«Los argentinos tenemos más hambre de gloria que nadie» – GENTE Online
 

"Los argentinos tenemos más hambre de gloria que nadie"

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Todas las actuaciones brillantes de los deportistas argentinos tienen los condimentos necesarios para convertirse en verdaderas proezas. La mayoría de sus hazañas podrían enmarcarse dentro de uno de esos cuentos donde el más
débil triunfa sobre un ser poderoso. Y los casos de José Meolans (23) y Georgina Bardach (18) no son la excepción. Sin contar con los medios necesarios para realizar sus entrenamientos y con un mínimo apoyo económico -ínfimo en comparación con el que destinan al deporte las grandes potencias-, viajaron hasta Moscú para competir en el mundial de pileta corta. Los resultados deslumbraron a propios y extraños:

Pepe consiguió la medalla de oro en los cincuenta metros y la de plata en los 100 metros libre, mientras Georgi obtuvo la medalla de bronce en los 400 metros medley (cien metros en cada estilo: pecho,
espalda, mariposa y croll). Por eso, el aplauso que recibieron en el momento de subirse al podio se escuchó con más fuerza. El primero en felicitar a José, que cobra una beca de 1.500 pesos que le otorga la
Secretaría de Deportes, fue el ruso Alexander Popov, uno de sus vencidos, que factura un millón de dólares al año.

A pesar de estas diferencias, de la falta de competitividad que tienen en la Argentina y del poco apoyo por parte de los organismos del Estado, Meolans y Bardach apuestan por el país. Y esto no sólo es una cuestión de palabras: los dos rechazaron importantes ofertas para competir en el exterior. En 1999, José le dijo que no a un ofrecimiento del gobierno español, que le propuso nacionalizarse en ese país a cambio de 12 mil dólares mensuales. Por su parte, Georgina, quien cobra una beca de 300 pesos que le otorga la
Secretaría de Deportes, también fue tentada por varias universidades norteamericanas para radicarse en los Estados Unidos y competir por el país del Norte.

"Estamos orgullosos de ser argentinos y nunca vamos a renunciar a ello. Volver a Córdoba y recibir el reconocimiento de toda esta gente es algo que no se paga con nada" coinciden a dúo. Y esta no es la única coincidencia que los une: ambos nacieron en la provincia mediterránea, son fanáticos de la música, no están de novio y, fundamentalmente, acaban de lograr una hazaña: José es el primer argentino en ganar una medalla de oro en un Mundial; y Georgina es la primera compatriota en subir al podio en la misma competencia. Aunque también existen algunas diferencias: José es hincha de Belgrano, amante del cuarteto y tiene como ídolo al mismo Popov que lo elogió. Georgina, en cambio, es hincha de River, odia la música más escuchada por los cordobeses y tiene como ídolo a José
Meolans.

-¿Por qué creen que los deportistas argentinos, sin contar con el apoyo suficiente, consiguen destacarse? 
José:
-Tenemos tantas ganas de salir adelante, que sin importar la disciplina, todos queremos ser los mejores. Sin duda, los argentinos tenemos más hambre de gloria que nadie. 
Georgina: -Además, tenemos tantas cosas en contra, que para poder competir hay que realizar un esfuerzo sobrehumano. Yo, por ejemplo, no pude estudiar y nadar al mismo tiempo. Porque terminé el secundario, y cuando quise anotarme en la facultad para seguir diseño gráfico, no encontré ninguna que pudiera adaptar a mis horarios de entrenamiento. Me tuve que jugar todo por mi carrera deportiva.

-Los dos tuvieron ofrecimientos para irse al exterior y sin embargo se quedaron. Ahora, hace tres meses que no cobran la beca, no tienen sponsors, en el país se vive con mucha inseguridad social y económica. Con todo esto, ¿no piensan en cambiar de decisión y hacer las valijas?
José: -No me arrepiento de haberme quedado. Aquí estoy muy cómodo, estoy progresando y tengo lo que más quiero: a mis padres, Raúl e Isabel, y a mi hermana Laura. Además, cuando viajo extraño mucho y no veo la hora de llegar a mi casa para jugar al fútbol o comer un asado con mis amigos. 
Georgina: -Por ahora estoy bien acá, pero no sé hasta cuando. Todos mis gastos los está pagando mi familia, pero no se puede depender siempre de eso. Me quedaría si todo mejorara y a la natación se le diera más importancia de la que tiene. Pero así es muy difícil. Muchas veces dudo en aceptar las propuestas que tengo. Creo que me costaría horrores porque tengo una muy buena relación con mis padres, Jorge y María Adela, y con mis hermanos: Jenny, Ignacio y Virginia. Pero también pienso que somos un país que se caracteriza por dejar escapar a sus talentos. Ya sean científicos, médicos o deportistas.

-¿Cómo ven a nuestro país en el exterior?
Georgina:
-Muchos te paran y te preguntan si es verdad que estamos en guerra. Al principio te causa mucha gracia, pero después, cuando ves por
CNN las cosas que pasan sobre nosotros, dan ganas de ponerte a llorar.
José: -Es más, en la conferencia de prensa que hice en Moscú después de ganar, la segunda pregunta que me hicieron fue sobre la crisis de la Argentina y me dijeron que lo mío lo veían como una hazaña. 

-¿Y cuál fue tu respuesta?
José:
-Les dije que no estábamos en un buen momento y que creía que estas cosas servían para pintarles una sonrisa a muchos argentinos. 

-¿Sienten que estos logros ayudan para cambiar, un poco por lo menos, el ánimo de la gente?
Georgina:
-Demuestran que la natación argentina está pasando por un gran momento, y si le dan un poco más de importancia, no van a ser aislados y esporádicos. 
José: -Soy de los que piensan que si una actuación destacada sirve para que en otro país se levante una bandera celeste y blanca y para que se toque el
Himno Argentino, tiene que ser reconocida. Además, por mínimo que parezca, cuando a un compatriota le va bien, todos estamos un poquito más felices.

Georgina posa con su medalla de bronce. José con la de oro y la de plata. En Córdoba fueron recibidos como dos héroes. Lo merecen.

Georgina posa con su medalla de bronce. José con la de oro y la de plata. En Córdoba fueron recibidos como dos héroes. Lo merecen.

Afuera, muchos te paran para preguntarte si es verdad que estamos en guerra. Al principio te causa mucha gracia, pero después, cuando ves por la CNN las cosas que pasan sobre nosotros, dan ganas de ponerte a llorar". ">

"Afuera, muchos te paran para preguntarte si es verdad que estamos en guerra. Al principio te causa mucha gracia, pero después, cuando ves por la CNN las cosas que pasan sobre nosotros, dan ganas de ponerte a llorar".

España me propuso nacionalizarme a cambio de 12 mil dólares mensuales para representarlos. Y aunque acá cobro 1.500 pesos por mes, no me arrepiento: estoy muy cómodo en mi país". ">

"España me propuso nacionalizarme a cambio de 12 mil dólares mensuales para representarlos. Y aunque acá cobro 1.500 pesos por mes, no me arrepiento: estoy muy cómodo en mi país".

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