Apellido: García. Vive en un departamento: Coronel Díaz y Santa Fe. Empezó a estudiar piano a los 8 años. Ganó un premio Gardel como Mejor Artista de Rock Revelación. Pero no es Charly: es Migue, su hijo y heredero. En los documentos, Miguel, pero la ele voló… Madre: María Rosa Yorio. “Los mejores regalos que me hizo mi viejo fueron una Commodore 64, su amor por la música, y su talento”. A los 28 se lanzó como solista con su disco Quieto o disparo, álbum de canciones estilo Pop Folk, muy sobrias. Signo: Piscis (dato para los adictos/as al lenguaje del cielo). Hasta los 12 se crió con su madre. Luego, derecho al mundo de Charly. Tanto, que vive en el piso de abajo… Estudios, pocos: no terminó el secundario. “Siempre sentí que vivía más rápido que los chicos de mi edad”, explica. Su casa está inundada de partituras: Bob Dylan, Elton John, etcétera. Empezó con el trío Kabusacki-Samalea-García, y luego se unió a A-Tirador Láser , la banda de Lucas Martí. Sin embargo, ahora no estamos en Palermo, sino en la paz de José Ignacio, y el tema no es la música, sino el corazón…
–¿Cómo fue tu 2006?
–Conquisté el mercado musical, pero se vino abajo mi proyecto de casamiento con Luciana… (Malfatti, artista plástica). No fue un juego: ¡seis años de novios! Y eso que ella hasta había pasado por el Registro Civil para pedir fecha…
–¿Pero qué pasó, Migue?
–No sé… Fue sólo un sueño…
–¿Y ahora?
–Estoy con amigos, con amigas, escucho y compongo música en la playa, miro videos, charlo, y espero el gran momento: mi gira por todo el país con mi primer disco. La gente escuchó mi música y entendió mi mensaje.
–¿Qué dice tu mensaje?
–Cosas positivas, que me dan energía para ser cada día mejor.
–¿Qué es el éxito?
–En mi caso, escribir una letra, y que la gente la conozca. Eso es un éxito total.
–¿Cómo reaccionó el público frente a tu disco?
–Muchos me felicitaron, y eso me llenó de orgullo.
–¿También de soberbia?
–No: de orgullo humilde. Y me dio mucha fuerza para seguir adelante.
–¿Qué le pedís al 2007?
–Que me ayude a limpiarme…
–¿De qué?
–De todos mis vicios y males.
–¿Vicios y males confesables, o secretos?
–Confesables. Fumo mucho, tomo demasiadas gaseosas y como pura chatarra. Además, quiero ser profesional… sin convertirme en un sindicalista. Quiero entretener, pero si me dejan, también emocionar.
–Pero volvamos al comienzo, ¿por qué te separaste de Luciana?
–No sé. Honestamente, no sé.
–¿Te gustaría volver con ella?
–De ninguna manera y bajo ningún concepto. La quiero mucho, me encantaría ser su amigo, pero…
–¿Pero?
–Ella no me deja. Así de simple.
–¿Te dolió la ruptura?
–Tuve muchas rupturas que me dejaron roto. Ahora estoy tratando de componerme. En broma, siempre digo que no me voy a enamorar en los próximos diez años…
–¿Realmente es una broma?
–Más o menos. Lo pienso seriamente. Y te confieso que, haciendo un repaso de mi vida, creo que nunca me enamoré.
–¿Amaste?
–Lo más cerca que estuve del amor fue una vez, y en un sueño.
–¿Despierto, o dormido?
–No estoy seguro…
–¿Quién te ayudó a superar la separación?
–Mis amigos, la música, el placer, y… bueno, algunas amigas…
–¿Qué es el amor?
–¡Qué pregunta! Es una de las cosas más difíciles de entender que hay en el mundo. Es un juego chino…
–¿Por qué?
–Porque en el peor de los casos… ¡todos pierden!
–¿Qué son las mujeres?
–No sé, pero siempre terminaron ganándome…
–¿En qué sentido?
–Por ejemplo, siempre se llevaron mis licuadoras… Pero verlas pasar es divertido, te juro.
–¿Querés estar solo?
–No, para nada. Pero estoy muy enojado, porque en el amor se me frustran los deseos y los planes. Siempre.
–¿Por tu culpa, o…?
–No creo. A lo mejor, porque estuve con personas de poco foco. Sin embargo, cuanto más sufro, más claro tengo lo que quiero ser.
–¿Los García están condenados a sufrir por amor?
–Por ser parte de un clan, heredás lo mejor y lo peor. Les doy las gracias a las cosas buenas, y de las malas…
–¿De las malas, qué?
–Prefiero no hablar.
–¿Sos un galán ganador?
–¡Noooo! ¡Soy el más feo de todos! Narigón y muy flaco. ¿No me ves?
–¿Tenés un camino definitivo?
–La música. Me gusta que escuchen mis canciones, que me aplaudan, que me saluden. Por eso canto en castellano, además: para que mis letras se entiendan perfectamente, porque son mi vida, mi arte, lo que siento. De eso sí que estoy bien seguro.
A pesar de las diosas que están a su alrededor, Migue sentencia: “Por ahora no pienso en el amor. Todo mi tiempo (o casi…) lo ocupa la música”. ¿A quién saldrá?
“¿Si me gustaría volver con Luciana? No… La quiero mucho, me encantaría ser su amigo, pero ella no me abre la puerta. Ni siquiera sé por qué nos separamos”
Migue con Luciana, ahora su ex, posando ¡hasta con el ramo de novia!
