“Los hombres saben que no soy una mujer inalcanzable” – GENTE Online
 

“Los hombres saben que no soy una mujer inalcanzable”

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¡Diooooos! –descubre a medio metro la foto–. ¡No lo puedo creer! –redondea su turbadora boca y sus no menos turbadores ojos verdes–. ¡Lo que eeeeeeeeeeera! –exclama, sosteniendo un cigarrillo rubio en su mano derecha y una botellita de agua en su mano izquierda–. Contáme, ¿de dónde la sacaste? –consulta despidiendo aroma a perfume Blue, de Ralph Lauren.

–Surgió a consecuencia de una ardua investigación: del álbum familiar de mi suegra Cecilia y mi cuñada Sol.
–¿Cecilia y Sol Ocampo?… Si aparecen… Eramos amigas en Córdoba … Mandáles abrazos… Qué pequeño es el mundo… Increíble.

Entonces María Emilia Attias (aclaración para los 38 millones de argentinos que vienen nombrándola en charlas hogareñas: se pronuncia “atías”), recibe un segundo disparador. Hablamos de la tapa de Espectáculos de Clarín, publicada por la mañana, donde luce a página entera. “No la había comprado”, susurra culposa el domingo a las ocho y cuatro de la noche en Editorial Atlántida, antes de tirar su Marlboro en un vasito de plástico, dejar su Evian sobre un escritorio, y tomar la vieja foto y el nuevo diario. “Pasó bastante agua bajo el puente, eh”, aprieta el acelerador y cuando ella aprieta el acelerador, resulta dificultoso frenarla. “¡Qué juventud! ¡Por favor! Papá (Carlos, hoy de 55 años, militar retirado), mamá (Poupeé, 45, dueña de una inmobiliaria), mis hermanos (Luciana, 27, Gonzalo, 18 y las mellizas Agustina y Bárbara, 21). ¡Cuántos cambios externos e internos! Lógico que hay una cosa que no cambió para nada en mí”, obliga a preguntar.

–Relátenos qué perduró en el tiempo.
–Mi sueño de convertirme en bailarina.

–¡Oh, casualidad! ¿Y lo considera ahora que, parafraseándola a usted, acaba de convertirse en finalista de Bailando por un sueño 2, superando a la mismísima Moria Casán?
–Vos consultá cualquier archivo y comprobarás que siempre lo deseé. Yo vivo bailando. Limpio a plumero mi departamento de Las Cañitas, bailando. Ordeno la casa bailando. Me ducho bailando.

–Linda imagen.
–Gracias. Please. Dejáme redondear. Sin embargo, a mi sueño de transformarme en bailarina se le vienen sumando otros relacionados al ámbito artístico. Escribir, cantar. Y te agrego que no me sorprende la fama que ahora me acompaña. Nací para esto. Siento que es natural que me suceda lo que me viene sucediendo. Nunca pensé en otro camino que trabajar para el público. Obvio que a medida que uno crece, necesita decisiones acertadas y buena suerte. Igual, aunque algunos me dicen que estoy en la cresta de la ola, yo siento que todavía ni siquiera entré al mar. Me queda un montón por estudiar y aprender.

–Enumérenos qué resoluciones y qué vicisitudes, entiende, han ido acompañando su incesante desarrollo.
–Punto uno: haberme esforzado, casting a casting, con 13 recién cumplidos, por obtener la campaña de Levi’s y el comercial de Mantecol que logré conseguir. Puntos dos, tres y cuatro: las tapas de GENTE durante los lanzamientos del verano y el invierno 2005, y el título de Revelación Artística 2006. Cinco: mi incorporación a No hay 2 sin 3, la última temporada, tras participar en unos bolos de Rebelde Way y Los Roldán. Seis: la conducción de Ayer te vi, junto a Alvaro Navia. Siete: el debut en la obra teatral marplatense Inolvidable (una historia de humor), encabezada por Miguel Angel Cherutti. Ocho: la grabación, en febrero, del videoclip Pingüinos en la cama, a la orden de Ricardo Arjona. Nueve: mi apuesta a la tira, en Gladiadores de Pompeya. Y diez: el desembarco en el concurso de Marcelo (Tinelli), por Canal 13. Diez pasos muy meditados. Un “no” mío no suele derivar en un “”.

–¿Mensaje para la raza de los machos, acaso?
–O mensaje en general.

–¿La llamaron de Playboy?
–Dos veces. Ahí existe un matiz. Me negué, lo que para nada invalida que en un futuro acepte. No tengo rollos con mi cuerpo. Los tuve de preadolescente, hasta los dieciséis... En mi época de modelo se me enfermó un poco el mate. Me obsesionaba el cuerpo. Que dietas, que ejercicios, que no faltar al gimnasio. Cierto día, de la nada, experimenté un click enorme. “Dejáte de joder con no comer, Emi –reflexioné–. Lo tuyo pasa por expresar. Necesitás energía”. Y cambié. De allí que, sé, ya llegará algún desnudo. Si por mi fuera, no usaría corpiño ni bombacha.

–¿Así circula por su departamento?
–Así adoro dormir. Por algo me independicé en marzo. Un placer, mi dos ambientes alquilado. Allí abundan los compactos, los DVDs, las carteras, las velas, los sombreros, los chocolates y mi tele y mi computadora, en general apagados. Además hay una guitarra, una botella de vino tinto, dos celulares (uno personal, uno laboral), y mi debilidad: el cuadro de la Kabbalah con 72 figuras. Cerrás los ojos, girás el dedo índice y arrancás tu jornada con el término en que te cae el dedo. “Felicidad”, “Lucha contra el ego”, etcétera. La Kabbalah, tan difundida por Madonna, es una filosofía originada en la religión judía. Conocí la Kabbalah gracias a mi amiga Reina Reech, y se lo agradezco. Me enseña a ser espiritual a partir del caos y a evolucionar a partir de las situaciones drásticas.

–Disculpe la frivolidad. Ocurre que si me abandona la descripción de cómo duerme, los pibes del barrio se me van a enojar…
–Seguro (resolpla). Me va acostarme desprovista de ropas. O con el boxer del otro.

–Epa. ¿Qué otro?
–El día que esté bien-bien con alguien, te vas a enterar… Vuelvo a la cuestión y te confieso que, amén de las preferencias, en el caso de mis lolas, como son naturales y abundantes, se me complica el tema sin sostén. De la misma manera que admito que me enloquece bañarme desnuda en el océano.

–¿Dónde suelen ir de vacaciones usted, su metro setenta, sus 56 kilos, su 95-60-92 y sus pies talla 40?
–Ja já. Ya compré mi ticket de avión, y no revelaré el destino.

–Tampoco se ataje. ¿Qué puede tener su cuerpo que no tenga el de una linda dama?
–Quizá un tatuaje en la cadera, al costado de donde termina mi pierna.

–Interesante. ¿Y qué clase de tatuaje?
–Fácil. Un rostro de perfil y una estrella arriba.

–¿Perdón? No entiendo.
–Observá –se levanta la pollera de costado–. ¿Lo ves? –ríe consciente de haber dejado al descubierto la tira de su tanga.

–¿Cómo seduce la chica del momento?
–Miradas, forma de caminar y seguridad. A pesar del miedo, siempre avanti. Excepto a la hora de la conquista. Espero concentrada.

–¿Su flamante cabello la ayuda o complica?
–Mitad y mitad. Ahora que me teñí, noto que las rubias llaman más la atención, pero las morochas gustan más. Igual, me quedan varios cartuchos por gastar: platinada, colorada, de cortó, estilo hippón, rockera, e incluso pelada. Prepárense.

–¿Especifíquenos qué diferencias encuentra entre aquella Attias semi- conocida que hace doce meses transitaba el país y la actual?
–Okay. Los muchachos me daban un trato algo zarpado y las muchachas, algo envidioso. En ambos casos, había muchas actitudes exacerbadas. La cosa cambió mágicamente. Noto respeto y complicidad. Tal vez descubrieron en mí una mina sincera, simple, cero conflictiva, comprometida con su vocación, y aguerrida. Me encanta la onda que pegué entre las nenas, novias, señoras y abuelitas.

–¿También pegó onda entre los nenes, novios, señores y abuelitos?
–Pegué gran onda.

–“Gran onda” no es la frase que les escuché a algunos tacheros en un bar de Retiro...
–(Carcajada) Los hombres saben que no soy una mujer inalcanzable. Ninguna mujer es inalcanzable. Mostrarnos malas, histéricas, tímidas, distantes, son herramientas femeninas para que ustedes se arrodillen a nuestros pies, y luego entregarnos nosotras a los suyos.

–Sin embargo, ante tanto ensayo y tanta exposición mediática, tampoco le debe quedar demasiado tiempo para caballeros. Ni a usted ni a su libido.
–Error. Pese a que acostumbro acostarme tipo 4 AM y a levantarme tipo 10 u 11 de la mañana, la profesión no me da mayor placer que el sexo. Yo nací para el amor. Y después del amor viene todo lo demás en mi vida. Te juro, mi corazón jamás deja de latir.

Tal se define Attias, pisciana nacida el 20/3/1987 en la Clínica del Sol e integrante de la agencia García Navarro Models. Hincha de Racing Club, fanática de los dulces y “<i>divertida, transparente, aventurera y atrevida. Atrevida, ojo, no rebelde</i>”, agrega.

Tal se define Attias, pisciana nacida el 20/3/1987 en la Clínica del Sol e integrante de la agencia García Navarro Models. Hincha de Racing Club, fanática de los dulces y “divertida, transparente, aventurera y atrevida. Atrevida, ojo, no rebelde”, agrega.

“<i>Ahora que me teñí noto que las rubias llaman más la atención, pero que las morochas gustan más. Igual, me quedan varios cartuchos: platinada, colorada, de corto, estilo hippón, rockera, e incluso pelada. Prepárense.</i>”

Ahora que me teñí noto que las rubias llaman más la atención, pero que las morochas gustan más. Igual, me quedan varios cartuchos: platinada, colorada, de corto, estilo hippón, rockera, e incluso pelada. Prepárense.

“<i>Siempre deseé ser bailarina. Vivo bailando. Ordeno la casa bailando. Me ducho bailando</i>”

Siempre deseé ser bailarina. Vivo bailando. Ordeno la casa bailando. Me ducho bailando

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