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"Las morochas somos más ardientes"

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Karina Jelinek tiene 20 años. Es morocha y argentina. De Villa María, Córdoba, aunque ya perdió la tonada. Mide exquisitos 93-61-90, y cuida celosamente sus 54 kilos. "Difíciles de mantener", según propias palabras. Habla pausado, casi con timidez. Pero luego, frente a cámara, posa sin pudor. "En la calle soy una señorita, pero cuando trabajo vendo mi imagen de la forma más sens ual", se excusa ella, siempre entre susurros.

Mientras cursaba el secundario en el Nacional de Villa María, Karina fue Reina de los Estudiantes. Después Miss Córdoba, Miss Carlos Paz y Miss Verano 98. Inevitable, le llegó luego su oportunidad en Buenos Aires. Hace cinco meses aterrizó en la agencia de Ricardo Piñeiro y hoy encabeza el staff de Facundo Monteverde. "Vine con intenciones de independizarme y convertirme en una modelo profesional", asegura ella. Recién llegada, Karina protagonizó una publicidad de Slim junto a una entonces desconocida Silvina Luna (hoy, la rosarina de Gran Hermano 2). Pronto se convirti?en "fanática" de Boca Juniors en Internet. Y posó luego para distintas marcas de ropa interior. Entonces, todavía se decía sorprendida por la vorágine de los porteños. "Van muy rápido en todo. También los chicos, cuando se te acercan, pretenden controlar completamente la situación", insiste. Recibió incluso alguna propuesta indecente. "Más que nada alguna insinuación fuera de lugar a la que no le di cabida", aclara ahora.

Karina también fue rubia en el pasado. "Es lo que deseaba, lo que veía en las revistas y en las pasarelas", recuerda. Decidida, mudó al rubio en la peluquería. "Me duró sólo un tiempito... Estaba tan exuberante que me decían Pamela Anderson. Es decir: me veían sexy y todo, pero no era yo", se confiesa. Finalmente, recuperó el morocho original. Ahora, natural, dice que los hombres y las mujeres la aceptan mejor. Y, después de la experiencia, sacó su propia conclusión: "Las morochas somos más ardientes". E insiste en que "hoy son todas rubias. Y pareciera que, de un tiempo a esta parte, a las morochas nos dejaron a un lado. Pobres, no saben que las morochas tenemos muchas cosas para dar".

Karina se confiesa soltera. "No tengo tiempo para tener novio. Es difícil encontrar alguien que te acompañe en esta carrera", dice. Mientras tanto, estudia inglés y sueña con triunfar en el exterior.

"Rubias o morochas, los hombres nos prefieren con curvas -concluye Karina-. Gracias a Dios ya se están dejando de usar las chica muy flacas. Puede que las rubias iluminen, pero las morochas tenemos lo mismo, o más que ellas, para dar. Yo ya fui rubia y te aseguro que me va mucho mejor como morocha?".

por Jorge Martínez Carricart
fotos: Santiago Turienzo
asistente: Matías Campaya
producción: Sofía Delger
(pein? Javier para Roberto Giordano. Agradecemos a Mai Cassal)
Sabe bien cómo y cuándo provocar. Dice que  en la calle soy una señorita, pero cuando
trabajo vendo mi imagen de la forma más sensual
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Sabe bien cómo y cuándo provocar. Dice que "en la calle soy una señorita, pero cuando
trabajo vendo mi imagen de la forma más sensual
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Rubias o morochas, los hombres nos prefieren con curvas. Puede que las rubias iluminen, pero las morochas no tenemos nada que envidiarles. Yo ya fui rubia y te aseguro que como morocha me va mucho mejor...".">

"Rubias o morochas, los hombres nos prefieren con curvas. Puede que las rubias iluminen, pero las morochas no tenemos nada que envidiarles. Yo ya fui rubia y te aseguro que como morocha me va mucho mejor...".

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