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Las de 50 pisan fuerte

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Se dice de ellas: "Guau, está increíble" "No te lo puedo creer" "No puede tener esa edad" "Con cirugías cualquiera…" "Está mejor que a los 20" "Encima, es inteligente"

Y mucho, mucho más. Le presentamos a las culpables de semejante odio, amor, idolatría, envidia: las mujeres de 50 (o sin cuenta, vale corregir). Son esas damas que, en edad de debutar como abuelas, se conservan bien lejos del batón, el bastón, las canas, las horas dedicadas al tejido -escarpín para el nieto que vendrá- y el horneado de galletitas -para los nietos que ya están-. Ellas prefieren mantenerse jóvenes, sexies y con las energías puestas y revueltas en sus propias metas. No están dispuestas a jubilarse en nada: ni en su vocación, ni en sus proyectos, ni en el sexo, ni en la vida. Por el contrario, le siguen apostando al éxito personal y avanzan pisando tan fuerte como las de 20 ó 30, con la gran ventaja de que exprimen a fondo la experiencia que le han dado todos esos años que no temen reconocer. Aquí, algunos moldes exitosos para emular y codiciar (si se permite pecar).

MODELO I: bella e inteligente. A los 50 años, Cristina Fernández porta dos cualidades que -según los hombres- escasean en el "sexo débil". El estudio de la consultora Equis de Artemio López, muestra que nuestra Primera Dama es "la política argentina con mejor imagen". Nunca antes la esposa de un Presidente había obtenido tanta aceptación: el 73,9% de los ciudadanos la aprueban. Es más, el último mes de mayo, otra encuesta arrojó que "si se presenta como candidata a gobernadora por la provincia de Buenos Aires o como diputada por la Capital Federal, ganaría con comodidad las elecciones". Más allá de las encuestas, no hay duda alguna de que nuestra Primera Dama se esfuerza por agradar y seducir, no sólo como política sino también como mujer. En este 2004, se animó a cambiar su look: se sometió a una dieta estrictísima basada en carnes blancas, frutas y vegetales (resultado: bajó 4 kilos y hasta la propia Mirtha Legrand elogió su silueta frente a cámaras), visitó al estilista Alberto Sanders (le hizo un corte desmechado, quitó el flequillo, agregó extensiones para darle más volumen y tiñó de un castaño más natural agregándole mechas rojizas para darle un touch más moderno), actualizó su vestuario (ahora se anima a calzarse el jean, a los colores fuertes, a los escotes y a los diseños más ajustados para resaltar sus curvas). "No cambié por coquetería sino por comodidad", aclaró Cristina. Ella rompe todos los mitos machistas de que las mujeres muy inteligentes no pueden ser coquetas o de que todas las lindas son un poco tontas. Cristina es una mujer en plenitud, que sabe lo que quiere y va por más. Sabe y le gusta manejar el poder, participa activamente en las decisiones de gobierno y desarrolla su estrategia política con precisión. Es una Primera Dama que no se conforma únicamente con acompañar a su marido: ella tiene agenda propia. Los años y fuerte rol en la política, quizá contrariamente a lo que le ocurre a algunos funcionarios que acompañan a su marido, a ella la han rejuvenecido.

MODELO II: sexy al desnudo.
Se quedó sin ropas ahora, a sus 52 años, para la novela El Deseo. La Silveyra es de las que se animan a todo: se permitió enamorarse y hasta convivir con un hombre que tenía 21 años menos que ella y… ¿quién no opinó sobre su historia con el iluminador y asistente de dirección Mariano Franco? Que tenía la edad de sus hijos, que ella estaba para criar nietos, que esa pasión no duraría ni un suspiro. Sin embargo, estuvieron cuatro años juntos. Ahora, sola y bellísima, concentra todas sus energías en el trabajo. Reconoce que hace gym y también que ha pasado por "alguna que otra cirugía". Sobre el uso del bisturí, confesó: "Ahora empiezo a ver las arruguitas y digo: 'Cortarme la cara, no…' Me hice cirugías, pero no quisiera un tajo más en el cuerpo. Estoy en una edad que todavía no soy ni vieja ni joven, pero estoy aceptando lo que se viene". Ella, que reniega de sus pies y de los 3 ó 4 centímetros que le faltan de altura (mide 1,60), dice que su secreto de seducción nunca pasó por su encanto físico sino por la conversación. "Siempre hay que tratar de estar bien porque del amor no te jubilás nunca. Te podrás jubilar del sexo, pero del amor no", asegura Solita.

MODELO III:
vivir en amor. A los 51, Teté Coustarot (madre y abuela) se dio una nueva oportunidad. Por primera vez, desde que se separó de Juan Lalor en el 2002, se animó a formalizar una relación de pareja. En enero, se dejó ver en Punta del Este disfrutando de su nuevo amor. Y hoy, ya sin tantos misterios, se muestra enamoradísima del empresario Carlos Gazzillia. "Creo que para el amor no hay edad -reconoce-. Hace seis meses me di la oportunidad de volver a sentir, a vivir y a creer en una nueva historia de amor. Soy una convencida de que los afectos te ayudan a mantenerte siempre joven. El amor de tus hijos, tus nietos y tu pareja es mucho más poderoso que cualquier cirugía estética". Otro secreto, según Teté, es estar siempre en movimiento. "Yo no trabajo para hacer terapia. Tanto la radio como las campañas publicitarias que hago son un tónico muy positivo en mi vida. ¿La estética? Claro que la cuido: me hice una cirugía en la cara hace años y ahora me mantengo con aplicaciones de Botox que me inyecta la doctora Cristina Zaiter una vez al año. Pero te repito: el único antídoto que hay contra la vejez es el amor".

MODELO IV: mamá y abue
la. "A mi edad, muchas se hacen cirugías, yo preferí ser mamá". Lo anunció con pitos y matracas: llegando casi a los 50, sería madre otra vez. Orgullosa de su decisión, el viernes 24 de agosto de 2001, luego de una cesárea programada, presentó en sociedad a su tercer y último hijo: Rocco André Gastaldi (4 kilos y 51 centímetros). Hoy, a los 52, vive una de sus etapas más activas: conduce su propio programa en FM La Isla y se dedica a su función de madre, esposa y abuela. Porque también se ha dado ese lujo, el de disfrutar -casi en simultáneo- la llegada de su tercer hijo y su primer nieto (Ambar, la hija de Juana y Juan de Benedictis). "Mi decisión sorprendió a muchos. Miedos tuve, claro, pero Rocco fue un bebé muy deseado, y eso me dio la valentía y el coraje que necesitaba. Ahora es fantástico, me divierto mucho con mi hija Juana porque hoy tenemos los mismos temas de conversación."

MODELO V: la eterna top.
Podría ser la madre de las modelos top. Sin embargo, a los 52, Carmen Yazalde trabaja a la par de ellas. Y así, revela algunas intimidades de esa extraña convivencia en camarines: "Las modelos de 18 me dicen que me envidian. A veces, si estoy con un traje de baño o con ropa súper ajustada, me miran de arriba abajo, y dicen: '¡Qué maldita, cómo te envidio!' No sé qué me pueden envidiar ellas que son divinas. Pero sí, debo reconocer que para mi edad estoy muy bien". Y verdaderamente es la envidia de las nuevas generaciones. "Yo me habría retirado, pero me siguen llamando, y por qué me voy a negar si me gusta trabajar", cuenta. Cuando le preguntan sobre cuidados estéticos, Yazalde lanza una carcajada y, con su tonada portuguesa, contesta: "Debería empezar, ¿no? ¡Es hora! Siempre digo 'el mes que viene' y cuando llega, encuentro alguna excusa para no moverme de casa. La verdad es que sólo uso cremas humectantes en el cuerpo y en la cara". Reconoce que no está en pareja, pero sí bien abierta al amor. "Para mí el amor no es sólo una buena cama, me cuesta encontrar un par. Igual, mucho no hago por hallarlo. Mis amigas me cargan: '¿cómo vas a conseguir un novio si a las 9 de la noche ya estás durmiendo?', me dicen. Y tienen razón, muchas me llaman Madre Superiora porque me levanto a las 7 y a las 20.30 ya estoy cenada".

MODELO VI: sensualidad pura.
Esa es Leonor Benedetto. A sus 58 años, confiesa: "Las mujeres maduras somos las más sexies". Sin embargo, es todo lo que se atreve a lanzar porque no quiere entrar en el negocio de ser una cincuentona bien conservada. El secreto de su sensualidad, dice, pasa por la actitud. Y el trabajo, es su gran motor. "Creo que los proyectos te hacen sentir siempre joven: yo ahora estoy muy entusiasmada con debutar como directora. Escribí mi propio guión y planeo dirigirlo el próximo año". Madre de tres hijos (dos de parto, uno adoptado), ex esposa de tres hombres (Carlos, un abogado, Gerardo Romano y José Sacristán han pasado por su vida), actriz x 3 (de cine, teatro y tevé), la Benedetto se mantiene activa en todos los planos. En lo profesional, está interpretando a la misteriosa y sensual Amanda (la madre de Facundo Arana) en Padre Coraje. En lo personal, asegura que está sola. Pero reconoce que tiene "amistades amorosas". Respecto a los hombres, remarca: "Siempre creí en el matrimonio. Sin embargo, yo no fui ni seré una media naranja, soy una naranja entera que a veces se junta con otra naranja entera". Personalidad, carácter, sensualidad: tres cualidades que la caracterizan desde siempre.

Sin vergüenzas ni tabúes se animan al desnudo, a enamorarse, a concebir un hijo, a probar nuevos desafíos profesionales, a TODO. Porque se sienten realizadas, pero no hechas. "La clave: no rendirnos -asegura la licenciada en Sociología y consultora en comunicaciones Rosa Julia Bellizzi, quién se incluye en las que pisan fuerte hoy con sus "58 bien cumplidos"-. "Las mujeres 'sin cuenta' (o de 50), no queremos jubilarnos ni que nos jubilen. Para muchos sectores, somos el mejor producto calificado del mercado. En un mundo en el que se ponderan el éxito, la apariencia externa, el vestuario y la belleza, nosotras respondemos con todo eso y algo más: las ganas de vivir, de sentirse bien y de participar de la vida cotidiana desde el lugar en que elegimos plantar nuestra casa".

Así son ellas. Para estas mujeres el almanaque es sólo una anécdota y la juventud no tiene vencimiento. Y lo mejor de todo: adoran demostrarlo.

por Mariana Montini
fotos: Santiago Turienzo, Christian Beliera y Archivo Atlántida

Soledad Silveyra (52). Con la ayuda de la gym y sin abusar de cirugías, se sigue animando a quedarse sin ropas en la tevé. Esta vez, lo hizo para las cámaras de El Deseo. El trabajo es el gran motor de su vida, asegura.

Soledad Silveyra (52). Con la ayuda de la gym y sin abusar de cirugías, se sigue animando a quedarse sin ropas en la tevé. Esta vez, lo hizo para las cámaras de El Deseo. El trabajo es el gran motor de su vida, asegura.

Cristina Fernández (50). Después de su marido, Néstor Kirchner, es la política argentina con mejor imagen. Más allá de su capacidad, todos reconocen los encantos físicos de la Primera Dama.

Cristina Fernández (50). Después de su marido, Néstor Kirchner, es la política argentina con mejor imagen. Más allá de su capacidad, todos reconocen los encantos físicos de la Primera Dama.

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