Ursula Vargues (28 años) se presenta como una chica sencilla, “bien de barrio”, de esas que puertas adentro agarran el jogging más viejo y roto de su ropero y dejan el divismo de lado: “Cuando estoy en mi casa, me visto lo peor que puedo y me pongo a chancletear por todos lados”, comenta, tratando de alejarse de la histeria del fashion preso de las nuevas tendencias. Una típica joven de barrio con impecables 90-62-90, claro. La chica linda de Duro de domar llega a la sesión de fotos en Club 647 sin maquilladores ni peinadores y empapada por un temporal que azota a Buenos Aires. Mientras pide una botella de la bebida más famosa del mundo, explica su linaje dentro del mundo de la estética: “No soy una chancha glamorosa, como dice Fernando Peña, pero tampoco soy Doña Rosa. Creo que pertenezco a la clase media de la belleza”.
Hablamos de la mujer que le puso glamour al mundo de los fierros, cuando conducía El Garage, la misma que estuvo a punto de casarse con Charly Alberti, ex baterista de Soda Stereo, pero después decidió que no, que era mejor ser amigos. “¡Nos agotó la organización de la fiesta! Uno sueña con enamorarse, casarse y formar una familia, pero la vida se encarga de desengañarte”, explica. Ahora, Ursula se prepara para presentar 26 programas especiales para la señal Discovery Health, dedicados a la belleza y al cuidado de la mujer antes de caer en la cirugía.
–¿Alguna vez tuvo que apelar al bisturí para mejorar su estética?
–Quise achicar mis lolas, porque a veces no puedo usar la ropa que me gusta. Con una transparencia luciría muy burda, ¿no? Pero, desistí cuando me dijeron que me quedaría una cicatriz muy fea. Me puse en el lugar de mi pareja y no sería muy agradable para la intimidad.
–¿Se siente una de esas caras bonitas que recitan copetes en televisión o aporta un valor agregado?
–Nunca peleé contra el combo chica linda-tonta. Viendo FTV, te encontrás con algunas modelos que tienen voces muy particulares, por no decir insoportables... ¿En qué me diferencio? Creo que mi dicción es aceptable para el medio y mi timbre de voz no es molesto. Tengo buena memoria, hablo inglés y alemán, y mi sentido del humor es algo que aporta en un grupo.
–Sin embargo, sus compañeros de Duro de domar parecen eclipsados por su belleza. ¿No la acosan demasiado?
–El programa es pura ficción… ¡Los tiros del Chavo Fucks son con balas de sal! Noriega es como un tío y Pardini (piensa)… un amigo. Nunca tuve que poner un freno, porque todo está muy claro. No elegiría un hombre del trabajo para divertirme.
–En el último tiempo, Roberto Pettinato fue vinculado a muchas mujeres. Y su nombre sonó muy fuerte…
–(Ríe) El título de la tapa de GENTE, “Sexy a los 50”, es muy real. Con él me pasa algo especial: me encanta como hombre, es seductor y me divierte mucho, los dos nacimos el 15 de diciembre y los dos creemos mucho en la astrología. Eso generó una especie de energía interplanetaria entre nosotros.
–Alguna vez declaró que no le gustan los hombres maduros, pero parece enamorada de su jefe…
–¡Nooo! Podemos ser buenos amigos, pero hay que ver si él quiere. El tema de los hombres mayores fue por una fiesta que compartí con Mick Jagger. Iba a tirarme un lance, pero era demasiado. No me imagino con un hombre de 60 años, porque debería llenar un montón de huecos que quedan vacíos. ¿Me entendés?
–¿Sabía que para eso se inventó una pastillita?
–Es cierto, no es imposible. Pero, si no lo hice con Mick Jagger, no creo que me anime con otro.
–Hablando de animarse, parece que llegó el momento de su destape…
–¿Viste? Hace seis años que trabajo en la tele y nadie me conocía el c… ¡Me agarró el viejazo! Quiero mostrar un poco el cuerpo antes de que empiece a caerse todo. Me ofrecieron varias publicaciones que desvisten chicas, pero me incliné por posar para la revista Maxim. Ojo, que al lado de la mayoría de las chicas, soy Heidi.
–A todo esto, ¿qué opinan sus padres?
–A mi mamá no le gustó nada un baile que hice en Club 69. Y mi viejo me dijo: “Ahora, lo único que te falta es ponerte en bolas”. Y casi le hago caso. Pobre, ¡el quería que fuera abogada!
–Okey, sólo le faltan las plumas…
–Cuando nos acercamos a los 30, a las mujeres nos dan ganas de mostrarnos flojas de ropa. Como yo digo: te agarra el viejazo. No reniego de mi cuerpo ni de mi belleza, pero necesito una excusa para mostrar. Hoy, las minas se desvisten y dicen: “Me gustaría ser como Norma Aleandro”. ¡Empezaste mal! Nito Artaza me ofreció trabajar con él, pero no puedo salir en bolas y justificar: “Haría todo por mis hijos”. Por ahora, no me pongo las plumas.
–¿Su pareja le pone límites a su exposición?
–Nunca haría nada que incomodara a la persona que está conmigo. Mis parejas siempre alientan a que me destape un poquito más, a que dé notas… Yo prefiero guardarme, soy muy celosa de mi intimidad.
–Ya que lo menciona, ¿cómo continúa su relación con Ludovico Di Santo?
–Nos presentó Walter Quiroz, que trabajó conmigo en Pensionados, en la fiesta de El tiempo no para. Nos sacaron unas fotos y no hay mucho más para decir…
–Dicen que cuando usted lo vio, no paró hasta conocerlo…
–Sinceramente, nunca podría avanzar a la persona que me gusta. ¡Soy tímida! Mis novios siempre me recriminaron que nunca les tiré un centro. Cuando me gusta alguien, me agarra tal inhibición que no puedo hacer ni un cruce de miradas. El otro nunca se da cuenta de que “hay contact”, como dice mi compañero el Chavo Fucks.
–¿Y cómo continúa el “contact” con Ludovico?
–No te voy a decir con quién, pero después de un tiempo estoy durmiendo acompañada bastante seguido. Estoy muy bien del corazón. Hay algo más que contact…
“Por primera vez en mucho tiempo, estoy durmiendo acompañada más seguido”, dice Ursula, que se muestra óptima del corazón.
“Quise achicar mis lolas, porque a veces no puedo usar la ropa que me gusta. Con una transparencia luciría muy burda. Desistí cuando me dijeron que me quedaría una cicatriz muy fea”
“Con Petti me pasa algo especial: me encanta como hombre, es seductor y me divierte mucho. Existe una energía interplanetaria entre nosotros”
