Nahir Galarza volvió a ser noticia hace algunas semanas por los posteos románticos que compartió su novio en Facebook y la indignación que provocó en la sociedad.
La joven de 22 años condenada a prisión perpetua por asesinar a su novio Fernando Pastorizzo en Gualeguaychú, Entre Ríos, enfrentó una fuerte consecuencia por el uso del celular y las publicaciones con su pareja, Matías Caudana, hijo de un capo narco que se encuentra detenido.
Según trascendió, la joven fue agredida y atacada por sus compañeras de celda en la Unidad Penal N°6 de Mujeres de Paraná porque les secuestraron los teléfonos y según ellas la versión que dieron los guardias fue que Nahir había realizado la denuncia.
Sin embargo, la abogada de Galarza, Raquel Hermida Leyenda, desmintió categóricamente que su defendida haya sido la responsable de lo sucedido.
Y aseguró en comunicación con Infobae: “Las internas fueron engañadas por la unidad penitenciaria. Les dijeron que les secuestraban los celulares porque habían posteado fotos en las redes. Esto le genera un problema a Nahir con el resto de la población carcelaria y ella no tuvo nada que ver”.
En cuanto al grado de violencia y furia que manejaban las reclusas contra Galarza, un allegado a su familia contó: "Se la querían comer cruda”.
A Nahir, además de quitarle el teléfono -estaba autorizada-, la obligaron a comunicarse con sus padres solamente a través del teléfono fijo de la cárcel. Además, le prohibieron dos talleres literarios y le redujeron a una hora el uso de la computadora para estudiar psicología y música.
Al respecto, su entorno familiar comentó, molesto, sobre las restricciones: “Pareciera que quieren que se quede encerrada y no quiera estudiar o hacer actividades para incorporar conocimiento”.
