“Me quiero quedar en Boca, así mis hijos crecen en la Argentina” – GENTE Online
 

“Me quiero quedar en Boca, así mis hijos crecen en la Argentina”

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–¿A mí una nota en GENTE?! Palacio se ríe tímidamente, piensa unos segundos y vuelve a preguntar:
–¿Y por qué me buscan? No entiendo…

–¿Cómo por qué…? Porque hoy sos la gran figura del fútbol argentino, Rodrigo...
–¡Nooooo, pará! Eso lo dicen ustedes... Los periodistas exageran todo.

Esta es la segunda nota que Rodrigo Palacio (24) le concede a GENTE. La anterior había sido el viernes 16 de diciembre del año anterior, después de que Boca se consagrara campeón del Torneo Apertura 2005, por entonces el tercer título que el Ro (así lo llaman sus familiares y amigos) atesoraba en sus vitrinas. Todos ganados con la camiseta azul y oro. Nueve meses después, muchas cosas han pasado en la vida del bahiense. En su pecho cuelgan tres nuevas medallas: Copa Sudamericana 05, Clausura 06 y Recopa Sudamericana 06; en el medio convirtió 16 goles y jugó su primer Mundial.

Sus destacadas actuaciones lo pusieron en boca de todos y la lluvia de elogios no tardaron en llegar: “Tiene visión de juego, hambre, h…, gol. No tengo dudas de que va a quedar en la historia del fútbol mundial”, opinó Maradona. Y hay más. hace unos días, Alfio Basile, el técnico de la Selección, lo comparó con Claudio Caniggia: “Es el jugador más desequilibrante del fútbol argentino. Lo veo parecido al Pájaro. Tiene sus mismas condiciones”.

Sin embargo, Palacio sigue siendo el mismo chico tímido y humilde que hace cuatro años llegó a Buenos Aires para probar suerte en Banfield. Vive en Puerto Madero con Wanda Fernández, Wendy, su novia de toda la vida. La chica conquistó su corazón cuando Rodrigo repitió cuarto y pasaron a ser más que compañeros… “Ahí empezamos a salir y nunca más nos separamos”, confiesa el goleador.

Hay dos anécdotas que describen bien su personalidad y lo pintan de cuerpo entero. La primera, cuando habla de las visitas que continuamente recibe de sus amigos y familiares de Bahía Blanca: “Cuando vienen los llevo a los entrenamientos, para que conozcan a mis compañeros. Muchos nunca antes habían estado en Buenos Aires. Así que imagináte… Para ellos, estar al lado de Palermo o del mellizo Guillermo es como cumplir un sueño. A mí también me hubiese gustado, si no fuera jugador, conocer a estos monstruos. Por ejemplo, cuando vivía en Bahía, nunca había estado en un estadio de Primera. Todavía recuerdo la emoción que sentí la primera vez que entré a la cancha de Banfield, recién llegado de Huracán de Tres Arroyos. No sabés…”.

La segunda ocurrió hace poco, luego del último partido que Boca le ganó a Vélez por 3 a 2. Palacio fue la figura del partido, convirtió dos goles y se fue ovacionado. Sin embargo, unas horas después llegaba hasta la terminal de Retiro para tomarse un micro e ir a visitar a su familia a Bahía: el rito de cualquier provinciano que se gana el pan en la Capital, lejos de los suyos... Entonces no sorprende que se ponga colorado mientras le hacen las fotos para esta nota, ni que confiese que “me da vergüenza firmar autógrafos”, ni que asegure que “se quiere quedar toda la vida en Boca, porque le gustaría criar a sus hijos en la Argentina”.

A solas con la nueva joya que tiene el fútbol argentino, que no sólo brilla por sus goles y sus gambetas. También es un ejemplo de humildad.

–¿Y…? ¿Cómo reaccionás ante tantos elogios, Rodrigo?

–Estoy agradecido, pero no me hago la cabeza con todo lo que se dice, porque no creo que sea el mejor. Hay otros jugadores por delante mío.

–¿Sos de leer los diarios, las revistas, o ver los programas que hablan de vos?
–Si justo estoy mirando la tele o tengo el diario a mano, puede ser. Pero por lo general me lo cuentan mis amigos. Me llaman y me dicen: “Che, poné TyC, que el Coco está hablando de vos” (risas).

–Por ejemplo: estás mirando la tele con tu novia y te llenan de elogios. ¿Qué te dice? ¿Qué pasa por tu cabeza?
–Es una sensación medio rara que todo el tiempo estén hablando de uno… (piensa unos segundos). Es algo que jamás imaginé que me iba a pasar. Pero tampoco le doy mucha importancia… Sé que los mismos que hoy dicen que soy un fenómeno, mañana me van a criticar si las cosas no me salen.

–¿Sentís que todo se te dio muy rápido?
–La verdad que sí. A veces pienso que estoy viviendo un sueño. En muy poco tiempo me pasaron cosas muy lindas... Cuando hace cuatro años jugaba en la Liga de Bahía Blanca para Huracán de Tres Arroyos, jamás imaginé que estaría en un Mundial o que iba a ganar tantos títulos en Boca.

–Parecía algo inalcanzable…
–Seguro. Además yo ya tenía 20 años, y a esa edad, si no estás en Buenos Aires, el tren ya pasó. El mío debe ser un caso único en la historia.

–Pero desde que llegaste a la Primera de Banfield las cosas te están saliendo bien. Hoy sos ídolo de Boca…
–(Interrumpe) …no, pará. Eso es algo que quiero aclarar: yo no soy ídolo de Boca. En ese lugar están Palermo, Guillermo, el Pato Abbondanzieri, Riquelme, Tevez…; yo recién empiezo. Hace dos años que estoy en el club, y si bien ganamos muchos campeonatos y siento que la gente me quiere, no soy un ídolo.

–Recién nombraste a Basile… Te acaba de comparar con Claudio Caniggia. ¿Qué pensás?
–Para mí es muy importante que el Coco diga eso. Por la experiencia que tiene y porque es el técnico de la Selección. Es una motivación más para seguir creciendo.

–Hablando de la Selección: ¿te reprochás algo de tu partido contra Costa de Marfil en Alemania?
–Sí, obvio. Era el partido más importante de mi vida y no me quedé muy contento. Me resbalé muchas veces y un jugador profesional no puede cometer esos errores.

–Es cierto… ¿Por qué te caías tanto?
–Entré a la cancha con tapones bajos. El tema es que acá, aunque llueva, juego así. Pero las canchas de Alemania eran diferentes: estaban mojadas, abajo eran muy duras, y eso hizo que patinara. Entré con todas las ganas, muy entusiasmado, pero cuando me resbalé a los dos minutos, me preocupé más por no caerme que por hacer mi juego.

–Ahora, con el Coco en la Selección, ¿creés que vas a tener la chance de jugar más partidos?
–No lo sé… Por más que haya dicho cosas muy lindas de mí, si le preguntás por Tevez o por Agüero, también va a hablar maravillas. A él le pueden gustar diez delanteros, pero finalmente van cuatro.

–¿Te ves dentro de unos años jugando en algún club europeo?
–No, en Boca estoy muy cómodo, tanto que me quedaría toda la vida. Acá soy feliz y tengo un grupo de compañeros bárbaro. Ahora sólo falta que arreglemos todo con el club. Además, me gustaría que el día de mañana, cuando forme una familia y tenga hijos, se críen en la Argentina.

–Hijos… ¿Ya están buscando un Rodriguito?
–No, por ahora no porque todavía somos chicos; tenemos tiempo. Pero no tengo dudas de que dentro de unos años voy a estar cambiando pañales.

Mientras hacía las fotos para GENTE en Puerto Madero, los hinchas no paraban de pedirle autógrafos y le lanzaban gritos de aliento desde sus autos. Sin embargo, Rodrigo asegura: “<i>Todavía no me siento ídolo de Boca</i>”.

Mientras hacía las fotos para GENTE en Puerto Madero, los hinchas no paraban de pedirle autógrafos y le lanzaban gritos de aliento desde sus autos. Sin embargo, Rodrigo asegura: “Todavía no me siento ídolo de Boca”.

No, no es Rodrigo de pelo largo, con la camiseta de Olimpo y un bebé a su lado… Esta foto tiene veintitrés años y el pequeño Rodrigo –de 20 meses– está posando junto a su papá Jorge, en el estadio de la ciudad de Bahía Blanca.

No, no es Rodrigo de pelo largo, con la camiseta de Olimpo y un bebé a su lado… Esta foto tiene veintitrés años y el pequeño Rodrigo –de 20 meses– está posando junto a su papá Jorge, en el estadio de la ciudad de Bahía Blanca.

“<i>Es raro que todo el tiempo estén hablando de mí. Igual, no me hago mucho la cabeza… Cuando me vaya mal, sé que también me van a criticar</i>”.

Es raro que todo el tiempo estén hablando de mí. Igual, no me hago mucho la cabeza… Cuando me vaya mal, sé que también me van a criticar”.

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