«Llevar la bandera argentina no es una presión sino un gran orgullo» – GENTE Online
 

"Llevar la bandera argentina no es una presión sino un gran orgullo"

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Desde 1952, hace precisamente 52 años, que la Argentina no logra alzarse con
una medalla de oro en Juegos Olímpicos. Una larga sequía con la que quieren
terminar los 158 atletas que integran la delegación nacional. Y entre ellos, hay
uno que en dos ocasiones arañó el sueño dorado: Carlos Mauricio Espínola (32),
con medallas de plata en windsurf (Clase Mistral), tanto en Atlanta 96 como en
Sydney 2000. El mismo que el próximo 13 de agosto, durante el desfile inicial de
Atenas 2004, tendrá el honor de llevar la bandera celeste y blanca.

"Será una satisfacción enorme. La fiesta de inauguración de los juegos es un
momento muy especial para un deportista olímpico. Y que a mí me toque ser el
abanderado de la delegación, como en Sydney 2000, es algo que me llena de
orgullo."
A los 32 años, Espínola está más ilusionado que nunca. En Atenas,
cumplirá su cuarta participación consecutiva en los Juegos Olímpicos y se
encamina a su sueño el de conseguir: una medalla dorada junto a Santiago Lange,
a bordo de un catamarán de la Clase Tornado.

El viernes 23, Camau ya tomó un avión con rumbo a Grecia. Antes, pasó por
Corrientes, su provincia natal, para despedirse de sus padres, Jorge y María, de
sus amigos, y de su novia Cecilia (tiene 20 años y estudia Ciencias Económicas),
con quien sale desde hace un año. Cecilia también es correntina y se conocieron
en uno de sus tantos viajes a su pago. Pero antes de partir, la nota con GENTE,
su última entrevista en la Argentina.

-Carlos, se acerca la hora de la verdad. Que debas llevar la bandera, ¿es algo
que te produce más nervios?
-Y, algo… Pero lo más importante en el desfile es… no tropezarte para no hacer
un papelón (risas). La verdad es que, como te dije, yo la llevo como un gran
orgullo y trato de disfrutarlo al máximo. Porque estas son las cosas que a uno
le quedan como recuerdos imborrables. De las que voy a hablar el resto de mi
vida.

-¿Pensabas que te iba a tocar otra vez a vos?
-Tenía muchas ganas y muchas expectativas, pero como ya la había llevado en
Sydney 2000, sentía que otro sería el elegido. Nuestro país tiene muchos
deportistas con una trayectoria excelente que también nos pueden representar.
Por eso fue una sorpresa cuando me nombraron.

-¿Por qué creés que te volvieron a elegir? ¿Fue un premio a la trayectoria, al
esfuerzo?
-Creo que es un poco de todo. Si hablamos de trayectoria, en los últimos Juegos
Olímpicos, el yachting trajo tres medallas de cuatro. A eso hay que sumarle mis
dos cosechas personales y el Mundial que ganamos este año junto a Santiago.

-¿Y vos cómo llegás para estos juegos?
-El trabajo que hicimos con Santi fue muy bueno, cumplimos todos los objetivos y
estamos muy tranquilos. Las posibilidades de ganar medallas son muy buenas, no
porque yo lo diga sino por los resultados que tuvimos este año y lo que comentan
los especialistas. Cuando eso viene de parte de algún argentino, lo tomo como
una expresión del deseo de ver a un deportista del país en la cima del podio y
con el oro colgado en su pecho. Por eso lo tomo como un apoyo y no como una
presión o una obligación.

-Interiormente, cuando apoyás la cabeza en la almohada, ¿sentís que este puede
ser uno de tus últimos Juegos, o vamos a tener Camau para rato?
-Tranquilamente puedo hacer otra campaña, al igual que Santiago, y por qué no,
brillar en Beijing 2008. En esta disciplina, la edad no es un problema, lo
importante son las ganas y los deseos que todavía tengamos dentro de cuatro
años.

-Y en caso de que decidas no volver a prepararte para un Juego Olímpico, ¿cómo
seguiría tu vida? ¿Te ves vinculado al yachting, o ejerciendo otra profesión…?

-Jamás he pensado en ello. Ahora, faltando tan poco para ingresar a mi cuarto
Juego, tengo todas las pilas en el gran desafío que se me viene y no quiero
desviarme con hipótesis tan lejanas. Después, cuando todo pase y llegue el
momento de decidir, voy a ver bien qué hago. Sin dudas, ese será mi próximo
desafío. Cuando vuelva, y según el resultado, me voy a sentar a pensar ese
futuro. Definir si encaro una nueva campaña olímpica o arrío las velas y me
dedico a otra cosa. Pero por las ganas que tengo, mi corazón me dice que habrá
Camau para rato.

Camau, un símbolo del espíritu amateur de los deportistas argentinos. Nació en Corrientes hace 32 años y ya se imagina compitiendo en los Juegos de Beijing 2008.

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Espínola, puro músculo para enfrentar el desafío de los Juegos Olímpicos que comienzan el 13 de agosto.

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