“Menos mi mamá y mi hermana, todos me quieren ver de novio” – GENTE Online
 

“Menos mi mamá y mi hermana, todos me quieren ver de novio”

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El candidato vive en la zona más coqueta de Banfield –a cuatro cuadras de la mansión de Sandro–. Y la decoración, esa onda net en que armonizan muebles, cuadros y hasta la conservadora de bebidas –suerte de pared vidriada entre el living y la cocina–, cuenta en forma rotunda que el hombre está separado (y dos veces). Martín Insaurralde (43, tres hijos) vive, además, a dos cuadras de Adriana y Alejandra, las únicas mujeres que suelen caminar estos modernos ambientes. “Ni Florencia ni Jésica; hoy, las mujeres de mi vida son mis hermanas”, bromeará el intendente de Lomas de Zamora sobre los famosos romances que le endilgan. Agreguemos dos más: su madre, Loreley. Y otra que, aunque nunca haya visitado su casa, está omnipresente: la presidenta Cristina Fernández de Kirchner, que lo convocó para encabezar la lista de diputados nacionales del Frente para la Victoria en la provincia de Buenos Aires. Con las elecciones a cuarenta días, la campaña con bandera de largada y una bandeja de medialunas compradas en Las Vegas, la misma confitería que elegía el gran Roberto Sánchez.

No hace demasiado que las noticias sobre Insaurralde hablaban de una milagrosa recuperación después de un cáncer: seminoma testicular. Aquello es pasado. “Antes de aceptar consulté con mis médicos. Hago chequeos permanentes. Siempre tuve ganas de vivir, y ahora me siento fuerte y bien. Desde el 19 de febrero de 2012 hago controles y, por suerte, estoy sano para enfrentar estos días de campaña”.

–Campaña que comienza, dicen, como un desconocido. ¿O es una sensación que pretenden instalar, Insaurralde?
–Bueno, en Lomas de Zamora al principio no me conocía nadie. Pero caminé: no hay barrio, centro comercial ni escuela que no haya recorrido. Pero acá el premio no es para ver a quién conocen más. La política no es para hacer marketing: es para resolver los problemas de la gente, junto a los gobiernos nacional y provincial. Es el gran secreto de la gestión y lo que vamos a transmitir.

–¿ShowMatch no alcanza, entonces?
–Totalmente. Eso fue casual. Conocí a Marcelo, me invitó y después surgió un sueño que tenía que ver con Lomas y ahí apareció Florencia (Peña). ¡Pero no tenía pensado ser candidato a nada! Y tampoco soy una marca: soy parte de un proyecto colectivo.

–A partir de su presencia en pantalla, se lo vinculó con Flor, primero, y ahora con Jésica Cirio. ¿Pasa algo con ella?
–Jaja. La conozco. Me hizo un par de notas, la crucé en algún restaurante, en un evento en el verano en Mar del Plata... Me parece una mina bárbara, pero no tengo nada con ella. La verdad es que estoy soltero, y el tiempo que me queda libre lo dedico a mis hijos. ¡Ojalá me llegara el amor cuanto antes! Creo que menos mi mamá y mis hermanas, todos me quieren ver de novio.

–¿Cómo disfruta la soltería un sábado a la noche?
–Casi siempre voy a comer asado con matrimonios amigos. Pero también voy a bailar, a escuchar música –nacional y electrónica–, a recitales. Me gusta divertirme, aunque no tengo tiempo. Lo que no quiero perder nunca es dejar de ver a mis amigos.

–¿Es el típico soltero que las esposas de los amigos detestan?
–Jaja, no. Pero reconozco que ellas son las que más quieren verme de novio. La verdad, hace poco tiempo salí un par de veces con una chica, pero en este momento no le puedo dar mucho a una pareja. Lo personal ya vendrá. Estuve casado muchos años, así que por ahora no me desvela estar solo.

–¿Qué era, a los 20, en el grupo de sus amigos: el serio, el divertido, el ganador con las mujeres, el peleador o el que ponía el auto para salir?
–El divertido, claramente. Siempre era el que hacía los chistes. Mi hijo Rodrigo dice que también era el más bajito, jaja... Pero eso fue en la primaria.

–¿Con sus hijos consultó este paso?
–Sí y ninguno quería. Uno me dijo: “Yo quiero que Martín Insaurralde sea candidato, porque le fue bien a Lomas y la gente está contenta. Pero no quiero que sea mi papá”. Y es lógico. Cuanto uno más éxito tiene, más tiempo le quita a la familia. Mi mamá era docente en la escuela 74 de Llavallol, y si llovía llevaba a sus alumnos en auto a sus casas y no estaba para tomar el té conmigo; mi papá, Pichín, trabajaba en la Junta Nacional de Carnes y por ahí se iba varios días afuera.

–¿Cómo le ofreció Cristina ser candidato?
–Me llamó el sábado 22 a las cinco de la tarde. Yo estaba acá en casa. Me dijo que había estudiado mi gestión y que “elecciones ganan muchos, pero a vos la gente te vota y también te quiere”. Y otra cosa: “Esta es una etapa para dirigentes sin miedo”.

–¿Qué quiso decir?
–Que por muchos años los dirigentes les tuvieron miedo a los sectores de poder que los presionaban y tomaban malas decisiones para el pueblo. Así le fue mal a la Argentina.

–¿Por qué cree que Sergio Massa se alejó del Frente para la Victoria?
–Le preguntaría a él. Pero todavía no lo escuché hablar. Ojalá quiera debatir. Los que estamos en el Frente somos lo que se ve: no nos disfrazamos de nada.

–¿Le molesta cuando dicen que es kirchnerismo sin confrontación?
–Me molesta discutir cosas que no sean un beneficio para la gente. Si son para ganar un título de tapa, no me engancho. Y no está mal confrontar. Al contrario: está bueno cuando se discuten contenidos e ideas.

–Muchos dudaban más que se quedara Daniel Scioli, y ahí está...
–¡Los medios especularon con eso! Yo nunca lo vi dudar de trabajar en este proyecto nacional. Estuvo junto a Néstor Kichner en 2003 y diez años después sigue de este lado, sin traicionar. Por supuesto, en el Frente hay puntos de vista, y luego decide quien conduce, que es Cristina en este caso. Pero cada uno aporta según su impronta personal.

–El sábado, en la presentación de los candidatos, la Presidenta dijo que hacían falta diez años más, y muchos leyeron “re-reelección”.
–Son especulaciones mediáticas. Ella misma dijo que no es eterna. El argentino tiene que recordar de dónde venimos. El mundo se derrumba y no somos tapa de diarios por fábricas que se cierran. Las escuelas técnicas están abarrotadas de chicos aprendiendo oficios. Este gobierno hace que las mayorías sean exitosas.

–Lo elogió un vecino famoso: Eduardo Duhalde. ¿Sinceridad o chicana?
–Lo respeto, y no quiero discutir si trabajé con él cuatro o veinte años. Yo hago mi camino. Pero me pone contento que, como vecino de Lomas, esté conforme con mi gestión. Piensa como la mayoría de los vecinos.

Hincha de Banfield, fue dueño de un lavadero de autos, un lubricentro y un boliche en Miramar. Estudió Ciencias Económicas, y es uno de los intendentes del Conurbano con más predicamento.

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Con sus hermanas Adriana y Alejandra (su sostén en los malos momentos), y sus padres Pichín y Loreley, la noche en que supo que había derrotado a la enfermedad y volvió a bailar: eran los Carnavales de Lomas de Zamora, en febrero del año pasado.

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Un mate en su casa de Banfield, donde viven con sus dos hijos mayores (tiene tres: Martín, 19; Rodrigo, 16 y Bautista, 7).

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