“Los hombres argentinos son menos lanzados que los españoles” – GENTE Online
 

“Los hombres argentinos son menos lanzados que los españoles”

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Su acento madrileño y sus ojos celestes atraen a cualquier mortal. Pero desde que aterrizó en la Argentina con todo su equipaje, allá por diciembre de 2005, está sola. Sin papá, sin mamá, sin hermano, sin hermana, sin los amigos de siempre, sin novio. Elsa Pinilla (20, simpatiquísima y de sangre cien por ciento española) no se queja. Extraña, y mucho, pero aprendió a enamorarse de Buenos Aires. “Es una ciudad muy bella y su gente muy simpática. Me encantaría vivir acá, aunque yo voy a donde me lleve la actuación”. La trajo Cris Morena para que protagonice Alma pirata, donde se disputa el amor de Benjamín Rojas y Nacho Gadano. En la ficción, claro.

–¿Es verdad que usted es una especie de niña prodigio del arte en España?
–En realidad llevo el arte en mis venas, en mi sangre. Mi papá, Pablo, es productor musical. Y yo amo la música desde mi infancia: estudié piano, guitarra y solfeo. A los 12, con una amiga del colegio, le dijimos a mi papá que queríamos tener nuestro propio grupo. Entonces él nos presentó a otra chica más, y al año siguiente las tres creamos a TESS, y enseguida me llamaron para ser la protagonista de Al salir de clase, un programa donde pasaban nuestra música. Gracias a esa tira me hice popular en España, y muy amiga de Bernabé Fernández. Es más, por su culpa hoy estoy acá.

–¿Qué tiene que ver él en todo esto?

–El se vino a probar suerte a Buenos Aires, y como se enteró de que Cris Morena estaba haciendo un casting para su nuevo programa, le presentó mi video-book. Parece que a Cris le gustó mi trabajo, porque enseguida habló con mi representante. En noviembre vine para el casting, hice la prueba de cámara y me volví a España, pero para preparar las valijas.

–¿Y su familia no intentó oponerse cuando les dijo que se venía a Buenos Aires?
–Ni tiempo para pensarlo tuvieron: volví a Madrid con el contrato firmado y en diciembre ya estaba instalada en mi departamento de Palermo. Extraño a mis padres, a mis dos hermanos, a mis perros, peces, pájaros y ratones. Porque allá vivíamos todos juntos. En cambio acá yo vivo sola.

–¿Ya está adaptada a esta nueva vida?
–Para mí es todo una gran aventura. Cuando busqué departamento pedí tres requisitos: que las cuadras tengan mucho verde, que haya un piano e internet. Amo la naturaleza, la música y necesito estar conectada con los míos.

–¿Y cómo es la comunicación con ellos mediante la computadora?
–Puse una webcam, pero igual es muy rara… Cuando hablo con mi familia me siento una trabajadora de Mc Donalds: estoy con el micrófono enchufado a mi oreja y delante de la computadora. Y mi mamá me dice todo el tiempo que coma, que no salga mucho. Pero yo trabajo todos los días y los fines de semana salgo con los amigos que me hice en Buenos Aires. Soy una chica de veinte, y necesito divertirme.

–¿Conoció a algún hombre para que la acompañe en sus días por Buenos Aires?
–No, mi último novio lo dejé en Madrid, pero no se puede mantener ninguna relación a la distancia. Y acá los hombres son menos lanceros que en España. Los hombres me miran, pero no se me acercan. Parece que me tienen miedo. Les juro que no muerdo… (risas).

–¿Hacemos un llamado a la solidaridad y pedimos un hombre urgente para Elsa?
–Noooo, porque si un hombre se me acerca y se me regala, a mí no me gusta. Mis historias de amor parecen de novela: siempre me engancho en relaciones difíciles. Aunque ahora estoy más sensible y vulnerable; me siento más permisible para conocer un hombre. Pero tengo que reconocer algo muy intimo, algo que me da mucho pudor, pero que es verdad: en el amor soy muy caprichosa. Siempre quiero lo que no tengo, y cuando lo tengo ya no lo quiero más.

–¿Y le gusta más la noche porteña o la madrileña?
–La de Madrid, porque allá cuando salimos vamos a cuatro o seis lugares por noche. En cambio acá vas a un lugar y te quedas ahí. Acá la noche comienza mucho más tarde, pero también es mucho más light.

–¿Qué diferencia nota entre las actrices españolas y las argentinas?
–Las argentinas están más obsesionadas por el físico y la moda que por su trabajo. En España lo único que importa es la actuación. Allá sólo las modelos tienen una cultura por el cuerpo.

–Y usted, ¿qué obsesiones tiene?
–Ser una buena actriz; el cuerpo no me importa. Mi comida favorita son las pastas. Si me cuidara, comería todo el día verduritas…

–¿Su vida privada es inaccesible?
–Soy muy pudorosa y prefiero cuidarla. Siempre fui una mujer con mucho carácter y revoltosa. Soy desconfiada, fiable, agradecida, tímida e imaginativa, pero soy feliz.

–¿Tiene algún proyecto para seguir viviendo en Argentina después de Alma pirata?
–Me convocaron para filmar una película de terror y ser la imagen de una casa de ropa, pero aún no sé qué voy a hacer, porque en España también me están ofreciendo cosas interesantes.

–Marilind, su personaje, tiene muchas ambiciones. ¿Podemos conocer las suyas?
–No me gusta la fama porque se derrite, pero quiero convertirme en una gran actriz, como Penélope Cruz. Tener cada día más talento me daría mucha felicidad, aunque a largo plazo mi ambición más grande pasa por ser madre y tener muchos hijos.

Ama Buenos Aires, pero extraña sus raíces. Hoy es la joven ambiciosa de Alma pirata que se termina enamorando de Benjamín Rojas.

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“<i>Acá los hombres me miran, pero no se me acercan. Parece que me tienen miedo. Les juro que no muerdo</i>”

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“<i>Las argentinas están más obsesionadas por el físico que por su trabajo. En España, la actuación es lo único que importa</i>”

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