Con el recuerdo intacto del hombre que estuvo a su lado durante un lustro, Olga visitó el martes 4 de mayo, el cementerio de Burzaco, donde se encuentran los restos del Sandro y se animó por primera vez a hablar con los periodistas del diario Crónica.
“Cuando me doy cuenta de que estoy acá, no lo puede creer. No lo acepto, pero bueno, son cosas que tiene la vida. Si bien sabemos que tenemos un día para nuestro nacimiento y otro para nuestra partida, a mí me duele mucho esto y me cuesta superarlo”, dijo la mujer en referencia a su visita al cementerio.
La ausencia de su marido, dejó un vació importante ya que según recuerda Olga: “Roberto era una persona que llenaba mucho, era un ser maravilloso y por eso me cuesta mucho acostumbrarme a estar sin él. A pesar de que estuvimos juntos cinco años, es como si hubiera estado toda una vida. La realidad es que estoy sola, lo extraño muchísimo y lo necesito. Necesito su fuerza y su temperamento porque es un mundo difícil el que me toca vivir”.
En relación a la enfermedad de Sandro y al profundo amor que los unía, declaró: “Era tanto lo que lo amaba que quizás no vi la realidad de su gravedad. De a poco pienso que me voy a ir acostumbrando, pero cuesta muchísimo”. Y agregó: “Pensé que iba a estar con él para toda la vida”.
Contenida tanto por sus hijos como por sus nietos, Garaventa adelantó uno de sus proyectos a futuro: “Si en algún momento lo decido, hay una propiedad en Capita Federal sobre la calle Pavón en la cual podría hacer un museo o un homenaje”. Una buena iniciativa que quizás la ayude a calmar un poco tanto dolor.
El martes 4 de mayo se cumplieron cuatro meses de la partida de Sandro, su mujer visitó el cementerio y dio las primeras declaraciones a la prensa.
“Roberto era una persona que llenaba mucho, era un ser maravilloso y por eso me cuesta mucho acostumbrarme a estar sin él”
Olga Garaventa y Sandro, el día que dieron el “sí” ante Margarita Giménez, la jueza de paz de Lomas de Zamora. Así, el 13 de abril de 2007, El Gitano rompía su soltería.
