“Mi papá está feliz con mi carrera, pero quiere que termine la secundaria” – GENTE Online
 

“Mi papá está feliz con mi carrera, pero quiere que termine la secundaria”

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Betiana Wolenberg también fue sexy a los doce. Como Nicole Neumann, la primera lolita argentina. Todos en Leandro Alem, provincia de Misiones –el pueblo de poco más de 20 mil almas donde nació, a 100 kilómetros de Posadas–, conocen su historia. Breve reseña de una futura top: “Es la hija de don Waldemar, el intendente. Creció rápido y se estiró más que sus compañeras de colegio. Cuando cumplió doce años, una tal Gordi la hizo desfilar. Entre vecinos, todo parecía un juego. Hasta que en 2003 llegó Pancho Dotto con su Scouting Dotto Models. Se presentaron 700 chicas, y 63 quedaron preseleccionadas aunque, finalmente, sólo tres llegaron a la final. ‘Apenas la vi supe que tenía condiciones de modelo’, asegura el manager de ojo experto en el arte de descubrir nuevos talentos. La final nacional, en el hotel Conrad de Punta del Este, la consagró con una ‘Primera Mención’. ¿El premio? El protagónico en una campaña de Wanama y un pasaje ‘de ida’ a Buenos Aires. Siguieron más campañas –como la de Kosiuko en el 2004– y nuevos catálogos en México, Perú y Chile. También un comercial para Centroamérica. Gladis Krüger, su madre, conserva cada una de las nueve tapas de su hija en la revista Para Ti”.

Betiana Wolenberg tiene hoy 18 años. Y mide 1,73 y perfectos 89-60-88. Aún conserva su acento misionero. Jura que los últimos tres años en Buenos Aires fortalecieron el vínculo con sus raíces. Y, de tanto en tanto, repite: “Estoy orgullosa de ser de Leandro Alem, Misiones”.

–Empezó demasiado joven, Betiana…
–Al principio todo era una aventura. Yo tenía la autoestima muy baja y esto de jugar a ser modelo me ayudó mucho a confiar en mí. Claro que después llegó Pancho y tuve que elegir entre seguir mi vida en Leandro Alem o convertirme en una profesional.

–¿Está conforme con su elección?
–Absolutamente. Si alguna vez me arrepiento, junto mis cosas y vuelvo a casa. Este trabajo me dio la posibilidad de conocer muchos lugares, mucha gente. Lo único que lamento es haber tenido que dejar mi ciudad. Mi vida en Buenos Aires es excelente, pero mis afectos están en Misiones. Mis padres, mis amigos, mi novio…

–¿Aún conserva a su novio misionero?
–Claro… ¿Por qué no?

–La distancia, primero.

–Por momentos se vuelve complicado, pero nos vemos cada vez que podemos. Si no viajo seguido para allá, me deprimo. Y él también me visita. Trabaja con su padre, que tiene gomerías.

–Imagino que, a mil kilómetros, el muchacho se debe morder los codos…
–(Ríe) Confía mucho en mí. Además, ¡yo también podría enfermarme de celos! Lo más importante es que nos amamos mucho.

–¿Qué dice cuando la ve en producciones audaces?
–Tenemos roces de vez en cuando, pero está feliz con todo lo que me pasa. No me hace grandes planteos. Mucho más difícil es mi papá… ¡No sabés lo que me costó convencerlo de que me deje ser modelo! Y, después, en mi primera campaña tuve que darle un beso a un chico. ¡Me quería matar! Pero creo que ya se acostumbró.

–¿Qué pasó con el colegio?
–Todo un tema... Cuando me vine a Buenos Aires no pude seguir. Debo cuarto y quinto año… Mi papá está feliz con mi carrera, pero quiere que termine el secundario. Voy a rendir libre, se lo prometí a él. También abandoné mis estudios de piano, y quiero retomar las clases hasta recibirme de profesora.

–No leí aún que se haya peleado con otra modelo. Ni siquiera le inventaron un romance…
–¿Con quién querés que me pelee? Dejá, así estoy bien. Y romances no necesito: estoy feliz con mi novio. Prefiero que me reconozcan por mi trabajo.

–¿Nunca hizo un desnudo?
–Jamás. Estas fotos para GENTE son las más audaces de mi carrera. En este momento no me sentiría cómoda apareciendo en bolas. Quizás en el futuro…

–Ahora, con 18 años, ¿siente que maneja mejor su sensualidad?
–Mucho mejor. Hoy conozco perfectamente mi cuerpo, sé que les gusta a los hombres, tengo más armas para seducir… Y debo reconocer que estoy bastante desinhibida.

–¿Qué cree que refleja en las fotos?
–Depende. Puedo ser una chica ingenua o una mujer muy sexy.

–¿Qué es lo que más le gusta de su cuerpo?
–No sé… Creo que mi mejor arma de seducción son mis ojos. Pero mis hermanos tienen ojos más lindos, bien celestes.

–¿Y qué parte es la que más elogian los hombres?
–En la calle me piropean las piernas. Pero si todas las mujeres nos guiáramos por lo que nos dicen en la calle, ninguna tendría problemas de autoestima.

“<i>Estas fotos son las más audaces de mi carrera. Aunque reconozco que estoy más desinhibida, todavía no me animo a un desnudo</i>”, dice.

Estas fotos son las más audaces de mi carrera. Aunque reconozco que estoy más desinhibida, todavía no me animo a un desnudo”, dice.

“<i>Hoy conozco perfectamente mi cuerpo, mucho mejor que cuando empecé mi carrera. Sé que les gusta a los hombres y eso me da más armas para seducir</i>”

Hoy conozco perfectamente mi cuerpo, mucho mejor que cuando empecé mi carrera. Sé que les gusta a los hombres y eso me da más armas para seducir

“<i>En la calle me piropean las piernas. Pero si todas las mujeres nos guiáramos por lo que nos dicen en la calle, ninguna tendría problemas de autoestima</i>”

En la calle me piropean las piernas. Pero si todas las mujeres nos guiáramos por lo que nos dicen en la calle, ninguna tendría problemas de autoestima

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