El hombre de ojos celestes saca pecho, y no para competir con el físico de 18 años de su hijo (“aunque aún se bancaría hacerlo”, defiende el muchachito al padre). El hombre de ojos celestes, Gabriel Andrés Corrado (47), saca pecho justamente por su hijo, Lucas. “Y sí, me siento orgulloso viéndolo crecer, evolucionar, e intento seguirle los pasos. Porque, claro, como bien señala Mafalda, todo primer hijo se recibe de hijo al mismo tiempo que todo primer padre se recibe de padre; y ambos aprenden del otro”, parafrasea el actor, avanzando junto a su chico (o muchacho; nació en Buenos Aires el 20 de julio de 1990), lanzando chistes y desafíos, y dejando atrás al resto de la familia: Constanza (41), Lucía (16) y Clara (10). “Mirá qué facha –cabecea Corrado–. Lucas es mi versión actualizada… y evolucionada. ¿Sabías que acaba de terminar un largo noviazgo? Confesá, confesá”. “Calláte, pá. Listo, che”, juega a empujarlo Lucas.
“En realidad –susurra el eterno galán al oído del periodista–, ya no me conviene burlarme ni competirle demasiado. El mundo cambió. Mientras yo le doy un poco al fútbol, al tenis, al rugby, él practica deportes de riesgo tipo snowboard, skate, surf. Digamos que, en ciertas cuestiones, Lucas es James Bond y su padre, el Super Agente 86”, ríe. “Me encanta la relación que mantenemos. Quizá el secreto provenga de que yo no creo sabérmelas todas y se lo demuestro abriéndome, inspirándole confianza. Ante Lucas puedo quitarme el agotador traje de superhéroe y mostrar mi costado vulnerable, sin que eso signifique ser menos padre. Al contrario, mi hijo me ha enseñado tanto... Igual, le transmití la pasión por el arte. Dentro de una semana nos encontraremos en Europa. Iré a verlo tocar la batería”, sorprende.
Sucede que en un par de días, Lucas –reciente egresado de la secundaria–, viajará con la hermana, Lucía (hábil exponente de la flauta traversa) hacia Inglaterra, Irlanda, Escocia y España, para representar a la orquesta de su colegio. “Les ordené que se abriguen y protejan de las temperaturas bajo cero”, adelanta Gabriel, previo a pisar Madrid en nombre de su productora, CTV Contenidos. “Pretendo vender un formato de ficción y también explicar por qué, en medio de la crisis global, conviene cruzar el océano y grabar en la Argentina”, anticipa quien hoy busca un formato de entretenimientos para conducir, planea filmar y producir en San Luis la comedia romántica Bautista, y ansía estrenar tres cintas que rodó durante 2008: El enigma de Monte Albornoz (de suspenso, acompañado por Belén Blanco), Lucky Luke (basada en el legendario personaje de cómic, hablada en francés) y Paco (de denuncia, al lado de Norma Aleandro, Esther Goris y Tomás Fonzi).
“¿Futuro? No me gustan los hijos clones de los padres. Cada uno necesita tomar su camino y trazar su destino… Yo a Lucas le acerco lo que pienso y permito que él resuelva”, completa, lógico, sacando pecho. 
“Mirá qué facha”, advierte Corrado. “¿Sabías que acaba de terminar un largo noviazgo?”, advierte. “Calláte, pá. Listo, che”, lo torea Luquitas.
“Mientras yo le doy un poco al fútbol, al tenis, al rugby, Luquitas practica deportes de riesgo tipo snowboard, skate, surf. Digamos que, en ciertas cuestiones, él es James Bond y su padre, el Super Agente 86”
La fómula Corrado & Cía durante las vacaciones incluye charlas, deportes, bronceado y descanso. Luego de la quincena, Gabriel (22 temporadas de carrera), Constanza (su mujer desde hace casi dos décadas), Lucía, Clara y Lucas retornan a la casa que habitan en Bella Vista.
