«Los universitarios argentinos se quejan y están recibiendo educación gratis» – GENTE Online
 

"Los universitarios argentinos se quejan y están recibiendo educación gratis"

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Ya son veinte las veces que el Vaticano distingue a un científico menor de 45 años con la Medalla Pío XII por "la sobresaliente investigación en su campo" (en 1975, el merecedor fue el genial Stephen Hawking). En dos de esas oportunidades, la condecoración recayó en un argentino. En 1988 la recibió Luis Caffarelli, hoy en la Universidad de Utah y miembro de la Pontificia Academia de Ciencias que el próximo año cumplirá cuatro siglos de existencia. Este lunes 11 de noviembre, y de manos del papa Juan Pablo II, el logro lo alcanzó Juan Martín Maldacena (34 años, c
asado con María, una hija de un año y medio, un hijo -"de menos tres meses", gusta aclarar- en camino), el brillante investigador de la Teoría de las Cuerdas (básicamente, una hipótesis capaz de describir todas las fuerzas de la naturaleza), formado en el Instituto Balseiro de Bariloche y actual miembro del Instituto de Estudios Avanzados de Princeton, tras un paso por Harvard. "Me fui porque en el Instituto hay un buen grupo que trabaja en investigación -cuenta-.

Fue una decisión difícil. Tengo un poco más de tiempo para investigar, y a mi esposa y a mí nos gustó la idea de vivir en Princeton".

Desde la habitación 416 del hotel Domo Santa Marta de Roma, la voz de Maldacena llega con la calma propia de un domingo. La entrega del premio, planeada en principio para esa mañana, se retrasó 24 horas. Un día más para recorrer la magnífica capital para este porteño que goza, también, la nacionalidad italiana. Y recordarle que, en otro momento, la Iglesia no lo hubiera premiado por sus avances, más bien, todo lo contrario. Pero Maldacena, católico practicante, prefiere saborear la mitad llena de la copa. "Es cierto que en la época de Galileo no me hubieran premiado… pero había otros científicos. Fue un caso muy triste de la relación entre la Iglesia y la ciencia, pero históricamente la Iglesia impulsó la ciencia, como la reforma del calendario, por ejemplo. En una institución que tiene 2.000 años, no nos podemos detener en el peor caso… -enfatiza, y continúa-:
Como científico, es razonable no discutir la religión, prefiero discutir los problemas que estudio. Es algo muy personal. Pero, por ejemplo, para pertenecer a la Pontificia Academia no hace falta ser católico. Yo lo soy, pero es mi filosofía personal. Lo científico es independiente".

La conversación gira hacia la Argentina. Todos los años, Maldacena se da una vuelta por el barrio de Caballito, donde viven sus padres. En esta oportunidad, llegó a un país herido, aunque su mirada es optimista: "Encontré signos de que las cosas van mejorando de a poco. Pero no creo que mi opinión tenga demasiada importancia, es más exacto mirar los indicadores económicos".

Lo que sí preocupa al investigador es el estado de la ciencia vernácula. "La devaluación fue un problema -sostiene-.
Tengo colegas en Bariloche que estaban organizando una escuela, y no tienen fondos para llevar a quienes iban a ir a dar charlas. Tienen que pedirles que se paguen los pasajes. Así que los ayudo, tratando de convencer a esa gente de que se los paguen ellos, y vayan. A pesar de la crisis, hay que continuar con la educación".

Y si de educación se trata, se horroriza al saber que un minúsculo grupo de estudiantes ocupa el rectorado de la UBA desde hace poco más de tres semanas. "En nuestro país no se entiende claramente que es el pueblo el que les paga a los estudiantes su carrera. Y tiene derecho a exigir que estudien y se esfuercen. En la Argentina, la Universidad no es un derecho, es un privilegio que todos están pagando para algunos. Entonces, tienen que reconocerlo y aprovechar esa
oportunidad
". Y va más allá: "Me parece injusto que un joven de 18 años que sale de una villa o un barrio humilde le pague la universidad, con sus impuestos o con los que pagan sus patrones, a alguien de clase media que podría perfectamente pagársela. Se podría decir que es mejor para el país, pero si hay que pagarle la universidad a alguien, que sea a quien pase un examen de ingreso, que demuestre que desea dedicarse por entero al
estudio".


-¿Para usted, este modelo de universidad está perimido?

-Hay que pensarlo bastante, ¿no? Pero hay que reconocer que estudiar es un privilegio, y exigir que se pague el estudio a todos es egoísta. A mí me han pagado la educación, fui un privilegiado por tener una educación de primera. Por eso no entiendo a los estudiantes que se quejan y están recibiendo una educación gratis. Lo tendrían que aprovechar.


-Cuando decía en Harvard, por ejemplo, que no había puesto un peso para estudiar en la universidad, ¿se asombraban?

-Sí, se sorprenden porque no es común en casi en ningún país. Y en los países donde se paga, se dan becas para quienes no pueden pagar su estudio.

-Lo que corresponde, por supuesto.

-Hay gente muy buena que de otra manera no podría haber estudiado. En el Balseiro cursaba el hijo de un albañil, Víctor Ibarra. Había estado dos años en la Universidad de Morón, becado, y luego siguió en Bariloche. Hoy es ingeniero nuclear y trabaja en la Comisión Nacional de Energía Atómica. Pero pasó exámenes de ingreso, y estudió seriamente. Ahora que lo pienso, déjeme decirle algo: Ibarra se merecería más que yo esta nota.

Maldacena, considerado por la revista TIME y la CNN como uno de los 50 líderes mundiales para este siglo, en el Instituto de Investigación de Princeton. El premio que acaba de recibir de manos del Papa es el mismo con el que fue distinguido en 1975 el célebre científico Stephen Hawking.

Maldacena, considerado por la revista TIME y la CNN como uno de los 50 líderes mundiales para este siglo, en el Instituto de Investigación de Princeton. El premio que acaba de recibir de manos del Papa es el mismo con el que fue distinguido en 1975 el célebre científico Stephen Hawking.

Me parece injusto que un joven de 18 años que sale de un barrio humilde le pague la universidad, con sus impuestos o con los que pagan sus patrones, a alguien de clase media que podría pagársela perfectamente"">

"Me parece injusto que un joven de 18 años que sale de un barrio humilde le pague la universidad, con sus impuestos o con los que pagan sus patrones, a alguien de clase media que podría pagársela perfectamente"

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