“Los hombres son mentirosos por naturaleza” – GENTE Online
 

“Los hombres son mentirosos por naturaleza”

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Bárbara Mori nació en Montevideo hace veintiocho años. “Bajo el signo de Acuario”, agrega. Pronto se radicó con su familia en México, adonde descubrió su vocación de actriz. E, inevitable, conquistó la televisión. Protagonizó culebrones como Mirada de mujer, Azul tequila, Amor es querer con alevosía, Súbete a mi moto… Su fama pronto trascendió los límites de América Latina. En 2004, con la novela Rubí, sedujo a franceses y españoles. Y fue chica de tapa de revistas en lugares tan remotos como la República Checa. Poco después, su filme La mujer de mi hermano (inspirado en el libro de Jaime Bayly) resultó la película hispana más taquillera en la historia de los Estados Unidos. Y ahora se dispone a conquistar la Argentina con Pretendiendo, su último film. Se trata de una producción chilena, adonde Mori interpreta a una joven que, luego de un desengaño amoroso, se convierte en una mujer fea. ¿Su galán? El argentino Coco Mazzarello. Pero nada parece suficiente para esta diosa uruguaya, que ya planea su desembarco en Hollywood. “Estoy haciendo un curso intensivo de inglés para mejorar mi pronunciación. Ir allá será como empezar otra vez de cero”, asegura. Ahora, en la antigua hacienda de Hernán Cortés, en las afueras del DF, enciende un cigarrillo y desafía: “Pregunta lo que quieras”. Comienza la entrevista, por supuesto.

–¿Qué sabe de la Argentina?

–He estado de paseo muchas veces en Buenos Aires. Me encanta su país y siempre quiero volver. Además, tengo un sueño por cumplir allí…

–¿Escalar el Aconcagua? ¿Nadar con las ballenas?
–(Ríe) No, muero por trabajar con Juan José Campanella.

–Las actrices suelen elegir Hollywood como destino…
–Estoy planeando mi llegada al cine norteamericano, pero podría posponerla para trabajar con Campanella. ¡Me enamoré de su película Luna de Avellaneda! Es la más bonita que he visto en mi vida.

–Quienes pretendan conocerla a través de Internet, se sorprenderán con miles de sitios que prometen “fotos de Bárbara Mori desnuda”.
–Prometen, ¡pero no cumplen! Ponen mi cara con el cuerpo desnudo de no sé quién. De todas formas, no pierdas tu tiempo: jamás me tomé fotos desnuda.

–Sin embargo, en La mujer de mi hermano protagoniza un desnudo exquisito.
–Bah, son desnudos muy sutiles. Antes de comenzar, le dije al director: “Puedo interpretar a una mujer muy sensual sin necesidad de andar enseñándolo todo”. Y lo cierto es que en pantalla no se ve demasiado. Después me ofrecieron otra película, adonde debía interpretar a una pintora nudista. ¡Y debía estar el 80 por ciento del rodaje desnuda! Lo rechacé, porque no tiene que ver con el rumbo que le quiero dar a mi carrera.

–¿Cuál es su mejor arma de seducción?

–El carácter. Yo creo que a los hombres les gusta que los traten mal… (ríe). Perdón… Pienso que una mujer fuerte les llama más la atención.

–¿Incluso en una sociedad como la mexicana, que se supone machista?
–Claro que hay muchos que prefieren tener a su lado a una mujer que ni siquiera se anime a hablar sin permiso…

–¿Usted cree sinceramente que en lo primero que reparan los hombres es en su carácter?
–Sé que muchos se dejan seducir por una caída de ojos o un buen movimiento de caderas. Pero son hombres superficiales, no valen la pena.

–¿Le gusta la imagen que le devuelve el espejo?
–Sí, pero no soy una esclava del físico. Hago una hora de ejercicio por día, pero como lo que se me antoja.

–¿Se ha hecho cirugías?
–Después de ser madre corregí el busto, que había quedado algo caído. Ahora está igual que antes... Bueno, en realidad creo que le di un poco más de volumen (ríe). Fue un gusto que me quise dar.

–En el film Pretendiendo interpretó a Amanda, una chica muy fea. ¿Le gustó jugar a ser fea?
–Me encantó. Cuando eres una mujer bella debes esforzarte el doble para demostrar que no eres sólo una cara bonita. Quizás aquellos que recién me descubren piensen: “Es buena actriz la fea”. Además de ojos verdes, también tengo talento.

–Intuyo que sus ojos la ayudaron en el comienzo.
–Totalmente, estos ojos abren puertas. Pero son un arma de doble filo: cuando la puerta se abre debes duplicar el esfuerzo para que te tomen en serio.

–A propósito de la fama, ¿qué fue lo peor que han escrito respecto de usted?
–Me inventaron mil romances. ¡No me hubiese alcanzado la vida para tener tantos novios! El problema es que quien hace correr estos rumores no repara si estás en pareja. Por suerte mis parejas siempre confiaron en mí y jamás me pidieron explicaciones. Además, todos ellos han sido del medio artístico y entienden cómo es este negocio.

–En México la tratan como una diva, comentan cada uno de sus movimientos y también los de todos los que la rodean. Ahora han puesto especial énfasis en su ex pareja y padre de su hijo, el actor Sergio Mayer, que tuvo un nuevo hijo con la actriz Isabella Camil…
–Después de diez años como actriz, aprendí a ver mi vida reflejada en los medios. Pero esta noticia me la dio mi hijo Sergio. Se acercó y me dijo: “Mamá, siéntate. Te voy a dar una noticia: voy a tener una hermanita”. Yo estoy feliz con esto. ¿Por qué? Porque soy madre y sé que un hijo es lo mejor que te puede dar la vida. Y a Sergio Mayer le deseo siempre lo mejor.

–¿Cuál es la cualidad que más admira en un hombre?
–La honestidad. Pero creo que existen muy pocos hombres honestos en este mundo.

–Suena resentida. ¿Acaso le han mentido mucho?
–¡Es que los hombres son muy mentirosos por naturaleza! A todo nivel. No estoy resentida, pero soy consciente de lo que hay alrededor.

–¿Es por ello que nunca se casó?
–No, no me casé porque no creo en el matrimonio.

–Mi madre diría que aún no se ha enamorado bien…
–¡Yo estoy absolutamente enamorada de mi pareja! Pero no creo en el matrimonio. ¿Acaso tenemos que pagar y llenar una montaña de papeles para decir que nos queremos? ¿Y si ya no nos queremos, tener que pagarle a un señor para que lo legalice?

–¿Tampoco fantasea con envejecer junto a su hombre?
–Definitivamente. El amor es el motor de mi vida. Sólo puedo sonreír cuando estoy enamorada. Y, como verás, ahorita mismo no puedo contener la risa.

Bárbara pretende hacer carrera en los Estados Unidos. Sin embargo, aún tiene un sueño por cumplir: “<i>Quiero trabajar con Juan José Campanella. Me enamoré de su película Luna de Avellaneda</i>”, asegura.

Bárbara pretende hacer carrera en los Estados Unidos. Sin embargo, aún tiene un sueño por cumplir: “Quiero trabajar con Juan José Campanella. Me enamoré de su película Luna de Avellaneda”, asegura.

“<i>No soy una esclava del físico. Hago una hora de ejercicio por día, pero como lo que se me antoja</i>”

No soy una esclava del físico. Hago una hora de ejercicio por día, pero como lo que se me antoja

“<i>¿Mi arma de seducción? El carácter. Yo creo que a los hombres les gusta que los traten mal… (ríe). Perdón… Pienso que una mujer fuerte les llama más la atención</i>”

¿Mi arma de seducción? El carácter. Yo creo que a los hombres les gusta que los traten mal… (ríe). Perdón… Pienso que una mujer fuerte les llama más la atención

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