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Magui Bravi no cree en las relaciones abiertas

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Dice Magui Bravi (28) –mientras con el rabillo del ojo, un tempranero visitante del río San Antonio la observa desde una prudente distancia, con disimulo–: “Sé qué me miran los hombres. Sólo hace falta leer los comentarios en Twitter o googlearlo: la cola. Y muchas veces se sorprenden cuando me tienen enfrente… ‘Ah, ¿eso sos?’, me dicen. Jaja... Es que soy muy chiquita, mínima. Pesaré unos 46 kilos, y de altura tengo 1,62. Bueno, con tacos zafo”.

A pesar de eso, a medida que se saca la arena de los pies en la comuna de Mayu Sumaj, jura que “la única cirugía que me hice fue de lolas, y cuando dejé el ballet. No tenía nada arriba y sí mucho abajo, lo que era terrible para la danza clásica. Así que debía emparejar, jaja... Y nada más. No me interesa mucho ese mambo Me da un pánico mortal. Son todas parecidas, y cada vez más”. Pero –siempre hay uno– deja la puerta abierta: “Quizá más adelante me agarre la loca y me haga una; nunca digas ‘nunca’”

Muchas primeras veces se juntan en esta temporada para la platense. Jamás había rumbeado para Córdoba en temporada y hoy se presenta –junto a Pablo Rago, Miriam Lanzoni, Laura Bruni y Silvina Luna– en Algunas mujeres a las que les cagué la vida en el Teatro del Sol. Con orgullo cuenta: “Debuto en un papel donde sólo tengo que actuar. Ni bailo ni canto. Y nada menos que con Rago... Pequeña responsabilidad. Si sale algo mal, seguro va a ser por mí. El es súper exigente. Cada ensayo fue una clase de teatro. Pero me gusta el desafío. Nos llevamos bárbaro, porque vengo de la escuela de la danza y también soy una enferma perfeccionista”.

Sé qué me miran los hombres. Sólo hace falta leer los comentarios en Twitter o googlearlo: la cola. Y muchas veces se sorprenden cuando me tienen enfrente… ‘Ah, ¿eso sos?’, me dicen. Jaja... Es que soy muy chiquita, mínima. Pesaré unos 46 kilos, y de altura tengo 1,62. Bueno, con tacos zafo”.

–¿Vas a dejar la danza?
–No sé... Estudio canto y actuación, y me gustaría ir para el lado de la actriz. La bailarina un día se termina. Pero falta.

–En Carlos Paz se vive un microclima particular: los artistas que pasaron por el último Bailando por un sueño son los más buscados por los turistas que van al teatro. ¿Cómo ves el fenómeno desde afuera?
–Hace tres años que no estoy. Si bien estuve como reemplazo, lo que más se pareció fue el Bailando paraguayo, donde llegué a la final. Da un poco de vértigo no estar, pero entendí que hay otros caminos. La exposición es diferente. ShowMatch te da otras cosas: es una catapulta. De ahí salen muchos trabajos, como campañas y fotos. Yo quiero seguir en mi carrera. Igual, si me llaman no descartaría volver, pero con alguien que no sea bailarín. Me gustaría hacer pareja, por ejemplo, con un humorista, o con Peter Alfonso.

–Se vio un video de Miriam Lanzoni y Laura Bruni, dos de tus compañeras, haciendo topless y jugando en una pileta. Y en el mismo momento, vos huyendo de esa situación. ¿Te pone incómoda que sean tan lanzadas?
–¡Y yo vestida, además! Mirá: no tomo, no fumo, no tengo mucho boliche ni fiesta. Me suelen tildar de “aburrida”. A veces voy y paso la tarde con ellas. Somos distintas, pero nos llevamos bien.

–¿Qué te divierte?
–La música. Voy a recitales, desde Los Redondos –que son pura cultura– a música de afuera. Viajar. Fui azafata durante mucho tiempo. Leo bastante. No te olvides que estudiaba filosofía. Y después, busco hacer cosas físicas, deportes, aunque no sea muy buena. Practico acrobacias de circo y tirolesa. Ahora quiero encontrar un lugar donde poder escalar. Tengo que gastar energía; si no, no duermo.

–¿Ya superaste los problemas de alimentación?
–Sí. Como muy bien. Me ves a la tarde con facturas, de todo. Me vine a Carlos Paz a engordar, porque al revés de todo el mundo, siempre necesito subir. Y tomo un suplemento de vitaminas.

–¿Qué pasó realmente con el Chino Darín?
–Salimos un tiempo este año, mientras él grababa Historia de un clan y yo estaba de gira con Algunas mujeres... Así que nos veíamos poco. Se dijo que teníamos una relación libre, de mutuo acuerdo, sin compromisos. Y yo no soy así: si estoy con alguien, no ando con doscientos a la vez. Vengo de dos relaciones de seis años cada una. No sé por qué salió ese rumor. No soy tan moderna como para tener una relación libre y abierta. Ojalá lo fuera, pero no.

–¿Y él, en cambio, sí?
–No sé. Cuando salieron las fotos de él con otra chica (Maypi Delgado, ex “Gran Hermano”), ya no estábamos juntos. Está todo bien con él. Si me fue infiel, no me enteré. Yo creo en la fidelidad; si no, no me hubiese puesto de novia tanto tiempo.

–¿Ahora estás sola?
–Sí, aunque en el último tiempo me estoy viendo con mi último ex (Octavio), con el que conviví y salí seis años. Pasó por acá unos días y se fue... Suena raro, pero estamos como conociéndonos otra vez.

“Sé qué me miran los hombres. Sólo hace falta leer los comentarios en Twitter, o googlearlo: la cola”.

“Sé qué me miran los hombres. Sólo hace falta leer los comentarios en Twitter, o googlearlo: la cola”.

Para Magui es su debut como actriz. Interpreta a una cordobesa que fue la primera novia del personaje de Pablo Rago. Algunas mujeres a las que les cagué la vida se completa con Silvina Luna, Miriam Lanzoni y Laura Bruni.

Para Magui es su debut como actriz. Interpreta a una cordobesa que fue la primera novia del personaje de Pablo Rago. Algunas mujeres a las que les cagué la vida se completa con Silvina Luna, Miriam Lanzoni y Laura Bruni.

“No tomo, no fumo, no tengo mucho boliche ni fiesta. Me divierten los recitales, viajar, leer y la actividad física. Pero me suelen tildar de ‘aburrida’”.

“No tomo, no fumo, no tengo mucho boliche ni fiesta. Me divierten los recitales, viajar, leer y la actividad física. Pero me suelen tildar de ‘aburrida’”.

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