Mora Godoy habla desde su asiento de primera clase. El avión ya está arribando a Estambul para conectar hacia Shangai, China. La bailarina acaba de brillar en el Teatro de Dionisio, en la Acrópolis ateniense. “Bailar en el anfiteatro más antiguo e importante de Europa es un sueño único. Ya lo había hecho en mis primeros años de carrera, pero que me inviten a este evento de tango como la figura principal fue un honor”, explica Mora desde aquel lado del mundo. La presentación de su compañía en la capital helena fue de antología. “El teatro estaba colmado. Había cinco mil personas bajo la Luna. La gente aplaudía de pie con semejante marco, en medio de esas ruinas maravillosas. Ahí está la historia del teatro y del mundo. Hay una energía única. Me emocioné hasta las lágrimas... Pocas veces me pasa...”, sigue Godoy (43) mientras espera el llamado para abordar el vuelo al Extremo Oriente.
La gira de Mora por Atenas, Mikonos, Shangai y Beijing terminará en Buenos Aires en el mes de octubre: “Lo que pasa con el tango en el mundo es muy fuerte. Pero particularmente en Grecia. Por eso estoy grabando un documental para que los argentinos puedan ver el nivel que estamos manejando y los lugares en los que nos presentamos. Quiero mostrar lo que pasa con las milongas y las academias de tango en el mundo: no pueden creer que todavía exista una danza tan erótica”, cuenta.
UN TANGO CON DERECHO A ROCE. “Soy una empresa en sí misma”, suele decir Mora Godoy que, además de producir y ser la figura de sus espectáculos, tiene tiempo para dedicarse al amor. Este verano se mostró en las páginas de GENTE junto a un joven marplatense, pero con las cosas bien establecidas: “Siempre estuvo claro que era un amor de verano, porque cada uno vive en su lugar. La pasamos muy bien, porque era realmente divino. Ahora estoy sola pero muy bien, contenta, abocada a mi hija y al trabajo”. En Grecia recibió una visita muy especial: “La verdad, estuve acompañada... Es un amigo que hace muchos años vive en Francia. Cuando podemos nos encontramos. Así que entre el trabajo, las filmaciones y el placer, la pasé muy bien”, asegura.
La bailarina ya había estado en Grecia en otras tres ocasiones, dejando grandes amigos. Tanto que cuando llegó a Mikonos –una pintoresca isla de costas celestes y típicas casitas mediterráneas que suben con la montaña–, el alcalde la invitó a ella y a todo su equipo al hotel Cavo Tagoo, con una vista inmejorable hacia el mar Egeo. “Realmente me siento una gran embajadora de la cultura y el tango argentino. Y me gusta que así sea, me la re banco”, dice Mora, que se presentará en el teatro Opera de Buenos Aires los martes 11, 18 y 25 de octubre.
Unos días después volverá a Europa del Este para seguir llevando el 2x4 por el mundo.
Por Julián Zocchi. Fotos: M.L.B.
Mi lugar en el mundo: así define la artista su vínculo con la capital griega, que ya visitó en cuatro ocasiones. “Bailar en la Acrópolis fue un sueño cumplido”, jura. Foto: Gente©.
Mora y su equipo fueron invitados al hotel Cavo Tagoo, con una vista inmejorable hacia el mar Egeo. Foto: Gente©.
En su paseo por las pintorescas calles, se animó a desplegar sus cortes y quebradas. Abajo: Una increíble selfie en el Partenón. La tanguera se fotografió desde todos los ángulos, y por la noche bailó en el milenario teatro. Foto: Gente©.
