“Luna nos está enseñando a ser padres” – GENTE Online
 

“Luna nos está enseñando a ser padres”

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Jamás padeció el síndrome de la partitura en blanco. Pero hoy “estoy tan noqueado con la experiencia de ser padre, que me supera. Mi hija me ve, me escucha, mueve la cabecita, me sonríe, y cada día me sorprendo con lo que veo y lo que siento. Tanto, que todavía no pude convertir ese sentimiento en música”. Algo raro para Alejandro Lerner (53), el autor de –¡nada menos!– diecinueve discos, compositor de canciones para otros intérpretes; por ejemplo Dame, para Luis Miguel; productor de álbumes para artistas internacionales como el que creó para Paul Anka –¡nada menos II!–, y traductor al castellano de temas de Céline Dion.

¿Culpable? Su hija Luna, de once meses. Por ella postergó su vida nómada y acondicionó el micro de las giras con todo lo que exige un bebé. “Hoy combino acordes con óleo calcáreo”, confiesa. La tarea empezó apenas supo que Marcela (48) estaba embarazada, y al toque compuso Luna, el nombre de su hija: “Yo tengo frío, ella calor/ Ella no duerme/ y yo muero de amor/ Dame otra almohada, no puedo dormir/ Abre la ventana/ y abrázame así”.

Pero fue debut y despedida: “Nunca más pude volcar en el pentagrama lo que siento por ella: la emoción me desborda”, dice. La semana pasada, primeros días de primavera, los tres ambularon por Palermo. Programa híper familiar: almuerzo en Campo Bravo, junto con el mítico Armando Manzanero y su familia. En parte, también para celebrar Dos voces, el cd con los temas más emblemáticos de cada uno. ¿Qué menos, después de un cuarto de siglo de amistad? Y además, el domingo 26 y un escenario también histórico –el Luna Park–, y juntos, y ante cinco mil almas, desplegaron toneladas de romanticismo. El mexicano, que guarda en su mochila y en su corazón más de cuatrocientos temas, enloqueció a la multitud con No sé tú y No hace falta, y Lerner entró en contrapunto con Algo de mí en tu corazón y Por un minuto de amor.

Obvio: delirio... Y con papel carbónico: lo mismo harán en Paraguay, y después, en toda América Latina, sin olvidar ni un rincón. Dato no menor: Marcela de Lerner está en la legión de los coros. En cuanto a Luna, todavía no canta, “pero nos acompañará, siempre y cuando haya protección y comodidad. De lo contrario se quedará en casa con su madre, y yo volveré para darle un beso y descansar”, promete Alejandro.

La gira no musical por Palermo incluyó algunos planes y algunas compras dedicadas a Luna y su primer año de vida. “Todo sea por ella, que nos está enseñando a ser padres”, confiesa Alejandro, y Marcela le hace eco. Luna, claro, calla, come, duerme, sonríe, llora y vuelve a sonreír. Como si supiera cuántos temas la tendrán como protagonista después de que su padre rompa el cascarón de las primeras emociones –esas que lo paralizan ante el pentagrama– y desate, juntos, su amor de padre y su talento. Vale la pena esperar...

Alejandro y Marcela se conocieron en un gimnasio de Belgrano, y en junio de 2006 se casaron –en secreto– en Los Angeles. Hoy viven entre los Estados Unidos y su casa de Pilar.

Alejandro y Marcela se conocieron en un gimnasio de Belgrano, y en junio de 2006 se casaron –en secreto– en Los Angeles. Hoy viven entre los Estados Unidos y su casa de Pilar.

Antes de subir al escenario del Luna Park, de paseo con Marcela y Luna.

Antes de subir al escenario del Luna Park, de paseo con Marcela y Luna.

Hace exactamente un año, besando la panza de Marcela, embarazada de Luna, en pleno recital de su gira <i>Sueños de elefante</i>.

Hace exactamente un año, besando la panza de Marcela, embarazada de Luna, en pleno recital de su gira Sueños de elefante.

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