Enloqueció por más de una docena de mujeres, pero casi todas lo abandonaron. Sólo logró tener como esposas con papeles a Elsa Astete Millán –durante tres años– y a María Kodama –hasta su último día en la Tierra–. Esta es la historia íntima de esos amores y desamores, de esas locuras y esas frustraciones. Amó mucho, lo amaron poco, pero para todas hubo un poema inmortal.
Copia y pega esta URL en tu sitio WordPress para incrustarlo
Copia y pega este código en tu sitio para incrustarlo