“Muy poca gente se alegra de que te vaya bien” – GENTE Online
 

“Muy poca gente se alegra de que te vaya bien”

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María Lucila Luli Fernández tiene, apenas, 19 años. Y no se cansa de aclararlo. Apenas, para jugar con esa imagen de niña, sacar de adentro una mujer sexy y despertar los ratones de todos los hombres. Apenas, para que su nombre ya esté tan instalado en el mundillo fashion. Apenas, para que, con toda la frescura de una chica de su edad que aún vive con su mamá, sepa tan bien hacia dónde va. Empezó a los 15 en el reality Super M, fue notera de Tendencia, es modelo de la agencia Multitalent y co-conductora del programa Area 18 (que se emite por TyC Sports) y, como si fuera poco, ahora brilla en Patinando por un sueño.

–Su carrera creció mucho en poco tiempo. ¿Le gusta cómo la fue manejando?
–Creo que hice las cosas bien. Este es un trabajo en el que hay un 50 por ciento mío, un 30 de las agencias y un 20 de suerte. El buen manejo y la suerte van de la mano. En ese sentido, Paul y Willy García Navarro, y ahora Multitalent, siempre hicieron que las cosas salieran bien. Y eso me dio la oportunidad de hacer mi primera tapa (que fue en GENTE) y que apuesten por mí.

–¿Cómo se siente en Patinando por un sueño?
–Sorprendiéndome cada día. Es muy fuerte. A Marcelo Tinelli le voy a estar agradecida toda la vida, porque es la oportunidad de trabajo más grande que se me dio. Permite que la gente que no puede ver TyC Sports o no tiene ocho pesos para comprar una revista, me conozca. Tinelli es mágico, te hace popular.

–¿Cómo es su relación con él?
–Lo conozco hace poco. No tengo mucha relación, pero es sumamente serio y todo un caballero. Creo que en Ideas del Sur me adoptaron como la sobrinita de todos. Nunca ando demasiado producida, ni estoy en pose de seducción todo el tiempo. Soy como cualquier chica de mi edad. Entro, hago mi trabajo y me voy.

–En Patinando… usted y su soñador, Jonathan López, tienen el objetivo de ayudar a la fundación De la calle a la vida. En lo personal, ¿cuál diría que es su sueño?
–Creo que el de cualquier chica de 19 años: formar una familia, tener hijos y que no les falte nada.

–¿Y ya tiene candidato para que sea el padre de sus hijos?
–¡Sí! Desde hace un año y ocho meses estoy de novia con Jerónimo (uruguayo, 31 años, director de un hotel de Punta del Este) e imagino con que esta relación sea para toda la vida. ¿Y en lo profesional? Sueño seguir haciendo las cosas bien, de a poco, sin agarrar ningún “atajo”. Nunca me subestimé, nunca pasé por la oficina de nadie, porque no lo necesito. Si voy a tardar más, lo haré. Pero mi carrera la hago a mi modo.

–Quiere decir que le hicieron propuestas indecentes…
–Obvio, están siempre. Son las reglas del juego. No me ofende ni nada, pero no me subestimo. Si accediera a “atajos” para llegar más rápido, me estaría insultando y demostraría que perdí el amor por mi profesión. Soy muy chica y hay tiempo para hacer las cosas. Sacrifiqué mucho por mi trabajo. Di dos años libre en el colegio, no me fui de viaje de egresados, no veo a mis amigas todos los sábados….

–¿Y qué piensa de las que sí aceptan esas propuestas?
–Es respetable. Cada uno elige… Bah… Es más triste que respetable. Acceder a caminos cortos es no confiar en uno mismo.

–¿Tiene amigas dentro de la profesión?
–No, no tengo amigos en el ambiente. Mis amigas son cuatro: las del colegio, de toda la vida. Me llevo muy bien con Rocío Guirao Diaz y con Emilia Attias. Es difícil. Hay muy poca gente en este medio que se alegra de que te vaya bien.

–Hablemos de las internas que hay en Patinando… Analía Franchín dijo que es un “nido de víboras”…
–Cuando nos sacan de los programas, obvio que nos quedamos enojadas. Pero cada una usa los 15 minutos que te da Marcelo de la forma que quiere. Cada una está jugando su juego.

–Claro, pero no todas se deben llevar bien…
–Yo me llevo muy bien con Evangelina Anderson, porque compartimos coach y nos cruzamos siempre. Con Claudia Albertario también. Con algunos tengo más simpatía que con otros. Hay quienes me caen directamente mal. Pero no por eso voy a hablar mal de ellos ni a faltarles el respeto.

–Por ejemplo, ¿con quién tiene mala relación?
–Es de público conocimiento que yo con Wanda Nara no tengo buena onda. En realidad, a ella ni la conocía. Conozco a la hermana (Zaira), que es modelo, y un día prendo la televisión y veo que Wanda está diciendo cosas que no tiene que decir. Pero es el juego de ella, son sus reglas y yo no la voy a juzgar. Wanda habla de más y dice cosas que no son ciertas.

–¿Pero entonces es un nido de víboras o no?
–¡Buenoooo! Es mucho menos de lo que dicen. Hay problemas, como en todo grupo humano. Más habiendo tantas mujeres.

–¿A Mariana de Melo le dicen “mucamita”?
–Nadie le dice “mucamita”. Eso no es cierto. Pero bueno, es el juego de ella. Como Wanda habla mal de todo el mundo, Mariana dice que la llaman “mucamita”. Pero, te repito, son cosas que arma cada una. Gladys Florimonti, Anita Martínez y yo estamos alejadas de todo eso. ¡Es tan difícil patinar sobre hielo que no sé cómo les queda tiempo para pelear! No entiendo, te juro. Entrenamos tres horas, todos los días. Es agotador.

–¿Es verdad que tuvo problemas con su patinador? ¿Le aclaró que usted era la estrella y no él?
–(Risas) Es una de las cosas que dijo Wanda, y todo lo que criticamos de los demás es un espejo de lo que nos pasa a nosotros mismos. Para que te des cuenta de la relación que tengo con Johnny, su primo hace los arreglos mecánicos de mi auto. A mi mamá, él la llama “mamá Roxy”. Tenemos una relación de amistad. ¡Hace cinco meses que estoy patinando con él y lo veo todos los días de mi vida!

–¿Qué opina del jurado?
–Me divierto mucho con ellos. Me parece que son conscientes del tipo de espectáculo que es Patinando… y permiten que se luzca el show. Están muy acertados en las devoluciones. Obviamente, se pueden equivocar, como me puedo equivocar yo arriba de los patines. Están aprendiendo junto con nosotros. No hay que ser tan severos.

–Su perfil es diferente al del resto de las participantes. Usted es modelo…
–Sí, algunas son vedettes. Otras no se sabe bien qué son… Pero no me siento ni más ni menos que ninguna. Lo único claro es que todas estamos patinando. Y arriba de los patines no hay tutía. Estamos todas en la misma condición. Por eso creo que algunas deberían entender que hay que patinar bien y no hablar tanto… El patín es algo que está muy ligado a la elegancia. Por ahí hay mujeres muy pulposas, que no tienen esa languidez que se necesita, pero que Marcelo nos haya reunido a todas me parece un acierto.

–Es decir que algunas que no son tan elegantes, arriba de los patines parecería que lo fueran…
–Patinar hace parecer elegantes a algunas mujeres que no lo son, es cierto. Pero ésa es la magia de la tele y de este trabajo.

–¿Cómo se gana Patinando…?
–La gente es la que te hace ganar. El mejor ejemplo es el de Iliana Calabró. ¿Quién canta peor que ella? Nadie. Y ganó. Entonces, no hay que ser omnipotente y decir “yo voy a ganar”. Tenés que permitir que la gente te elija.

–¿Y usted se ve con posibilidades de ganar?
–Lo que quiero es seguir paso a paso, como diría Mostaza Merlo. Seguir laburando y tratar de disfrutar de todo esto. Que dure lo que tenga que durar. Todo en la vida es por algo. Estoy feliz de que me hayan dado esta oportunidad. Es lo que vengo pidiendo desde los 15 años.

Su belleza natural y su frescura aún adolescente son su mayor encanto. A la modelo de Multitalent le gustan los hombres mayores (su novio tiene 31) y sueña con formar una familia.

Su belleza natural y su frescura aún adolescente son su mayor encanto. A la modelo de Multitalent le gustan los hombres mayores (su novio tiene 31) y sueña con formar una familia.

“En Patinando... todas las mujeres venimos de distintos lugares: yo soy     modelo, algunas son vedettes y otras no se sabe bien qué son…”.

“En Patinando... todas las mujeres venimos de distintos lugares: yo soy modelo, algunas son vedettes y otras no se sabe bien qué son…”.

“Por ahí hay mujeres muy pulposas, que no tienen esa languidez que se necesita, pero patinar hace parecer elegantes a algunas que no lo son.

“Por ahí hay mujeres muy pulposas, que no tienen esa languidez que se necesita, pero patinar hace parecer elegantes a algunas que no lo son.

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