El estreno de una nueva versión cinematográfica de la novela deja al descubierto la vigencia de los ideales que movilizaban a Louisa May Alcott cuando escribió el libro. La directora Greta Gerwig le dio su toque personal a la historia de Louisa May Alcott que, en un contexto de luchas femeninas, adquiere nuevos sentidos.
Mujercitas es para muchas personas una puerta de entrada a la lectura. Muchos, incluso, confiesan haber leído el libro en más de una ocasión. “Cada vez se convierte en algo diferente”, afirma Greta Gerwig (Lady Bird), directora de la película que se estrenó este jueves en la Argentina. Se declara fanática del libro que hace 151 años -y en tan sólo 10 semanas- escribió la estadounidense Louisa May Alcott. Y, para reafirmarlo, recuerda su admiración por la protaognista cada vez que puede. “Jo March fue siempre mi heroína, la persona que quería y esperaba ser”, exclama.
Un paralelismo entre la vida de Alcott y el devenir de las hermanas March construye la trama de la película protagonizada por Saoirse Ronan (Jo), Emma Watson (Meg), Eliza Scanlen (Beth), Florence Pugh (Amy), Laura Dern (Marmee) y Meryl Streep (tía March). El filme se estrena en un contexto excepcional marcado por el auge de la lucha por los ideales feministas, algo que atravesaba a la autora cuando -alentada por su editor- escribió la novela.
“Juzgada durante muchos años como literatura menor, Mujercitas se convirtió en una novela clásica que resiste al paso del tiempo”, sostiene Lucía Puppo, doctora en Letras e investigadora del CONICET. “Nos habla de la búsqueda de la propia identidad, del paso de la adolescencia a la adultez, de la relación entre los sexos, de la capacidad para ser fiel a los propios sueños, de los dolores y pérdidas que debemos atravesar, de la necesidad de aprender a vivir juntos. A esto se suma la importancia de esta cuarta ola del feminismo, en el que colectivos de mujeres de todo el mundo han hecho escuchar su voz como nunca antes en la historia”, desarrolla.
En esta misma línea Dern (que interpreta a la madre del clan) reflexiona: “Todavía nos cuesta preguntarnos: ¿quién soy yo? Y ¿cómo voy a ser fiel a eso en mi vida a pesar de la opinión de todo el mundo? ¡Eso es lo que escribió Alcott hace 150 años! Ella estableció la fuerza como independencia, arte, ambición pero también como matrimonio y paternidad”.
Ronan -con múltiples nominaciones a Mejor Actriz por su participación en este largometraje- también cree que es relevante recuperar Mujercitas en el contexto actual ya que “explora a estas chicas que tienen la confianza de tomar sus propios caminos”.
Coincidiendo con esta idea, Puppo cita un estudio de Anne Boyd Rioux (El legado de Mujercitas, Ampersand): “Ella explica que Alcott era una ciudadana de su tiempo que reproducía algunas creencias y valores dominantes pero que, a la vez, denunciaba aquellos mandatos sociales que le parecían injustos. En este sentido, es muy potente su crítica a la idea de que el matrimonio y la maternidad son los destinos exclusivos y obligados para una mujer”.
Imaginar el contexto en el que escribía Alcott es fundamental. Fue educada en un entorno intelectualmente estimulante. Vivió en una época en la que se creía que sólo los hombres podían publicar historias duraderas: lo que hacían las mujeres era pasajero.
También vale recordar que la familia de Alcott era sumamente unida. Esto, sumado que cuando asumió el desafío de escribir la historia la autora estadounidense se dio cuenta de que no conocía a más mujeres que su madres y sus hermanas, dio como resultado una novela en la que el núcleo tiene muchos puntos de encuentro con su propia familia. “No es forzado ver en Jo -quien luchó por asumir una profesión y vivir de manera independiente- un alter ego de la propia Alcott, que se comprometió con los movimientos abolicionistas y sufragistas, publicó más de 30 títulos y permaneció soltera a lo largo de su vida”, acota Puppo.
“Alcott propone cuatro modelos de feminidad, muy diferentes entre sí, que interactúan y cooperan respetando cada una su propia singularidad. Entrar en el mundo de las hermanas March es acompañar a estas jóvenes mujeres en la elección de los distintos roles que una mujer puede cumplir en la sociedad”, explica la doctora en Letras.
La novela de Alcott fue publicada en dos tomos: uno centrado en la inocencia de las niñas y el otro cubriendo la realidad de su vida adulta. Gerwig se tomó la licencia de alternar entre ambas partes. En su relato se reconoce perfectamente a las hermanas March: Jo, la desafiante; Meg, recta y aspirante a actriz; Beth, pianista frágil de corazón abierto; y Amy, artista inteligente y ambiciosa.
