Primero sobrevivir y después ganar: de eso se trata. Atravesar los caminos que no son caminos. Ser el más rápido entre los rápidos. Vencer a cada uno de los rivales, y en especial... a la naturaleza, el peor de los enemigos del Rally París-Dakar, que por primera vez en su historia abandonará Africa para correrse en la Argentina y Chile, entre el 3 y el 18 de enero. Los números del suceso hablan por sí solos: 9.578 kilómetros por la Patagonia, la llanura pampeana, el desierto de Atacama y la Cordillera de los Andes, 530 equipos, 230 motos, 30 cuatriciclos, 188 autos, 82 camiones, 49 nacionalidades, 25 cadenas de televisión y una transmisión para 189 países. Al jugar de locales, la cantidad de pilotos argentinos es récord: siete en moto, nueve en autos. Aunque entre ellos sobresale uno, Orly Terranova (29), del equipo X-Raid de BMW (team auspiciado por GENTE), que buscará consagrarse en la carrera a campo traviesa más importante del planeta.
Nació en Mendoza, está casado con Agustina Dragonetti (24), es hincha de River y piloto de motocicletas desde los catorce años. Conocedor del París-Dakar, participó en dos ediciones corriendo en motos, y en el 2009 debutará sobre cuatro ruedas. Sus objetivos, obviamente, son sobrevivir y después ganar. Por eso, este año, en los rallies de Túnez, el Transibérico y el de la Baja España, demostró que tiene grandes chances.
–¿Qué significa el Rally París-Dakar?
–En esta especialidad, es el evento más importante del mundo. Cuenta con la misma tecnología que el World Rally Championship, pero con autos mucho más resistentes. Además, aquí no hay caminos, y es muy difícil encontrar el ritmo adecuado. Si llegás a agarrar un pozo a la máxima velocidad, se te rompe la máquina y ¡chau rally!
–¿Siempre hay que ir al límite?
–Siempre. Imagináte que lo que un auto normal hace a 20 kilómetros por hora, nosotros lo hacemos a 120.
–¿Cuánto tiempo de preparación requiere una competencia como ésta?
–Doce meses. Apenas terminás de competir, ya te estás preparando para la edición del año próximo. Claro que esta vez es diferente, principalmente por las superficies, el clima y la altura de la Argentina y Chile. Pero para eso estuvimos entrenando con el equipo en Alemania, donde hicimos trabajos en simuladores, para sentir cómo se adapta el cuerpo a más de 5.000 metros de altura. Pero tanto yo como mi copiloto –el francés Alain Guehennec (51)– y todo el equipo de X-Raid de BMW nos preparamos para superar todos los obstáculos. En definitiva... ¡va a ser una carrera magnífica.
–Este es tu primer año en la 4x4. ¿Cuál es la diferencia con la moto?
–La velocidad es, básicamente, la misma. Pero en la camioneta te sentís mucho más seguro, porque en un accidente tenés protección. Arriba de la moto, en cambio, tu físico es la carrocería...
–Imagino que te habrás enfrentado a varios accidentes.
–Estadísticamente, si hay veinte accidentes, los que terminan muertos son los que van en moto. Y a mí me tocó verlo en varias oportunidades. La última vez fue en la edición 2005 del Dakar. En la etapa que va de Zquerat a Tichit, en Mauritania, José Manuel El Carni Pérez, un gran motociclista español, tuvo un duro accidente casi delante de mí. Su moto impactó contra una piedra; con otros pilotos fuimos a auxiliarlo, pero por desgracia murió a las pocas horas. Ver la muerte tan cercana te trastorna la cabeza. 
El piloto mendocino y su BMW X3 CC sobre los médanos de Pinamar. Ambos buscarán adueñarse del evento automovilístico mundial más importante del verano.
Recorrer 9.578 kilómetros a lo largo de caminos desconocidos y heterogéneos no es tarea sencilla. Sin embargo, la BMW X3 CC buscará atravesar la meta con sus mejores armas.
No todo son fierros en la vida de Orlando. En la foto, con su esposa, Agustina Dragonetti (24). Todavía no han planeado tener hijos.
