Ahora las manos se levantan para una caricia, antes para otra cosa”. Con esta frase Jorge Rial (52) le ilustraba a este cronista hace no tantos meses en una entrevista realizada en la intimidad de su piso del Bajo Belgrano la hermosa historia de afecto y contención que sus hijas, Morena (15) y Rocío (14) estaban viviendo junto a Mariana Antoniale (27). Pero también dejaba entrever que en el pasado, la relación de las chicas con su mamá, Silvia D’Auro (48) atravesaba, en especial en los últimos tiempos, por episodios de violencia que él desconocía, y que las nenas callaron hasta el día en que decidió irse del hogar familiar. Aquella noche, harto por no sentirse querido, partió, y así se lo reveló a GENTE en esa oportunidad: “Agarré el bolso para irme y ella me obligó a que les dijera en la cara a las nenas que nos separábamos. Era una situación difícil, sospeché que lo hacía para dejarme en evidencia, como que yo era el culpable de la ruptura. Me manipuló como tantas veces, pero las llamé a Morena y Rocío, las hice sentar, y les dije: ‘Papá se va’. No pude seguir explicándoles porque se pusieron a llorar desconsoladas. Te juro que creía que era de dolor porque dejaba el hogar familiar. Pero en realidad, no hace mucho, en un viaje les pregunté: ‘¿Por qué lloraron tanto esa vez?”. Me contestaron: ‘Porque nos dejabas solas y teníamos miedo de que nos matara’”.
“UN DIA MIS HIJAS CONTARAN LA VERDAD”. Hoy Rial intenta recuperarse de lo que quizá fue la semana más difícil de su vida. Cuando hablaba para Desayuno americano entrevistado por el Negro Oscar González en radio La Red, no aguantó más, se quebró y no pudo contener las lágrimas. Al otro día, contó que llegó a su departamento y lo primero que hizo fue abrazar a sus hijas: “Son lo más hermoso de mi vida. Vivo para ellas. En este momento no hago terapia, pero me estoy dando cuenta de que la necesito”.
El motivo de la congoja de Jorge y sus chicas fueron las declaraciones que hizo D’Auro respecto a las niñas: “En un momento tuve que empezar a dormir con la puerta cerrada de mi cuarto, por miedo a que me lastimaran. Tuve que ponerles llave a los placares porque Morena me robaba la ropa. Los chicos adoptivos tiene una historia de que como creen que fueron robados –porque tiene que ver esto con el tema de los hijos de desaparecidos– tienen una tendencia a robar: robar plata, robar cosas, esconder cosas, porque sienten que fue lo que con ellos hicieron”, le dijo brutalmente a la periodista Fernanda Iglesias.
El conductor de Intrusos dejó bien en claro la herida que esto generó en él y sus hijas: “Somos los únicos que sabemos lo que pasamos. Duele. Pero somos muy fuertes. Ahora estamos organizando el cumpleaños de 15 de Morena. No hay una sola foto, están en otro lugar (casa de la madre). Tratamos de reconstruir ese pasado y eso enoja. Lo vamos a reconstruir igual. Es muy duro ver a una hija que me pedía que nos vayamos del país. La herida que producen algunos y no tienen idea. Lo peor es que es gente que supuestamente las amaba”.
En Twitter también disparó con munición gruesa: “Qué bueno levantarse y enterarse que tu hija se sacó un 8 y un 10. No lo vi en ningún escrito judicial. Claro. Hace dos años que se borró”. Fue en respuesta a que D’Auro lo había señalado por un supuesto mal presente en la escuela de sus hijas, Morena y Rocío. También se supo que Silvia presentó un escrito ante la justicia en el que responsabiliza a Rial por favorecer “la falta de contacto entre la madre y sus hijas menores”, y por la obesidad que sufre una de ellas.
El periodista siempre destacó que una de sus chicas está dando una gran batalla contra la enfermedad. No es todo. El no lo cuenta, pero montó en su casa una especie de clínica ambulatoria donde concurren una serie de especialistas que son esenciales para ayudar a la menor a cumplir con efectividad el tratamiento médico con el que ya bajó más de diez kilos. “Hay otra historia que nadie sabe, una historia de violencia que nadie conoce. Un día ellas van a contar la verdad. Ahora estamos reparando lo que tu maldad destruyó. Pero juntos desde el amor. Y eso es indestructible”, afirmó él en otros tuits.
“LA MADRE LES TIRO LA ROPA EN BOLSAS DE RESIDUOS”. Jorge Rial y Silvia D’Auro estuvieron casados por más de 20 años, y en 2011 se separaron. En 1999 adoptaron a Rocío y en 2000 a Morena. Siempre mantuvieron un perfil bajo como familia, destacando la felicidad que les generaba ser padres adoptivos. Mientras Jorge crecía en la televisión, Silvia se ocupaba de las finanzas y de negociar los contratos y la publicidad que él generaba. Jorge contó que Silvia le hacía sentir que era una creación suya. Y que tomó la decisión de separarse en uno de los últimos viajes familiares cuando visitaron Nueva York: “Fumando un habano me pregunté qué hacía ahí, llevaba años viviendo con alguien con quien casi no hablaba”. Tiempo después llegó la separación y la guerra dialéctica.
“A mí no me sorprende lo que dijo mi ex de los chicos adoptivos”, aclaró Rial. Y amplió en Ponele la firma, el programa de Marcelo Polino: “Quiero decir algo: a mis hijas le tiraron la ropa en bolsas de residuos. Cuando decidieron venirse a vivir conmigo, les metieron la ropa en una bolsa negra y se la tiraron. Esto es una locura. Las veo a mis hijas y las entiendo. Así como el daño que les hizo a muchos hijos del corazón. Lo que dijo es una idea absolutamente absurda. Me da vergüenza. La gente cree que acá hay plata. Acá lo único que hay es amor. La decisión de quedarse conmigo es de Morena y Rocío. Nadie las obligó. Hubo cosas que me enteré después: no me las contaban porque estaban atemorizadas. Eso es lo que más me reprocho. Tal vez debería haber hecho las cosas antes. Pero se dio cuando se dio. Y parte de mi separación tuvo que ver también con eso. Yo no lo podía avalar bajo ningún punto de vista. Esto no es una guerra personal. No hay ninguna cuenta pendiente. Judicial no hay nada. El divorcio se firmó hace un año. Esto fue un ataque que sigo sin entender. Les hizo mucho daño, no sólo a mis hijas sino a la institución de la adopción. Desde el momento en el que salió esa nota lo único que hago es pedir disculpas”.
Después de sus cuestionados dichos, Silvia D’Auro no volvió a expresarse en los medios, y Jorge Rial sigue sin entender por qué su ex dijo lo que dijo mientras intentaba acercarse a sus hijas, hoy víctimas de un dolor del que no deberían ser protagonistas.
Si bien Rocío y Morena afrontan un difícil momento, son dos adolescentes alegres y rodeadas de amor: “Cuando me separé y me fui de casa lloraban porque las dejaba solas con mi ex”.
En la intimidad de sus cuartos, Rocío y Morena son felices: la primera, fan de Justin Bieber, como bien lo demuestran los posters. La otra prefiere el cuarteto y es fan de Chipote, la popular banda cordobesa. Jorge les da todos los gustos y trata de estar con ellas el mayor tiempo posible. ¿Testigo preferencial?: Rusty, la mascota de la familia.
Jorge conversa con sus hijas, Morena y Rocío. Está feliz porque ellas eligieron vivir con él. Pero dolorido por las palabras de su ex: “Esto fue un ataque que sigo sin entender. Les hizo mucho daño, no sólo a mis hijas sino a la institución de la adopción”.
