“Los cambios son parte de mí, siempre me animé a todo” – GENTE Online
 

“Los cambios son parte de mí, siempre me animé a todo”

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Vení, hijo, bebé…A upa de mamá, Bauer”. Un yorkshire marrón corre a la velocidad a la que lo habilitan sus breves extremidades. Lo esperan las amorosas manos de Isabel Macedo. ¿Por qué bautizar a su mascota con el nombre del protagonista de la serie 24, el rubio Kiefer Sutherland?¿Será porque le habrían ofrecido protagonizar una serie de ese estilo en Hollywood? Larespuesta es más simple: “Es la única manera de poder decirle: ¡Jack, a la cama ya!”, dice la actriz de 33 años y regala una contagiosa carcajada.

Se la ve feliz: la telenovela Don Juan y su Bella Dama, por Telefe, tuvo cien capítulos bonus track gracias a sus aplaudidos y constantes 15 puntos de rating (con picos que superaron los 22). “Apenas se apagó la última cámara, empecé a analizar tres libretos de obras de teatro para la temporada 2009. Y escribo mi propia obra, a la que voy a sumar canto, música y danza”, anuncia. Isabel quiere hablar de las buenas noticias: L’Oréal Excellence la eligió como embajadora argentina (completando un staff internacional que incluye figuras como Andie MacDowell, Linda Evangelista, Milla Jovovich, Eva Longoria, Scarlett Johansson y Penélope Cruz). ¿Sus méritos? Personificar a una profesional talentosa y exitosa con una belleza natural. Incluida su enorme melena, que pasó del castaño a un chocolate puro en el marco de la campaña Chocolates irresistibles de L’Oréal, que le aporta color, vida, brillo e iluminación. “Me hizo muy feliz que me eligieran, sobre todo teniendo en cuenta que mi nombre surgió en encuestas a mujeres”, dice.

–¿El reconocimiento te quita el sueño?
–¿Cómo no me va a importar? Me esfuerzo un montón en el trabajo, trato de ser lo más profesional posible...¿qué mejor que lo perciban del otro lado de la pantalla como un valor?

–¿Sabías que te eligieron por representar a la “mujer completa”?
–¡Mi autoestima crece y crece hasta límites insospechados! La clave es ser apasionada en todo, como mujer y como profesional. Te diría que soy obsesiva, perfeccionista. Estoy pendiente de hacer feliz a todo el mundo.

–¿No te ha jugado en contra a veces?
–No concibo otra manera de vivir. Sólo respeto a los que aman lo que hacen y no me gusta la gente que ocupa lugares. Tampoco le gusta hablar de amor. Quizás porque avanza a los tropezones. Después de diez años junto al actor Facundo Arana (quien ahora está en pareja con María Susini, la madre de su hija India) se le conocieron dos hombres: el empresario gastronómico Simón Brochard y el abogado Pablo Giancaterino. Pero no quiere develar de qué corazón se ocupa ahora. Sus ojos, sin embargo, no pueden ocultar unas inquisidoras lágrimas. Y dice: “Soy optimista, prefiero pensar que siempre hay causas detrás de lo que va sucediendo, aunque no las comprenda. De cada situación trato de rescatar lo positivo (...) No me interesa hacer pública mi vida privada, no me siento cómoda; yo nunca posé al lado de un hombre para tener notoriedad”, asegura con firmeza, quien hasta hace poco fuera Serena, la malvada de la tele de la tarde, y también recordada por haberse puesto en la piel de Delfina, la enemiga de Floricienta.

–Después de una relación de diez años, ¿cómo empezar de nuevo?
–Te juro que no es nada que me interese contar. Me siento renovada, feliz, crecí mucho. Los cambios son parte de mi forma de ser, siempre me animé a todo. En mi trabajo, en mi vida… ¡hasta con el pelo! Lacio, con rulos, batido, ahora con este color chocolate divino... En la vida la gente cambia. Me corrijo: existen los que no cambian nunca, pero no es algo que me guste. Prefiero a los que se juegan y se renuevan. Además siempre existe la posibilidad de retroceder...

–Tenés una figura increíble, de modelo. ¿Cuánto te obsesiona el cuerpo?
–Trato de ocuparme y cuidarme porque sé que me hace bien, pero genéticamente tengo suerte y además me alimento sano. También practico yoga, porque me relaja y me hace feliz. Nada de alto impacto.

–En la última novela tuviste que ponerte en el papel de mamá, ¿se despertó tu instinto?
–Me pareció algo natural, no es un tema que me desvele.

–¿No te parece un desafío también?
–Le pasó a Serena, mi personaje, no lo pienso más allá. Fue mucho más desafiante su cinismo. Un día mi mamá me dijo: “Hija, por Dios, cada vez te está costando más sacarte a Serena antes de salir del canal”. ¡Pasé semanas enteras llorando por culpa de ella! Se me había acostumbrado el cuerpo...

–¿Ya pasó?
–Por suerte ya no tengo que llorar. Estoy muy contenta, muy tranquila. Me siento bien y me veo bien porque sé que crecí muchísimo; fue realmente una evolución de la mano de cambios muy importantes. Estoy muy agradecida. Me siento...¿positiva? “Me siento bien y me veo bien porque sé que crecí muchísimo. Viví una evolución de la mano de cambios muy importantes”, dice la actriz que hace de mala como pocas.

“Me siento bien y me veo bien porque sé que crecí muchísimo. Viví una evolución de la mano de cambios muy importantes”, dice la actriz que hace de mala como pocas.

Isabel se tiñó de chocolate puro, que resalta el brillo y la luz de su pelo. “Me gusta cambiar, reinventarme, no tengo miedo. En mi trabajo, en mi vida… ¡hasta con el pelo! Lacio, con rulos, batido, ahora con este color divino...”, dice en el marco del lanzamiento de la línea Chocolates irresistibles de L’Oréal Excellence.

Isabel se tiñó de chocolate puro, que resalta el brillo y la luz de su pelo. “Me gusta cambiar, reinventarme, no tengo miedo. En mi trabajo, en mi vida… ¡hasta con el pelo! Lacio, con rulos, batido, ahora con este color divino...”, dice en el marco del lanzamiento de la línea Chocolates irresistibles de L’Oréal Excellence.

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