De nacimiento, Destiny Hope. “Su destino es traer esperanza al mundo”, suele explicar su padre, el cantante country Billy Ray Cyrus. Tiene 21 años. Cuatro discos de estudio. Tres de ellos llegaron a número uno en Billboard. Su último álbum, Bangerz, vendió más de cuatro millones de copias. Sólo en 2012 ganó 50 millones de dólares. Tiene 19 millones de seguidores en Twitter, 12 en Instagram, y 49 (siempre millones) en Facebook. Miley Cyrus no necesita presentación hace rato: la ex Hannah Montana le dio una patada a su alter ego infantil con el que se hizo famosa a los 11 años, y la sepultó para siempre. “Este es el peor momento para autogooglearse”, repite con su voz cavernosa cuando recuerda los escándalos con los que los tabloides asocian su nombre. “Siempre prefieren hablar de si hago pis en la ruta; nunca comentan las cosas buenas que hago”, se queja la blonda que trae su tour mundial a G.E.B.A. el 3 de octubre para presentar su cuarto álbum Bangerz, mezcla de dance, hip hop y dub, producido por Pharrell, y con colaboraciones de Britney y Nelly. Su ficha personal no está completa sin estos ítems: odia los vegetales, ama a Marilyn Monroe, tiene “ideas locas sobre sus manos”, y le encantan los aliens. Con ustedes, Miley, sin pelos en la lengua, en un break en su gira latinoamericana.
–¿Cómo lo estás pasando en México? ¿Muchos tacos y burritos?
–Jaja. No te creas. Todos piensan que como estás de tour, estás de vacaciones, y la verdad que nada que ver. Muchos hoteles y aeropuertos. Ando para todos lados con mis compañeros de tour, pero por lo general no salgo de las cuatro paredes de mi suite.
–¿Así de aburrido?
–Y… de gira hay que rescatarse.
–¿Queda algo de Hannah Montana en la Miley que sos hoy?
–Mmm. No lo creo. La verdad que no queda nada de Hannah, soy otra persona y considero que ese fue un personaje que utilicé para conectarme con el mundo pero no me representa para nada hoy en día.
–¿Por qué dijiste que tenías que ser cuidadosa con usar el pene inflable, la lengua y todas esas cosas en el escenario? ¿Creés que somos conservadores o qué?
–No, entiendo que algunas culturas son diferentes y se escandalizan más… Jamás dejaría de hacer algo que hago en todo el mundo por lo que digan en los medios. Lo que dije fue que no quería que esas cosas me distrajeran mucho de la música y mi voz.
–Tus fans acá quieren ver el show que estás presentando en todo el mundo.
–Y sí: el Bangerz tour es así y quiero transmitir la misma energía y ser genuina. También creo que la idea acá es ser lo más honesta posible y ser la que soy, que es por lo que me aceptaron.
–¿Qué es lo más importante que aprendiste de tu relación con Wayne Coyne? (músico de Flaming Lips)
–Wayne es como un alma gemela, algo difícil de explicar. Es como un mentor espiritual, tiene una energía fabulosa y es mágico ser su amiga. Nos amamos, hacemos música y nos divertimos. Es hermoso tenerlo cerca y poder grabar con él un cover de los Beatles como Lucy in the sky with diamonds. Además me encantan los Flaming Lips, los vivo escuchando.
–También hiciste en vivo Yoshimi battles the pink robots con él. De algún modo se los presentaste en las smilers, tus fans…
–¡Sí! Para mí es un lujo. Una vez que descubrís a los Flaming Lips es muy difícil escuchar otra cosa.
–Contame cómo surgió la idea de apoyar a los jóvenes sin techo en tu país. ¿Fue idea tuya?
–Sí, fue mi idea. No fue una cuestión de marketing ni nada parecido. A muchos les sorprendió que llevara a mi amigo homeless Jesse Helt a los premios MTV y que recibiera un premio en mi lugar. Lo que quise fue darle voz y hacerlo visible; la única manera de que hablen de un tema muy importante como el de toda la gente joven sin techo en los Estados Unidos.
–Siempre decís que los medios se interesan más por tus escándalos que por las cosas buenas que hacés.
–Exactamente. Siempre que haga pis en la ruta o que me toque la entrepierna va a llamar más la atención que las cosas buenas que hago. Esta campaña por los homeless de mi edad es un tema que investigué mucho y que me interesa mucho. Es como con los animales, ellos tampoco tienen voz, por eso hago tantas campañas a su favor. Si puedo usar todo esto para darles voz a los que no pueden comunicarse, soy feliz.
–Te propongo que armes el podio de las divas del pop. Las opciones son: Madonna, Beyoncé y Britney Spears. ¿Lista?
–A ver, repetime mis opciones así las pienso (…) De entrada te tengo que decir que en el puesto número uno pongo a Britney, porque fue mi primera ídola, le tengo una gran admiración. En segundo lugar, Madonna, porque es la persona que me apoyó todo este tiempo, y una mentora, como Wayne Coyne. No sólo cantó conmigo en mi Unplugged, algo que me enorgulleció mucho, sino que siempre que puede me halaga, y es una talentosa, un modelo. En tercer lugar dejaría a Beyoncé, porque no es una artista que me guste demasiado, digamos.
–Hablando de Madonna, ¿qué significó para vos que diga públicamente que adora lo que hacés?
–Una locura. Algo que jamás me imaginé. Que alguien con tanta experiencia y tanta historia del pop como ella me haya dicho cosas tan hermosas sobre mi trabajo… soy una agradecida. Ella siempre se anticipa al futuro y es una persona brillante.
–¿Recordás algo sobre tus fans en la Argentina?
–Sólo recuerdo que estaban locos, en el mejor de los sentidos. Me encanta sentir toda esa energía. Ah, también me acuerdo que hubo noches que no pude dormir porque estaban todos gritando en la puerta del hotel. Y son los más insistentes en Twitter, quieren demostrarme que son los mejores fans del mundo.
–Ultimamente te vimos con accesorios muy psicodélicos. ¿Cómo empezaste a diseñar toda esa joyería pop que hacés?
–Empecé como un juego. Las fans me empezaron a enviar cuentas, cintas y objetos de colores, y fui armando algunas piezas que enseguida me puse y subía las fotos a Instagram. Fue un furor, todas las chicas preguntaban por lo que tenía puesto.
–¿Y cómo fue tu debut como diseñadora en el Fashion Week en el desfile de Jeremy Scott? Tu primera colaboración en la moda.
–Vi a Jeremy en una fiesta en L.A. y cuando vio las cosas que diseñaba, se puso loco. En seguida me invitó a mostrar mi joyería en el Fashion Week y fue muy divertido. Presenté mi colección Dirty hippie, basada en diseños infantiles, todo muy freak y psicodélico. Fue una colaboración muy loca. Me encantó hacerlo.
–Tus gafas con píldoras fueron furor.
–¡Y juro que no me tomé ninguna! Todo es de cotillón.
La celebrity adolescente más rica del planeta, que toca el 3 de octubre en G.E.B.A., prohibió que en el catering asome algo con canela. Esa es su criptonita: este año terminó internada cuando se descubrió que es alérgica a esa especia.
Dicen que si Spring Breakers (la película desprejuiciada protagonizada por su ex amiga Selena Gómez) tuviera un musical, podría ser éste, el tour mundial con el que Miley ya recaudó 70 millones de dólares. En su cuarta gira, que arrancó el 14 de febrero de este año, hay una entrada colosal en una lengua gigante, muñecos inflables, mucho twerking, caretas de Britney Spears en su época Baby one more time –juntas grabaron el tema Bangerz, que le da nombre al álbum– , y elementos fálicos por doquier: MC se monta hasta a un hot dog.
“De la Argentina recuerdo que hubo noches que no pude dormir porque estaban todos gritando en la puerta del hotel. Están locos, en el mejor de los sentidos”
