“Martín ya me avisó: si nos separamos, él se queda con las mascotas” – GENTE Online
 

“Martín ya me avisó: si nos separamos, él se queda con las mascotas”

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Para demostrar que ama a su novia por sobre todas las cosas –con pasado incluido– Martín Amestoy (29) le propuso a la menor de las Escudero anotar a sus mascotas en el registro civil con su apellido. “Afrika y Mulata son mis hijas, por eso les ofrezco mi nombre. Punto”, dice. Silvina, con treinta años recién cumplidos, toma esa frase como una declaración de amor y de principios. “Somos una familia muy normal, aunque la gente no entienda que un perro puede ser querido como un hijo”, aclara la figura de Cuestión de peso (el Trece), ciclo del cual él es productor. La pareja respeta a rajatabla las horas de actividad física y cumplen, además, con la dieta necesaria para que sus cuerpos se mantengan perfectos. El cuadro lo completa Mulata, que aprovecha para meter su nariz en cualquier recoveco que encuentre. Entre perros y gatos, así empieza la entrevista…

–Silvina, empezaste 2013 de una manera totalmente diferente a como terminás…
–Si lo decís a nivel sentimental, totalmente de acuerdo. Está bueno que la vida te sorprenda. Soy una persona súper estructurada, sobre todo con el trabajo. Planifico todo y siempre apunto a más. En lo personal, Martín llegó para descontracturarme, ¡me desordenó la vida! No sé qué pasó realmente, fue muy loco el cambio.

–¿No es desgastante verse todos los días y trabajar juntos?
–Hay muchas frases hechas para todo. A esta altura del partido, que ya experimenté un montón de cosas, me doy cuenta de que no existe una fórmula: el mejor parámetro es la felicidad, contra eso no hay regla que valga. Hay parejas que viven juntos y en camas separadas y otras a las que eso les parece un horror. Cada cual encuentra el modo y eso fue lo que encontramos con mi novio.

–De alguna manera formaste una familia…
–Martín siempre dice eso, que Mulata, Afrika y yo somos una gran familia. Desde el principio de nuestra relación nos unieron los animales. De hecho, nos acercamos por unos perritos que adoptamos. Hoy, uno de esos perros lo tiene mi suegra.

–¡Qué problema sería el divorcio!
–Martín dice que si nos separamos él se queda con los hijos (se ríe). ¡No nos casamos y ya está pidiendo la tenencia!

–¿No crees que tus mascotas pueden llegar a tener problemas de identidad, por tanto padre diferente?
–Martín dice lo siguiente: Mulata tiene mi apellido y es mi hija. Punto. Opino lo mismo.

–¿Hay planes de casamiento?
–Seguramente. No es algo que está planeado para ya, pero sí, obvio. Hay que aclarar que él es mucho más Susanita que yo. Se quiere casar y tener un hijo. Pero de repente decimos, “pará, todavía no”. Queremos respetar los tiempos. Mientras tanto, seguimos como ahora, enamorándonos un poco más cada día que pasa.

–El embarazo de Vanina, tu hermana, ¿te despertó el instinto maternal?
–Lo que me despertó fue el instinto “tial”. Antes de ser mamá, me gustaría disfrutar y dedicarle todo el tiempo posible a mi sobrino o sobrina. Es un bebé muy esperado en la familia. Después, sí, pensar en ser madre. Pero falta…

–¿Lo imaginás a Martín como padre de tus hijos (humanos)?
–El es súper paternal. Me doy cuenta por cómo trata a mis mascotas. Si bien hay personas que no entienden que los perros son como hijos, yo sé que eso es una buena forma de medir. Además, uno cuando está con alguien es porque tiene un proyecto a futuro. No puedo hacer futurología, pero mi deseo es hacer una vida junto a él.

–¿Te da miedo la infidelidad?
–Mmm, no sé si la palabra es “miedo”. La pareja es lealtad, si eso no está, no hay pareja. Hay cosas que no pueden existir y una de ellas es la infidelidad. Si pasa, se termina, así de fácil. Pero tampoco la vida tiene que ser como el zapping. A la primera de cambio no podés dar vuelta la página. Primero hay que diagnosticar el problema. ¿Qué nos falta? ¿Necesitamos una tele nueva, hay que cambiar las pilas, compramos un codificador? Una buena pareja sabe encontrar el problema, buscar alternativas. Después sí, si no funciona, no queda otra.

–¿Hay que controlar a los hombres o es contraproducente?
–Al contrario, a los hombres hay que darles libertad, eso los asusta. Además, uno no puede controlar nada en la vida, ni siquiera a uno mismo. Martín me lo ha dicho mil veces: si elegís estar con otro hombre, no hay nada más que hablar. El control es inseguridad.

–Vos sos una mujer de carácter fuerte, ¿cómo se hace para que las mujeres no sufran violencia de género?
–Creo que el carácter fuerte en una relación no sirve. Yo soy una persona muy fuerte en mi trabajo, porque soy sola, pero en la pareja soy todo lo contrario. Todo se hace entre los dos. Ya no existe eso de que la mujer cocina o lava, ya pasó. Lo mismo con la plata. Un día paga uno, otro día el otro. La violencia de género se combate educando a los hijos. Las nuevas generaciones ni siquiera tienen que escuchar hablar de machismo.

–¿La escuchaste a Flor de la V? ¿Qué te pareció lo que dijo?
–Esta sociedad está avanzando en un montón de aspectos, gratamente. Estamos siendo más conscientes del mal que le hacemos al planeta, estamos profundizando en los derechos humanos, en el derecho animal y estamos aprendiendo a respetar al otro. Yo no creo que Canosa sea discriminadora, pero sí que tiene un tema personal con Flor. En la televisión hay que cuidarse, las palabras pueden lastimar… Me han lastimado mucho.

–¿Hay que cuidar las palabras, decís?
–Yo estoy en un proceso de cambio. Aprendí bastante. De chica era mucho más verborrágica y podía llegar a decir cualquier cosa. Es karmático. Mirala a Evelyn (Von Brocke). Atacaba a los que mostraban su intimidad, y ahora lo sufre en carne propia. Canosa igual. Eso también es violencia y no necesariamente de género. Pero bueno, habrá que seguir aprendiendo, de eso se trata la vida.

Foto familiar: Martín, Silvina y sus dos hijos, Afrika, su gatita siamesa, y Mulata, su schnauzer terrier en un living en el que sobran las figuras de la fauna.

Foto familiar: Martín, Silvina y sus dos hijos, Afrika, su gatita siamesa, y Mulata, su schnauzer terrier en un living en el que sobran las figuras de la fauna.

Silvina pedalea en la bicicleta desmontable que su novio le regaló para su cumpleaños número 30, el pasado 27 de septiembre. El entrenamiento de la pareja incluye footing y stretching a orillas de los lagos de Palermo. Más tarde, ambos partirán para los estudios de El Trece. Por las horas extras en la productora Endemol, Martín abandonó el rugby, después de 15 años de jugar en Gimnasia y Esgrima de Ituzaingó.

Silvina pedalea en la bicicleta desmontable que su novio le regaló para su cumpleaños número 30, el pasado 27 de septiembre. El entrenamiento de la pareja incluye footing y stretching a orillas de los lagos de Palermo. Más tarde, ambos partirán para los estudios de El Trece. Por las horas extras en la productora Endemol, Martín abandonó el rugby, después de 15 años de jugar en Gimnasia y Esgrima de Ituzaingó.

No conviven, pero se pasan el día juntos. Duermen en la misma cama casi toda la semana, trabajan en el mismo canal y ya planean sus próximas vacaciones. “Estamos de novios hace casi seis meses, pero parece mucho más, por la intensidad y todo lo que vivimos”, cuenta la bailarina.

No conviven, pero se pasan el día juntos. Duermen en la misma cama casi toda la semana, trabajan en el mismo canal y ya planean sus próximas vacaciones. “Estamos de novios hace casi seis meses, pero parece mucho más, por la intensidad y todo lo que vivimos”, cuenta la bailarina.

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