“Mientras haya un hombre y una mujer, no se agotarán las canciones de amor” – GENTE Online
 

“Mientras haya un hombre y una mujer, no se agotarán las canciones de amor”

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Amorcito, mira... ¡Mira, te pido! –grita Ricardo mientras su par de ojos comienza a redondearse, su boca a entreabrirse y su corazón a acelerarse.
–No lo creo, ¡¡que no lo creo, querido!! –refuerza Marlene, levantando su celular con la premura de quien siente que en su vida volverá a ver algo similar.
Pronto los comentarios desaparecen, los zapatos dejan de hacer chillar las innumerables piedras que orillan el Golfo Nuevo de Península Valdés, él le pasa su brazo sobre el hombro, ella el suyo alrededor de la cintura, y nada parece poder invadir la alianza. Porque no hay ni pizca de viento ese martes 8 de septiembre. Porque la temperatura invernal marca, milagrosamente, 10.6 grados. Porque ni nubes aparecen. Hasta que, lanzando agua a manera de surtidor natural, una ballena rompe la magia. O en realidad, la alimenta. Entonces Montaner se acerca al periodista y le busca palabras al instante. “Acabo de caer en la cuenta de que desde que dejé la Argentina a los 8, 7 años y pico, no festejaba un aniversario aquí –lanza–. Si le añades el suceso de la gira –que iba a durar un mes y la duplicamos–, el reciente lanzamiento de mi libro, Lo que no digo cantando; tamañas ventas del nuevo álbum, Las cosas son como son (80 mil unidades); el golazo de la ficción Valientes, en El Trece, cuyo tema musical central, Volver, me pertenece; y la presencia de mi esposa y gran musa inspiradora hace dos décadas y de mis tres hijos menores, podría confirmarte a las 10.37 AM –respira hondo–, que éste es y será el día de cumpleaños más original que recuerde. ¿No, belleza?”, pide complicidad.
–Claro, cielo. Claro que sí –comparte la señora, acomodándole el pelo.

“ME CONOCIO EL DIA EN QUE YO LE DABA EL ‘SI’ A OTRO HOMBRE”. Marlene Rodríguez Miranda (44, del 22/10/1964, Caracas, Venezuela) descubrió a Héctor Eduardo Reglero Montaner (52, Valentín Alsina, Lanús, Buenos Aires) “a los 21, en la oficina de Rodven Discos. Ricardo recién salía al ruedo y yo, que andaba por la zona, pregunté quién era. Ahí quedó la vaina”, señala Marlene. “Luego me tocó a mí –memora el caballero–. Mi futuro cuñado resolvió invitarme al enlace de su hermana, asistí y...”. “No sigas. Déjame completar –interviene su pareja–. Lo admito, me conoció el día en que yo le daba el ‘sí’ a otro hombre”. Se trataba de su primer y breve matrimonio. Al tiempo se cruzaron, cuando Marlene debió encargarse de la producción del primer video –Y vamos a dejarlo (1987)–, y del primer éxito del long play Ricardo Montaner (1986). “Ahí hice la producción del video y la producción del muchacho”, bromea la simpática morena. “Y el 30 de agosto de 1989 nos casamos en una playa de Puerto de la Cruz, sobre el mar Caribe”, detallan a coro.

–¿Significa que celebraron en la Argentina el par de décadas?
Ambos: Acertaste.
Marlene: Y existe un dato hermoso al respecto.
Ricardo: En la tierra donde nací renovamos los votos.
Marlene: Se trató de una sorpresa de Ricardo. En medio de su show en Córdoba, me pidió que subiera al escenario, convocó a un ministro y expandió arena de la playa en la que nos dimos el “sí”. ¿En serio conseguiste arena del sitio original?
Ricardo: Constatao. Del Sahara no es.

–Un romántico empedernido.
Marlene: Total. Lo mismo que cuando, en 2008, me regaló el Café Ragazzi, en Miami. Me gustaba el postre que elaboraban, el de sambayón y fresas, y me obsequió el lugar con pastelero, cocinero y mozos incluidos. Bellísimos momentos.

–¿Tal vez en el mejor momento de su carrera, Montaner?
–No sabría explicártelo. Algo extraño me viene generando esta visita. Nunca antes experimenté tanta expectativa. He pasao por Rosario, Santa Fe, Río Grande, Río Gallegos, Caleta Olivia, Comodoro Rivadavia, Trelew y ahora Puerto Madryn. Pronto llegarán Neuquén, San Juan y demás, y empiezo a apreciar de manera distinta lo que me ocurre. Llámalo nostalgia, emotividad, evocación. Repito, no sabría explicártelo.

“DENTRO DEL HOGAR ESCUCHAMOS DE TODO, MENOS A MONTANER”. “Le agradecemos a Dios por el día tan especial, en el que nos acompañas y proteges a Ricardo, su familia y su gente”, redondea, frente a la mesa, quince segundos de gratitud Marlene, antes de que lleguen las empanadas de carne, los chorizos, las papas fritas y el pollo y el corderito patagónico, y después de que Ricardo recibiera una elegante chaqueta Etiqueta Negra, de manos de Gustavo Yankelevich (responsable de sus recitales), que viajó especialmente para el festejo, y abrazos cálidos y abundantes de parte de sus hijos Eva Luna (12), Mauricio Alberto (16) y Ricardo Andrés (18), de Fernando Castellar (manager), Anita Tomaselli (jefa de prensa), Julio y Jessica (de su fundación solidaria, La Ventana de los Cielos), Héctor Maselli (productor local), Fabián, Andrea, Sol y Alejandro (amigos) y de Marcelo, Juan y El Tano (guardaespaldas). “Hoy valoro rodearme de afectos. Sólo faltan mis muchachitos mayores, Héctor Eduardo (30) y Alejandro Manuel (31), para completar la postal ideal”, toma la mano de Marlene.

–¿Qué hombre quedó atrás cuando ella apareció? ¿El picaflor, el cabeza fresca, cuál?
Ricardo: Marlene fue el vehículo necesario para crecer. Yo era un tipo normalmente malo, igual que cualquiera. No me fijaba si lo que expresaba podía dañar, y cuestiones trascendentes me pasaban inadvertidas. Y era más descuidao con mis chicos. Quizá el motivo radique en que durante la vieja época golpeaba las puertas intentando que me firmaran un contrato, zapateaba las calles para poder comer, y andaba distraído. Sin embargo, con Marlene conocí a Dios y me convertí en mejor persona. Me completa.

–¿Le canta en la cama, en la ducha, Marlene?
“¿A ti te canta en privado?”, acostumbran a indagarme sus fans. Sí, aunque en nuestro hogar de La Florida escuchamos de todo, menos a Montaner. No suena en el contestador ni en los ringtones. Ni sus discos tenemos.
Ricardo: Terminamos regalándolos.
Marlene: Ningún problema. Porque Ricardo acude a distintos autores. Hasta de tango. Ese que me enloquece, ¿cómo lo interpretabas, gordo?
Ricardo: “Ya sé que estoy piantao, piantao, piantao” (se anima a Balada para un loco, de Piazzolla-Ferrer).
Marlene: ¿Y el de Miguel Angel?
Ricardo: “Agárrense de las manos/ unos a otros conmigo/ Agárrense de las manos/ si ya encontraron su amigo”.

–Interesante, porque además ¡los imita!
Marlene: Siempre.

–Cuéntenos a qué solistas no dejaría que le imite.
Marlene: ¿Los que no me gustan a mí? Anota...
Ricardo: No, no. Se trata de colegas. Quiéreme, quiéreme (enfoca al periodista). No le obligues a responderte.

“¿OTRO HIJO? POR SUPUESTO. ANDAMOS CON GANAS DE ADOPTAR”. El helado y el café quedaron atrás. También la frase recién mencionada. Una torta cargada de dulce de leche, decorada con notas musicales, preparada en la estancia San Guillermo, invita al brindis con champaña Norton cosecha especial y a entonar el Cumpleaños feliz. “Hermosa versión”, arremete el homenajeado, ducho en la cuestión. “Si bien mi especialidad transita el sendero del amor”, acepta, y recorre su receta: “Mis temas son hermosamente cursis, como el amor. Al escribirlos me inspiro en lo que, imagino, puede suceder. Lo sorprendente es que, en general, lo que imaginé, sucede”. Y continúa: “Hubiese querido componer Lucía, de Serrat; Penumbras, de Sandro, y varias entrañables obras famosas”.

–Marlene, ¿qué canción de su marido la puede?
–Muchas, todas no. Incluso algunas que me encantaban, dejaron de hacerlo de tanto absorberlas.

–Suponemos que no será el caso de Para un poco, dedicada a usted en el último DVD, ¿verdad?
Marlene: Deliciosa.
Ricardo: Resulta fácil escribir teniéndote a ti de inspiración. Mientras haya un hombre y una mujer, no se agotarán las canciones de amor. Estar enamorados, de alguna manera, nos hace mejores personas. El cien por ciento de mis trabajos apunta a darle un servicio a la gente. ¿Que el ego dónde queda? ¿Que si los aplausos suenan lindo? Cierto, cierto, hermanito. Pongamos que son el combustible.

–A propósito: ¿su fórmula de pareja?
Ricardo: La fluidez del día a día, al margen de los problemas que surjan.
Marlene: Mantener los conceptos claros ayuda.
Ricardo: El humor. Yo soy hincha de Independiente. Consúltame: “¿Y ella?”.

–¿Y ella?
Ricardo: Ella es hincha pelotas (carcajada).
Marlene: La energía.
Ricardo: La pasión caribeña.

–¿Pasión en qué sentido?
Ricardo: Pasión en general. Lo que encaremos, lo encaramos a pura pasión. Es el ingrediente clave de nuestra receta. Junto a Marlene. De fondo, las ballenas del área natural protegida El Doradillo, en Golfo Nuevo. “Desde pibe no apagaba velitas en mi país”, confesó el martes 8 de septiembre.

Junto a Marlene. De fondo, las ballenas del área natural protegida El Doradillo, en Golfo Nuevo. “Desde pibe no apagaba velitas en mi país”, confesó el martes 8 de septiembre.

“Nuestra fórmula transita por la fluidez del día a día, al margen de los problemas que surjan. Mantener los conceptos claros. El humor. La energía. Y la pasión caribeña”

“Nuestra fórmula transita por la fluidez del día a día, al margen de los problemas que surjan. Mantener los conceptos claros. El humor. La energía. Y la pasión caribeña”

...se llama su último álbum (el número 16 de una carrera en la que vendió 25 millones de unidades), y así es el itinerario que le resta tras presentarse en la Capital Federal, Rosario, Santa Fe, Córdoba, Río Grande, Caleta Olivia, Comodoro Rivadavia, Trelew, Río Gallegos, Puerto Madryn, Neuquén y San Juan: Salta (16/9), Tucumán (17), Mendoza (19), La Rioja (22), Orfeo Superdomo (24 –viene de dos funciones en el mismo lugar–), Luna Park (26 y 27 –¡ya llenó 9!–) y Montevideo, Uruguay (1º de octubre, a confirmar). Serán 30 recitales y 160 mil espectadores.

...se llama su último álbum (el número 16 de una carrera en la que vendió 25 millones de unidades), y así es el itinerario que le resta tras presentarse en la Capital Federal, Rosario, Santa Fe, Córdoba, Río Grande, Caleta Olivia, Comodoro Rivadavia, Trelew, Río Gallegos, Puerto Madryn, Neuquén y San Juan: Salta (16/9), Tucumán (17), Mendoza (19), La Rioja (22), Orfeo Superdomo (24 –viene de dos funciones en el mismo lugar–), Luna Park (26 y 27 –¡ya llenó 9!–) y Montevideo, Uruguay (1º de octubre, a confirmar). Serán 30 recitales y 160 mil espectadores.

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