), 1.882. Y Roberto Lavagna (Consenso Federal), 1.599. El domingo 13, durante una hora y media, los cambios de opiniones en el paraninfo de la Universidad del Litoral, en Santa Fe, acapararon toda la atención de los ciudadanos argentinos. Faltan menos de dos semanas para las elecciones generales, y quizás entonces, el 27 de octubre, sabremos quién será el próximo presidente. Pero, ¿tantas palabras se tradujeron en propuestas? ¿Cumplió con las expectativas el debate? Antes del segundo round (el domingo 20 en la Facultad de Derecho de la UBA), Nancy Pazos (MarcaPazos en AM990 y Crónica TV, y Ruleta Rusa en FM Rock’n’Pop), que cuenta con una larga trayectoria en el periodismo político y conoce bien a los principales contendientes, da su opinión. ¡Y que se agarren los candidatos!

Mauricio Macri, candidato por Juntos por el Cambio.

“Lamentablemente hemos visto que volvió el dedito acusador, volvió el atril, volvió la canchereada. El kirchnerismo no cambió, por más que se oculte, trate de mostrarnos algo distinto, es lo mismo” (Mauricio Macri)

–¿Quién ganó el debate?

–Debería decir quién superó mis expectativas. Pensé que Alberto Fernández saldría con una postura típica de ganador: tranquilo, sin jugarse, porque con hacer la plancha estaba hecho. Pero salió a dar pelea, desde entrar con Scioli al lado –la primera chicana– hasta las intervenciones donde mostró que estaba atento a lo que decía Macri. Alberto superó mis expectativas con sus virtudes y errores. En ese sentido, ganó.

–¿Cuáles son los errores que le marcás?

–Por ejemplo, se quiso pseudo jugar con el tema de género y la pifió con el aborto. Usó una palabra patética. Dijo que “hay que tender a...”, y no es así: o va a la Ley del Aborto Legal, Seguro y Gratuito, o no va. 

–Quedó tibio, decís.

–Claro, al divino botón. ¡Si ya está jugado...! Otra: teniendo en cuenta la diferencia que sacó en las PASO, y que lo más probable es que gane la elección, no se cuidó de mostrar eso que es cierta dosis de seguridad en sí mismo para quienes lo quieren, y que para sus detractores es soberbia. Ese dedito de profesor universitario que, sumado a su postura de ganador, redunda en un pseudo autoritarismo. Y ahí mi pregunta es: ¿el argentino medio no pide siempre un “papito” en la presidencia? Por eso yo no estoy de acuerdo que esté mal. Lo está para los políticamente correctos. Reconozco que a mí me molesta el dedito, pero a la gente, ¿le molesta, o pide más?

Alberto Fernández, candidato del Frente de Todos.

“Hace cuatro años hubo otro debate. En ese debate alguien mintió mucho y otro dijo la verdad. El que mintió es el presidente, que hoy quiere volver a ser presidente, el que dijo la verdad hoy está sentado 
en primera fila” (Alberto Fernández)

–¿Eso estaba ensayado o fue un error de comunicación no verbal?

–No, es su manera de ser. Él no quiere que lo coacheen. El único que logró que lo bajara fue Macri en su última intervención, cuando se lo hizo notar. Te digo todo esto porque hace un mes que vengo señalando ese dedito acusador en la tele. Alberto es así: ¡en plena campaña, cuando tiene que estar bien con todo el mundo, me bloqueó en WhatsApp por una discusión privada! 

–¿Qué pasó?

–Un cambio de opiniones hace tres semanas. Una muestra de su carácter. Pero lo del dedito es porque Alberto da cátedra cada vez que habla. Después de todo, no es tan grave: Alfonsín también lo usaba cuando se enojaba.

–¿Lo de mostrar a Scioli lo benefició?

–Sí, obvio. Porque consolida el voto propio, y porque llevó a recordar al Macri de hace cuatro años. El de ayer, en comparación, fue una sombra de aquel.

Roberto Lavagna, el hombre de Consenso Federal.


“Argentina es excepcional por la positiva por la cantidad de recursos naturales, humanos e incluso de capital con que cuenta. Y es excepcional por la negativa porque es la única economía en el mundo que lleva 8 años de estancamiento” (Roberto Lavagna)

–¿Cómo viste al Presidente?

–En términos reales, para cualquier consultor es el candidato ideal. Hace caso en todo. No se sale del libreto. No tiene repentización, porque cuando lo hace se muestra mucho él, y ahí también da soberbio. Se deja coachear y entiende que las herramientas del marketing político siempre le fueron beneficiosas; entonces, cumple las reglas. Claramente, ayer o no fue coacheado por la misma gente que la vez anterior, o estábamos ante un Macri más deprimido que cuatro años atrás, cuando llegó y se comió la cancha, porque en el 2015 ganó su debate. Ahora, si bien sabía que tenía que dar muchas explicaciones, desde lo visual tenía unas ojeras imposibles de tapar y una actitud de cierto dejo de tristeza. Le sigue hablando a su electorado, pero no chicaneó ni salió a contestarles a los otros. Estaba cerrado en su propio discurso. A Macri lo esperaba más agresivo, porque en esta elección viene de atrás. Cuando lo fue, y dijo que Kicillof pondrá una “narcocapacitación” en las escuelas, tuvo un error. No se chicanea con la narcopolítica cuando el único político metido en un tema de drogas es alguien del PRO, en Paraná (el intendente Sergio Varisco, procesado por narcotráfico). Y en esa misma frase, ¡también dio a entender que María Eugenia Vidal ya había perdido!

–El Gobierno pasó buena parte de su gestión y tuvo su apoyo principalmente por confrontar con Cristina Fernández. Macri la nombró sólo una vez durante el debate. 

–Exacto. Bueno, en rigor, Alberto ni una sola. Y no sé cómo cae eso en su propio electorado. Obviamente, todos fueron a pescar al votante de Lavagna, y en el caso de Macri, también al de Espert y Gómez Centurión. 

Nicolás del Caño, del FIT.

“Nunca apoyamos el autoritarismo del gobierno de Maduro. Pero hay unA hipocresía enorme, porque Mauricio Macri es un lamebotas de Trump que apoya la intervención extranjera 
de Estados Unidos” (Nicolás del Caño)

–¿El resto de los candidatos fue como decorado?

–Mirá, el más fiel consigo mismo fue Espert. Se jugó a hacer la suya, y en ese tipo de escenario se lució. El que más me desilusionó fue Del Caño, porque desde la izquierda podía meter el dedo en la llaga diez veces más. Comparado con (Gabriel) Solano, el candidato del Frente de Izquierda en la Ciudad de Buenos Aires que vimos el jueves en el debate porteño, quedó como un tibio. Creo que Del Plá (su candidata a vice) hubiera hecho mejor papel, y ya sólo por ser mujer, porque no había una sola. Y sobre Lavagna, se notó que puede ser el mejor alumno para hacer un escrito, pero el peor para exponer en un oral. Fue el que menos palabras usó: regaló 30 segundos en un bloque como si no tuviera más para decir. Posiblemente esté en otra época. Se le notó la edad, que es un tipo mayor. Sigue teniendo mucha lucidez en determinados conceptos, pero me defraudó. De Gómez Centurión no esperaba nada: dio su mensaje de pañuelo celeste contra el aborto y listo, ahí se quedó.

–¿Sirve para algo el debate planteado así, como una sucesión de monólogos?

–Primero, esto no fue un debate. Fue una ceremonia donde se logró la primera foto juntos, el primer encuentro entre Macri y Alberto Fernández. Y después se oyó una serie de exposiciones unilaterales. De debate no tuvo nada.

–¿Alguien va a cambiar el voto después de oírlos?

–Nadie. Para eso, alguno tendría que haberse mandado el pifie del año, y no pasó. 

José Luis Espert, candidato de Unite por la Libertad y la Dignidad.

“Macri nos sacó de la cloaca en la cual nos colocARON en relaciones internacionalES los que tal vez vuelvan en diciembre de este año. Ahora, eso no justifica utilizarlas sólo para hacerlo como una vidriera con presidentes y 
reyes del mundo cool” (José Luis Espert)

–Algo improbable: te llama Macri y te pregunta qué tiene que hacer el domingo que viene. ¿Qué le aconsejás?

–No creo que pase (ríe). Yo lo metería todo el tiempo en contradicciones absolutas a Alberto Fernández. Tiene miles. Por ejemplo: esta semana salió a sobreactuar que Cristina tendrá cero injerencia en la designación de su gabinete. Es una frase poco feliz. Hace seis meses Alberto no llenaba una unidad básica... ¿Cómo se va a desentender de su principal socia y del armado político que hicieron? Si fuera Macri iría más al barro, sería más punzante.

–¿Y a Alberto?

–Por ahora no le diría nada. Sí que trate de que no se le note su soberbia intelectual, que la tiene.

Juan José Gómez Centurión, del Frente NOS.

“Nos están mintiendo. Nos mienten aquellos que nos dicen que van a proteger las dos vidas y reparten Misoprostol como si fueran caramelos” (Juan José Gómez Centurión)

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