La historia se cierra. En el principio fue el sueño de ser, de estar ahí, del otro lado
de la pantalla. Después, fue la prueba. Y la satisfacción de haberla pasado. Más tarde vino la Casa que detuvo por un rato al país entero. Y dentro de ella, el amor. Finalmente, en el medio de viajes al interior para desfilar en su condición de modelo (él), nuevos programas y hasta teatro de revistas (ella), sin escándalos ni estridencias (escándalos y estridencias que sí protagonizaron otros ex habitantes de la Casa), Natalia Fava y Santiago Almeyda se casan. La historia se cierra. Y se cierra bien.
Faltan dos semanas y la vida se transformó en entusiasmo y corridas que se sumaron a los proyectos laborales (él, más desfiles y presentaciones en discos, y ella seguramente hará teatro en Carlos Paz o Mar del Plata en el verano). El viernes, Santiago fue a ver géneros y se probó trajes en
Matisses, mientras que Nati elegía gasas y sedas en lo de Jorge Ibáñez, el responsable de su vestido. Después, los novios se encontraron para encargar los anillos en
Giovana di Firenze.
"Mi entrada a la casa de Gran Hermano me sirvió para muchas cosas, pero hay una que fue la más importante: encontrar al amor de mi vida. Nada menos que para eso me sirvió", dice Natalia
-Tu papá dijo que si Santi te tocaba un pelo iba a entrar a esa casa y romper todo... ¿Sigue tan celoso?
-Al principio estaba celoso, pero a lo largo de estos dos años ellos se fueron conociendo y ahora se llevan muy bien. A veces hasta parece que Santiago fuera el hijo, porque mi viejo lo llama más a él que a mí.
-¿Y Santiago le pidió tu mano a tu papá?
-No, se enteraron hace cinco días y por teléfono. A ellos les encantaría estar cerca nuestro en estos momentos, por eso el fin de semana nos fuimos a Mar del Plata para festejar mi cumpleaños y, de paso, para pedirle que sea el padrino.
-El casamiento coincide con el comienzo de la tercera versión de Gran Hermano. ¿No te hubiera gustado hacer la ceremonia en la Casa?
-Mi fantasía era casarme ahí, porque mucha gente me dice que siguió nuestra historia de amor como se sigue una telenovela, y por eso querían ver el final feliz. Pero ahora está ocupada. A mí me hubiese gustado terminar la historia donde empezó. Pero para esa fecha la casa todavía va a estar habitada por los nuevos participantes.
-Entonces…
-La verdad es que en el Civil no había otra fecha.
Hace tiempo que planeaban casarse. Por fin, el sábado 26 de octubre, Natalia y Santiago desandarán el camino que los lleve hasta el altar de la iglesia Santo Domingo, en el corazón de San Telmo, y allí, solos los dos, frente a frente, se regalarán el "sí, quiero" que complete la historia que ellos mismos comenzaron a escribir hace dos años, frente a los millones de espectadores que siguieron sus vidas en la pantalla.
-Siempre las mujeres tienen problemas con sus suegras. ¿Cómo es la relación con la tuya?
-Es muy buena. Como yo estoy muy lejos de mi familia, me hace sentir que tengo a una mamá cerca. Aparte te adelanto que va a ser la madrina. Mi suegra sólo me reta por como malcrío a Santiago.
-¿Pensaron en sorpresas para la noche de bodas?
-Más que noche, vamos a pasar una mañana de boda. Porque después de la iglesia nos iremos a una estancia, donde va a seguir la fiesta. En este momento siento que quiero gritar bien fuerte, como para que todo el mundo se entere, que soy feliz, porque el sueño más grande de mi vida está a un paso de ser cumplido.
-¿Ya tienen planes de agrandar la familia?
-A Santiago le encantan los chicos y yo también los adoro, pero primero queremos asentarnos como matrimonio. No hay que apurar los tiempos.
Natalia se confiesa ansiosa. El próximo 26 de octubre contraerá matrimonio con Santiago Almeyda, su ex compañero en la casa de Gran Hermano y futuro esposo.
Natalia dejó en manos de Jorge Ibáñez el diseño de su vestido de novia. Santiago eligió a Tito, de Matisses, para el civil y la boda. Los anillos son diseño exclusivo de Giovana di Firenze en los cuales grabaron sus sobrenombres, San y Nati.
