Laura Fernández: quién es y qué quiere una de las mujeres más polémicas del verano – GENTE Online
 

Laura Fernández: quién es y qué quiere una de las mujeres más polémicas del verano

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Laura Fernández (25) bajaba las escaleras de la escuela de danzas de Julio Bocca cuando recibió un llamado que le hizo dar el volantazo. Era Hugo Avila, jefe de coaches de Ideas del Sur. Había quedado seleccionada entre 5.000 chicas para sumarse al Bailando 2010.

“Fui al casting acompañando a mis amigas de danza, sin la menor intención de quedar. ‘La tele no es lo mío’, les decía. Además, había ganado una beca para irme seis meses a estudiar a una academia en Pittsburgh, Estados Unidos”, cuenta la figura de la agencia Chekka Buenos Aires, haciéndose cargo de la primera gran decisión de su vida, a los 19 años.

Así debutó en Bailando, como partenaire de Matías Alé. Pero cumplió su objetivo de ganarlo con Federico Bal, en 2015. Jamás imaginó que en Olleros al 3500 encontraría una popularidad inigualable, un sin fin de alegrías sobre la pista, motivos de sobra para llorar en silencio, un gran amor público y el entrenamiento para pilotear conflictos.

–¿Cómo bajás un cambio cuando el escándalo mediático te sobrepasa?
–Conecto con las personas que quiero. Paso mucho tiempo con mi familia: ésa es mi vida real. Además, me ayudó el equipo que formé con Mati (Napp, coach) y Fede Bal. Ensayar era estar en un lugar de respiro. Ellos sabían lo que yo estaba pasando. No tenía que explicarles lo que sentía, ni aclararles lo que se decía de mí.

–Así lidiaste con la acusación de “tercera en discordia” e “infiel”... (Barbie Vélez dijo que Fede Bal estuvo con Laura cuando la relación entre ellos no estaba terminada. Y que así, a su vez, ella le había sido infiel a Federico Hoppe)
–Yo tengo claro quién soy. Si te vas a guiar por lo que opinan de vos, no vivís. ¡Yo no me dedico a decir, sino a hacer y a vivir! Y si lo hacés desde el amor, nunca te vas a arrepentir. Desde que estalló el escándalo, mucha gente me reprocha no contestar ante una falta de respeto. Y la verdad es que yo no voy al choque. Porque para defenderme tenía que hablar mal de otras personas e involucrar a otras tantas... Preferí callar y no me arrepiento. Al principio me costó. Pero siempre que haya buenas intenciones, las cosas salen bien.

–Pero entretanto pudiste haber sufrido consecuencias...
–¡Sí! Tuve miedo de perder mi trabajo. Soy una piba acostumbrada a ganarse las cosas laburando. No me cabe otra forma.

–Porque también te acusaron de “trepadora”...
–Sí... y fue duro. Yo jamás estaría con alguien por conveniencia. Si no va más, ¡no va más! Ahora quiero dedicarme a conducir, pero el laburo se sostiene sólo si sos buena en lo que hacés.

–¿Las cosas quedaron claras entre vos y Fede Hoppe? Nunca habló mal de vos...
–Es una persona con un gran corazón. Si no, no me habría enamorado de él. Después, si funcionamos o no como pareja, es otra cosa. Para mí siempre fue clave hacerle caso a lo que siento. Y aquello es parte de mi aprendizaje en los medios. El 2016 me hizo crecer como mujer. Ya no me ocupo de conciliar con todo el mundo.

 

UNA CHICA DE MATADEROS. Laurita creció como la hija mayor de Carlos –empleado– e Inés –bancaria–, con una única hermana, Gabriela, cinco años más chica. Se crió en Mataderos, pero cuando sus papás se separaron, durante su adolescencia, se mudó a Liniers con papá, “para estar más cerca de los accesos”. Lo único que le importaba era llegar a sus clases de danza en la Fundación Julio Bocca, sobre la calle Viamonte. “Empecé a bailar a los cuatro años. Me paraba delante del resto en los actos del Jardín. Comencé a tomar clases en preescolar, con un profesor del Teatro Colón. Desde entonces, no hubo un solo año sin clases. Tuve una formación estricta: doble turno en el colegio, y después danza hasta las diez de la noche. Les debo todo a mis padres”, rememora esta chica de barrio “con códigos y sin divismos”.

Entonces, añorando a la bailarina que fue, “con jogging, zapatillas y remera anudada”, sigue: “A los 16 empecé comedia musical con Pepito Cibrián y quedé como reemplazo en El fantasma de Canterville, en el teatro Lola Membrives. Además, era utilera. Entraba a oscuras a mover la escenografía, ¡y mi mamá me sacaba fotos! Así arranqué. Estaba en cuarto año del colegio y me propusieron salir de gira. Se lo planteé a mis papás. Me dejaron ir con la condición de volver en diciembre y rendir todas las materias. Así completé mi quinto año. Fue una gran experiencia: aprendí a arreglármelas sola”, asegura. “Llegué a tener un personaje en Las mil y una noches. Mi sueño era vivir del baile. No el clásico, porque nunca tuve altura y sí mucha cola. Además, me resulta muy frío”.

–Cumpliste con tus papás terminando el colegio...
–¡Sí! Ese era el trato. Siempre tuve facilidad para estudiar y llegué a abanderada. Y para cursar en la escuela de Julio Bocca trabajaba los fines de semana haciendo hasta ocho shows en fiestas.

EL DINERO, LA CADUCIDAD Y EL MUNDO. Laurita tenía 19 cuando entró a Ideas del Sur. “De golpe, era como estar en Disney”, cuenta. A los 21 se fue a vivir sola a un departamento en Colegiales. Desde entonces extraña a sus amigas del barrio. “Jamás me preguntan sobre el cholulismo de la tele. No salgo mucho de noche, porque como laburo con mi cuerpo, necesito rendir. Tal vez soy aburrida...”, reflexiona.

 

–¿Por qué te lanzaste a conducir si bailando sos un crack?
–Porque me gusta la inmediatez de la tele. Estoy ganando experiencia en Combate (Canal 9) ¡Son cuatro horas diarias en vivo! Además, el baile es como el fútbol: podés hacerlo hasta cierta edad. Por eso acepté la propuesta de Angel de Brito para estar en Los ángeles de la mañana (El Trece), haciendo un reemplazo durante el verano. Pensé que no me sentiría cómoda opinando sobre la vida de otros, pero estoy aprendiendo.

–¿Cuánto te pesa lo económico a la hora de elegir?
–No decido en base al dinero. Hoy aposté a quedarme conduciendo en Buenos Aires, cuando podría haber ganado más plata haciendo temporada. Además, mi papá me enseñó a invertir en terrenos y ladrillos. Hoy tengo mi departamento y mi auto.

–¿Te gusta viajar?
–Me encanta. Pero cuando era chica, mis padres no disponían del dinero suficiente. Y ahora que gano mi plata... ¡no tengo tiempo! Igual, agradezco tener tanto laburo. No conozco Estados Unidos ni Europa... ¡y me gustaría ir! Lo más lejos que llegué es a México, en mis vacaciones del año pasado con Fede (Hoppe).

–¿Querés seguir trabajando con Fede Bal?
–Hay proyectos conjuntos de conducción en la tele... Es que funcionamos muy bien, tenemos química. Además, en la final del año pasado, Marcelo nos propuso volver a Bailando este año. Yo me siento plena en el baile, pero temo aburrir al público.

UN AMOR, UN ESCANDALO... ¿Y UN FINAL? Recapitulemos. Con algún tiempo trabajando en Ideas del Sur, en 2013 se enamoró de Fede Hoppe –casi 20 años mayor que ella–. Mantuvieron un romance de cuatro años, con intermitencias. En septiembre de 2015 parecían estar más felices que nunca. En marzo de 2016 se fueron juntos de vacaciones. Y un mes después se desató el escándalo que la colocó como tercera en discordia entre Fede Bal y Barbie Vélez.

–Te separaste de Hoppe después de aquello. ¿Seguís sola desde entonces?
–Sí. Estoy sola... ¡y me encanta! Me gustó redescubrirme soltera. Con Fede viví cuatro años de idas y vueltas. Me recontra enamoré de él y fue fuerte cerrar el ciclo. Me quedó como un hermoso recuerdo.

–¿Te gustaría volver a enamorarte?
–No soy enamoradiza, pero sí, tengo ganas. ¿Quién no? Es el estado más lindo. Te potencia. Pero no quiero ponerme de novia. Quienes no me conocen creen que soy fría. En realidad, me cuesta hablar de mis sentimientos. No me gusta profundizar en el tema, me da pudor. Aunque en la intimidad soy muy demostrativa.

–¿Cómo definís hoy tu relación con Fede Bal?
–Lo nuestro creció en el tiempo. Lo quiero mucho, y sé que él también. Hasta lo hizo público... Pero hoy no imagino una relación de pareja con él. No sé cómo seríamos. ¡Tal vez duraríamos un mes! Una cosa es llevarse bien trabajando, y otra el amor. Ultimamente estuvimos muy abrumados... Yo no planifico: dejo fluir. Mientras, me rodeo de personas que me hacen feliz.

–¿Te halaga saberte querida por él?
–Sí... por más que me muestre dura o fría.

–Pero no estás enamorada, ni decidida a empezar algo con él.
–Me cuesta mucho enamorarme. No soy Susanita, que quiere casarse y tener hijos. En mi vida no tuve muchos novios. Sólo formalizo si estoy enamorada: no pierdo el tiempo. Y a una relación hay que dedicarle tiempo. Yo prefiero poner la libido en otras cosas. Además, soy obse con mi laburo. Si me pongo de novia, es porque me pasa algo en el cuerpo. Y creo que para que haya amor de pareja tiene que haber cariño, humor, admiración, mucha piel, respeto y confianza. Yo no le digo “te amo” a cualquiera.

Con flamantes 25 años –los cumplió el 18 de diciembre– asegura:
“Tengo claro quién soy. Si te guiás por lo que opinan de vos, no podés vivir”. Foto: Christian Beliera. © GENTE

Con flamantes 25 años –los cumplió el 18 de diciembre– asegura:
“Tengo claro quién soy. Si te guiás por lo que opinan de vos, no podés vivir”. Foto: Christian Beliera. © GENTE

“Para enamorarme tiene que haber cariño, humor, admiración, mucha piel,
respeto y confianza. Yo no le digo ‘te amo’ a cualquiera”.
Foto: Christian Beliera. © GENTE

“Para enamorarme tiene que haber cariño, humor, admiración, mucha piel,
respeto y confianza. Yo no le digo ‘te amo’ a cualquiera”.
Foto: Christian Beliera. © GENTE

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